Silao (México), (EFE).- Benedicto XVI advirtió hoy
contra la fe "superficial y rutinaria, a veces fragmentaria e
incoherente" y exhortó a los cristianos a no ceder a esa tentación y a
superar "el cansancio" de la fe.
Ante más de medio millón de personas que asistieron a la misa que
ofició en el Parque del Bicentenario de Silao, en el estado central
mexicano de Guanajuato, el papa exigió también que se "respete, defienda
y promocione" la vida humana en todas sus etapas, es decir desde el
momento de la concepción al ocaso natural.
El Obispo de Roma reiteró la necesidad de una nueva evangelización
para América Latina, un continente que comenzó a ser evangelizado hace
más de 500 años, pero en que se nota "cansancio" de fe y es necesario
recuperar la "alegría de ser cristiano" para hacer frente a la
secularización que avanza y la penetración de las sectas.
En el centro del catolicismo mexicano, como es considerado
Guanajuato, Ratzinger señaló que la misión continental puesta en marcha
tras su visita a Aparecida, en Brasil, en 2007, tiene ese objetivo.
"En Aparecida, los Obispos de Latinoamérica y el Caribe vieron con
clarividencia la necesidad de confirmar, renovar y revitalizar el
Evangelio. La Misión Continental tiene el cometido de llevar esa
convicción a todos los cristianos, para que resistan a la tentación de
una fe superficial y rutinaria, a veces fragmentaria e incoherente",
afirmó.
El papa agregó que también se ha de superar el cansancio de la fe y
recuperar la alegría de ser cristianos, de estar sostenidos por la
felicidad interior de conocer a Cristo y de pertenecer a su Iglesia.
Esas palabras son la continuación de las que pronunció el 12 de
diciembre pasado en el Vaticano cuando anunció el viaje y dijo que
cruzaría el Atlántico para proclamar en México y Cuba "la palabra de
Cristo y afianzar la convicción de que éste es un tiempo precioso para
evangelizar con una fe recia, una esperanza viva y una caridad
ardiente".
Benedicto XVI quiso dar a esta celebración un carácter
latinoamericano, ya que muchos países han celebrado el bicentenario de
su independencia, entre ellos México, de ahí que a la misa asistieran
250 cardenales y obispos, los presidentes de las 22 Conferencias
episcopales de América Latina y del Caribe y prelados de EE.UU. y
Canadá.
El Obispo de Roma destacó que América Latina atraviesa momentos de
dolor y que cuando tantas familias se encuentran divididas o forzadas a
la migración, otras sufren a causa de la pobreza, la corrupción, la
violencia doméstica, el narcotráfico, la crisis de valores o la
criminalidad es necesario acudir a María, "la madre del verdadero Dios
que invita a la caridad y la fe para superar todo mal e instaurar una
sociedad más justa y solidaria".
El papa exhortó a defender la vida humana y fomentar la fraternidad,
"evitando la inútil venganza y desterrando el odio que divide".
Junto a los momentos de dolor, estos pueblos, añadió, también
atraviesan momentos de esperanza y les exhortó a dirigir la mirada a la
Virgen de Guadalupe, "que consuela y fortalece" y bajo cuya protección
puso de nuevo a estos pueblos.
El papa llegó al recinto tras sobrevolar el Santuario de Cristo Rey,
en la cima del Cerro del Cubilete, coronado por una estatua de Cristo
Rey, la segunda más importante del mundo tras la del Cristo de Corcovado
de Río de Janeiro, bajo el que se encuentra el Parque del Bicentenario.
Desafiando el calor reinante, el Obispo de Roma recorrió el recinto
en el papamóvil, en medio de los aplausos, vivas y cánticos de los
presentes, que le regalaron un sombrero de charro, que el Pontífice no
dudo en colocarse.
El papa fue recibido por el arzobispo de León, José Martín Rábago,
quien le pidió un mensaje de esperanza para que México pueda superar los
"males" que vive, entre los que destacó la violencia y muerte, "que han
generado -dijo- la penosa sensación de temor, impotencia y duelo".
Martín Rábago agregó que esa "dramática" realidad tiene raíces
perversas que la alimentan: la pobreza, la falta de oportunidades, la
corrupción, la impunidad, la deficiente justicia y el cambio cultural
que lleva a la convicción de que esta vida sólo vale la pena ser vivida
si permite acumular bienes y poder rápidamente y sin importar sus
consecuencias.
En esta jornada el papa se reunirá con los obispos de toda América
Latina, último acto de su visita de tres días a México antes de que
mañana emprenda viaje a Cuba.
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