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domingo, 21 de junio de 2009

El cuento del día: tres fabulas y un trío de moralejas‏







Por Dante Andrés Michelena



La zorra y el leñador
Una zorra estaba siendo perseguida por unos cazadores cuando llegó al sitio de un leñador y le suplicó que la escondiera.


El hombre le aconsejó que ingresara a su cabaña.Casi de inmediato llegaron los cazadores, y le preguntaron al leñador si había visto a la zorra.El leñador, con la voz les dijo que no, pero con su mano disimuladamente señalaba la cabaña donde se había escondido.Los cazadores no comprendieron la señas de la mano y se confiaron únicamente en lo dicho con la palabra.


La zorra al verlos marcharse, salió sin decir nada.Le reprochó el leñador por qué a pesar de haberla salvado, no le daba las gracias, a lo que la zorra respondió:--Te hubiera dado las gracias si tus manos y tu boca hubieran dicho lo mismo. No niegues con tus actos, lo que pregonas con tus palabras.


El águila, el cuervo y el pastorLanzándose desde una cima, un águila arrebató a un corderito.La vio un cuervo y tratando de imitar al águila, se lanzó sobre un carnero, pero con tan mal conocimiento en el arte que sus garras se enredaron en la lana, y batiendo al máximo sus alas no logró soltarse.


Viendo el pastor lo que sucedía, cogió al cuervo, y cortando las puntas de sus alas, se lo llevó a sus niños.Le preguntaron sus hijos acerca de que clase de ave era aquella, y les dijo:- Para mí, sólo es un cuervo; pero él, se cree águila.Pon tu esfuerzo y dedicación en lo que realmente estás preparado, no en lo que no te corresponde.


La zorra y los racimos de uvasEstaba una zorra con mucha hambre, y al ver colgando de una parra unos deliciosos racimos de uvas, quiso atraparlos con su boca.Mas no pudiendo alcanzarlos, se alejó diciéndose:-- ¡ Ni me agradan, están tan verdes... !Nunca traslades la culpa a los demás de lo que no eres capaz de alcanzar.EsopoEsopo: se supone que fue un famoso escritor de fábulas pues no está probada su existencia como persona real, diversos autores posteriores sitúan en diferentes lugares su nacimiento y la descripción de su vida es contradictoria.


Hasta la época en que vivió también varía según los autores aunque todos ellos coinciden en que vivió alrededor del 600 a. C. Heraclio de Ponto, le cita como una persona natural de Tracia, nacido esclavo de Jantos y posteriormente liberto de Idmon. Fedro en sus fábulas esópicas, recopilación de fábulas de Esopo, le sitúa en la ciudad de Frigia. Suidas también dejó escrito que procedía de la misma ciudad.


La obra de Esopo fue recontada primero por Demetrio de Falero, luego por Fedro, Babrio, Jean de La Fontaine y Félix María Samaniego. En sus fábulas hay una enseñanza moral, no una doctrina. Recogen experiencias de la vida cotidiana que forman un conjunto de ideas de carácter pragmático.

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