La ciudad de Detroit, que acaba de declarar la 
mayor bancarrota municipal de la historia estadounidense, eleva a ocho 
el número de ciudades o condados que se han acogido a este procedimiento
 desde 2011. 
Detroit, en el norte del país y conocida como Motor City 
por su pujante industria automovilística, ha acumulado una deuda de unos
 18.000 millones de dólares.
El declive industrial de la ciudad se ha 
materializado en la pérdida del 60 por ciento de sus habitantes desde 
los años cincuenta, aunque solo entre 2000 y 2010 experimentó la salida 
de un cuarto de su población por la crisis económica, dejando partes de 
la ciudad convertidas en auténticos barrios fantasma.
Hace apenas un año, tres ciudades de California -,
 San Bernardino y Stockton, próximas a Los Angeles, y la turística 
Mamonth Lakes- se declararon en quiebra.
San Bernardino, una ciudad con un 60 por ciento de
 población hispana, cayó en julio de 2012 en la bancarrota por la crisis
 económica y la paralización del mercado de la vivienda.
Los ayuntamientos de Mammonth Lake, el 3 de julio,
 y Stockton, el 28 de junio, determinaron seguir el mismo camino de 
Detroit por problemas derivados de la gestión municipal.
En mayo de 2012, la ciudad de Central Falls, en el
 estado de Rhode Island (este del país), anunció su bancarrota después 
de acumular una deuda de más de 4.800 millones de dólares. La medida fue
 aprobada por los tribunales en septiembre de 2012.
La industrial Harrisburg, en el estado de 
Pensilvania (este del país), se declaró también en quiebra en octubre de
 2011 después de años de luchar contra la pesada carga que suponía una 
deuda superior a los 300 millones de dólares por la construcción de una 
incineradora. La bancarrota fue rechazada porque las leyes del estado 
prohíben esta medida a los municipios.
También en 2011, Jefferson County, el mayor 
condado de Alabama (sur del país), entró en suspensión de pagos después 
de acumular deudas por un montante de 4.000 millones de dólares, la 
cifra más alta hasta la declarada por Detroit.
Boise County, en Idaho (centro del país), se 
acogió en marzo de 2011 a la bancarrota ante los tribunales al no poder 
hacer frente al pago de 5,4 millones de dólares al que había sido 
condenado su ayuntamiento por un tribunal. Finalmente, su petición fue 
rechazada en noviembre tras alcanzar un acuerdo con sus acreedores.
La quiebra en Estados Unidos es un proceso legal 
que permite que una persona (física o jurídica) que no pueda afrontar 
sus obligaciones de pago se descargue de la responsabilidad de afrontar 
alguna de ellas.
Las leyes federales permiten a los gobiernos 
locales declararse en bancarrota siempre que la misma esté permitida por
 las leyes del estado.
Cada estado impone sus limitaciones y cuantifica 
el criterio por el que los municipios pueden acogerse. En Montana, por 
ejemplo, la mayoría de los municipios puede hacerlo aunque no los 
condados. En cambio, en Georgia se prohíbe explícitamente la medida.

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