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lunes, 15 de junio de 2009

Despiertan a Juan Bosch con una serenata, en Santiago








Un Momentito con Miguel de Jesús


Una serenata, ofrecida por la Orquesta Sinfónica del Cibao, despertó al Profesor, el escenario ,fue el Gran Teatro Regional del Cibao,actividad enmarcada dentro de las celebraciones de los 100 años del nacimiento de ese gran dominicano.

Dicha Orquesta, rindió un homenaje musical sin desperdicio, finalizando con la interpretación de la Gaviota, letra del hombre que nos enseñó sin reservas, sobre todo nos honró al compartir con nosotros esta Patria.

Las palabras y la música, no fueron suficientes, para expresar su valor intelectual y humano. Rudy Capellán, Director de la Sinfónica nuestra, junto a los artistas de los instrumentos bajaron los Ángeles del Cielo, para que danzaran en honor a Bosch

Con la emoción de un amor oculto y misterioso, vivimos cada segundo, recordando al hombre, bueno, leal, sobre todo tierno, como los labios blandos y temblorosos de la mujer que da sus primeros besos a los labios carnosos del varón.

El maquillaje fue opacado por las sonrisas de la violinista Herdi Cruz y la flautista Sarah Mencía, las cuales escoltadas por el Joven Oboísta Hardí Núñez, en calidad de solistas invitados fueron reconocidos con medallas.

Diomedes Núñez, en su condición de primer vicepresidente de la fundación Juan Bosch, recibio una hermosa Placa de reconocimiento, en la que se resaltaba cualidades, del profesor dueño de verdades sin complejos.

Aquello, era como un encuentro de calidad sin cantidad, púes los funcionarios de Santiago al parecer por lo ocupada de sus agendas no asistieron, sus voces no se sumaron al coro, para el líder que llevó una vida completa con decoro.

Disfrutamos el concierto, con la alegría de un beso despacio,sintiendonos mas vivos que lo que estamos, ahora que tanta gente se vuelve loca y pierde la calma con las drogas, este encuentro llega para reafirmar que no todo está perdido .

Al salir del Teatro, mí compadre Sergio García, apresuró el paso, para llegar a tiempo al bar de la esquina, allí con el sensible ojo de prófugo de encarnación Mendoza entre copas de vino, brindamos a la salud, de un hombre noble, que siempre vivirá


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