Por Lincoln López
Después de conocer por los antiguos griegos la etimología de “gobierno del pueblo”, se ha desparramado por el mundo montones de definiciones resultando un poco difícil encontrar una universal.
Día a día aparece una nueva. Como diría don Pedro Mir en sus versos “es como un espejo roto en la luz, se multiplica más…”.
Platón la definió como “el mejor de los gobiernos sin ley y el peor de los gobiernos en los que se respeta plenamente la ley”. Abraham Lincoln, la definió como “el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”. De ella, Winston Churchill dijo que es “la peor forma de gobierno, excepto todas las otras formas que se han probado de tiempo en tiempo”.
El legendario Nelson Mandela la calificó como “una cáscara vacía, aunque los ciudadanos voten y tengan parlamento”. Un concepto muy osado es el de Hussein Nasr, dice que en “la actualidad la palabra democracia se ha convertido en un eslogan: quien nos gusta es democrático y a quien no nos gusta lo tachamos de antidemocrático…
La democracia es algo muy valioso, pero, por desgracia, en nuestros días se ha convertido en una prostituta”. Para solo citar algunas personalidades democráticas.
Ella, además, se ha expresado de varias formas, dependiendo de las realidades políticas de cada cultura; así ha sido directa o indirecta (representativa). Existe la llamada “liberal” en la que el pueblo ostenta la soberanía. Una soberanía que no es soberana aunque la mayoría aplastante de los votos haya dicho otra cosa.
Ahí tenemos el híbrido llamado monarquía constitucional (realeza y burguesía) o la versión de la regulación estatal que es la socialdemocracia. La presidencialista (gobierno y Estado concentrado en el presidente) con sus tres poderes, propiedad, la libertad de expresión…Otra es, La Democracia Popular considerada antidemocrática por aquello del socialismo...
En cuanto a la forma la democracia se ha expresado de más de mil maneras, para evocar a una de las obras más reconocidas de la literatura oriental: “Las Mil y Una Noches”. Una y otra han influenciado enormemente al mundo occidental.
Una y otra constituyen una riquísima fuente de teorías e historias fantásticas. Ambas tienen nombres femeninos: Democracia y Schehrazada. Ambas son creativas, astutas y sabias, y así lograr salvar su vida un día más.
Ellas han tenido su “Aladino” aquel joven mendigo que encuentra la misteriosa lámpara y que llega al palacio y pasa a ser nuevo rico, con cofres llenos de oro.
La pareja ha contado con un “Simbad el marino”, que a cambio de fama y fortuna, roba el Libro de la Paz, uno de los tesoros más valiosos del mundo.
Y por supuesto, no podía faltar entre ellas aquel niño huérfano criado por 40 ladrones: Alí Babá, modesto y trabajador, que finalmente liberó a su pueblo. “Gracias a Aquel que da sin medidas a los humildes de la tierra!”.
Los dominicanos debemos encontrar una que sea más justa, con educación y vida digna para todos.
culturaviva16r@hotmail.com
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