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martes, 2 de marzo de 2010

¿Quién es Rashad Hussain?

Por Cal Thomas

Rashad Hussain

El nombramiento hecho por el Presidente Obama de Rashad Hussain, su abogado auxiliar, como enviado especial ante la Organización de la Conferencia Islámica (OIC en inglés), la segunda más grande organización intergubernamental después de la Naciones Unidas, a cargo de proteger y preservar “los intereses del mundo musulmán”, debería de causar preocupación en el Congreso y a los estadounidenses.

 Especialmente porque Hussain, un devoto musulmán, tiene un historial de participar en eventos conectados con la Hermandad Musulmana, que según el Chicago Tribune es “El grupo más influyente de fundamentalistas islámicos”, cuyo objetivo es crear estados musulmanes por todo el mundo.

En 1991, un memorando escrito por Mohamed Akram para el Consejo Shura de la Hermandad Musulmana detallaba el objetivo de la organización.

Akram dijo que la Hermandad Musulmana “debe comprender que su       
trabajo en los Estados Unidos es como un gran Jihad para eliminar y destruir la civilización occidental desde adentro y “sabotear” su miserable casa con sus manos y las manos de los creyentes a fin de que sea eliminada y la religión de Dios sea victoriosa sobre todas las otras religiones”. Yo no he podido encontrar ninguna “revelación” que haya negado ese objetivo. Por el contrario. Los terroristas parecen estar trabajando para implementarlo.



El Presidente orgullosamente anunció que Hussain es un Hafiz, alguien que se ha aprendido de memoria el Corán completo, pero él no detalló qué es lo que califica a Hussain para reunirse con líderes extranjeros a nivel diplomático en un cargo que se aproxima al de un Embajador.

 Según Jihad Watch (http://jihadwatch.org/2010/02 new-obama-envoy-to-oic-has-long-history-of-dalliances-with-muslim-brotherhood.html) un espacio dirigido por el autor estadounidense Robert Spencer, que “trata de traer a la atención del público el papel de la teología e ideología Jihad en el mundo moderno”, los lazos de Hussain con la Hermandad Musulmana se remontan a sus días en la Escuela de Derecho de la Universidad Yale.

Pregúntese a sí mismo: Si usted o su grupo estuvieran interesados en perjudicar o destruir a los Estados Unidos, ¿no sería una estrategia efectiva la infiltración a todos los niveles posibles del gobierno y la cultura? Usted levantaría sus escuelas y mezquitas, algunas de las cuales enseñan y predican Jihad; usted penetraría el gobierno; usted exigiría derechos especiales para su religión – tales como no inspección con aparatos especiales a los viajeros musulmanes en los aeropuertos y salas de oración y espacios para lavarse los pies en los centros comerciales; usted trataría de cambiar la política exterior de los Estados Unidos porque usted odia a Israel y a todos los judíos (y a esos Cristianos que “adoran la cruz”) y usted retaría al gobierno de los EE.UU. a monitorear sus discursos y asociaciones porque usted quiere que los EE.UU. tengan la guardia más baja de lo que estaría, digamos, para un espía de China comunista.



Este fue más o menos el argumento de una película “The Manchurian Candidate” en la cual una mujer loca usa a su hijo al que se le había lavado el cerebro para que le ayude a derrocar al gobierno de los EE.UU. para poder ella imponer su ideología en el país. A diferencia de la película, esta conspiración sí es real.



Como era de esperarse, el Consejo sobre Relaciones Estadounidenses-Islámicas, que se describe como la más grande organización de derechos civiles musulmanes en los EE.UU., está encantado con el nombramiento de Hussain. En unas declaraciones el Consejo (CAIR en inglés) dijo que Hussain “estará en una posición de fortalecer un acercamiento positivo con el mundo islámico y podrá darle al presidente un acceso directo a los puntos de vista y preocupaciones de los musulmanes en todo el mundo.” ¿Hay alguien que no sepa cuáles son esos “puntos de vista y preocupaciones:? ¿No han sido lo suficientemente obvios por los últimos, digamos, 40 años? ¿No nos lo dicen regularmente en los editoriales de sus periódicos, comentarios por televisión, sermones y acciones?

En una época de terrorismo cuando el principal asesor sobre contraterrorismo del presidente, John Brennan, compara a los terroristas excarcelados que regresan al Jihad con los criminales estadounidenses excarcelados que regresan a una vida de crimen, es inquietante ver a alguien con los antecedentes de Hussain representando a los Estados Unidos ante naciones que pueden dar refugio o financiar terroristas y que quieren destruir a Israel y los Estados Unidos. Franklin Roosevelt no hubiese nombrado a Charles Lindbergh, de quien se sospechaba simpatizaba con los nazis, como su enviado personal a Berlín.



Es desafortunado que el Senado de los EE.UU. no tenga que confirmar a los enviados especiales. A Hussain se le preguntaría sobre su ideología y asociaciones. Si él va a representar a los Estados Unidos, él debe representar lo que los Estados Unidos son y no una agenda ideológica o religiosa personal que no sólo no es estadounidense sino que también es anti-estadounidense.





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