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jueves, 27 de agosto de 2009

PERDIMOS LA BRÚJULA


''EL PENTAGRAMA DE JUAN''
Por Juan Colón
El autor es un artista del Saxofon ,residente en los Estados Unidos de Norteamerica.


Cuando un pueblo pierde la brújula que le ha servido de guía para lograr caminar por sus senderos que lo llevaron a tener una identidad nacional la que pronto se convertiría en nuestra Identidad Mundial, Nuestra Música.

Para nadie es un secreto la falta de conciencia en nuestro medio, no solo a niveles musicales, también sociales, políticos, familiares, etc.

Estamos envueltos en la llamada cultura de la globalización con la meta de unirnos mas, conocernos y desarrollarnos en un mundo mejor. La llamada globalización ha hecho todo lo contrario. Parecemos estar más juntos, pero realmente estamos más solos, más aburridos, más indolentes al dolor ajeno.

Perdimos la brújula para aprender a ser mejores seres humanos, enmendar nuestros errores y sentir en nuestro corazón la obligación de no volver a cometerlos sin estar juzgando a nadie.

Tenemos la creencia que desde la cima somos mejores mensajeros, nuestras palabras son más ciertas, tenemos mayor credibilidad ante los demás, nada más falso que esa apreciación.

Estamos envuelto en una vertiginosa carrera por convencer a los fanáticos que nos siguen de que somos ejemplos, que nuestra espiritualidad es cierta, lo gritamos tan alto que nuestro vecino más cercano no nos puede escuchar.

Siento mucha pena como nuestros líderes (artistas, políticos, religiosos, atletas) se afanan con vehemencia pretendiendo engañar a la sociedad. Creemos que nuestra subcultura no tiene nuestro intelecto, es muy cierto, pero tiene algo más grande que el intelecto, tienen el espíritu preparado para recibir al que solo lleve buena voluntad. Los conocen, no hay que decírselo, son como los niños, perciben la verdad por sentido divino.

Perdimos nuestra brújula ahora no somos nadie, somos incapaces por si mismo de poner nuestros esfuerzos en construir una sociedad mejor. Eso no nos importa, devengamos salarios, algunos justificados, otros no, y creemos que podemos mirar al prójimo por encima de nuestros hombros.

Ya la Madre Teresa no tiene cabida como ser ejemplar, es un personaje que cumplió su misión, no satisfizo los instintos malsanos de la prepotencia y la impunidad de nuestro sistema. Caducó porque fue un ser humano sublime y lo sublime es sinónimo de ridículo en nuestra sociedad.

Nuestro sistema judicial es cada día más confuso, libertan a cualquiera que haya incurrido en hechos vergonzosos, y condenan al que vende frio frio en las esquinas.

La falta de empatía nos sigue arropando, nuestra identidad ha colapsado. Hemos usurpado otras culturas pretendiendo desterrar la nuestra y haciendo ver las extranjeras mejor que la nuestra.

Recuerdo un artista para el cual trabajaba, en un momento de soberbia en mi contra me dijo que el mundo no era de oportunidades sino de oportunismos.

Desde hace muchos años el extranjerismo nos ha ido arropando sin piedad, nos hemos hecho los ciegos y sordos por nuestros propios intereses.

Cuando el folclor y la gastronomía se degradan, es un reflejo serio del camino de nuestra sociedad.

Ya no tenemos un grupo que toque un merengue real, y cada día se está haciendo mas difícil conseguir un batido de frutas, preferimos un refresco de botella cualquiera.

Ya no parecemos personas normales en el vestir, estamos abriendo espectáculos musicales nuestros con una canción de reguetón o cualquier otra cosa, menos un merengue real que nos identifique.

Nuestros grupos de música típica perdieron la dirección, solo algunos aislados siguen tocando un excelente merengue, hemos querido fusionar tanto nuestra música que ya no sabemos que mas hacer.

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