La muerte a tiros del joven negro Trayvon Martin en Florida, Estados Unidos, a manos de George Zimmerman, un hombre blanco de origen latino que fungía como vigilante voluntario armado de su vecindario, ha puesto en relieve las leyes de ese y otros estados que permiten el uso de fuerza letal si creen que alguien los amenaza de muerte o grave daño corporal.
La ley (conocida en inglés como Stand your ground)
se ha traducido en algunos artículos como "Quieto o disparo" pero es
más que eso, pues no implica que la supuesta víctima debe emitir una
advertencia antes de actuar sino que tiene el derecho a reaccionar
agresivamente contra su adversario en respuesta a lo que percibe como
una amenaza.
Según el columnista del diario The Washington Post,
Eugene Robinson, estas leyes dan permiso a "disparar primero y hacer
preguntas después" y animan a individuos impulsivos a entrar en
enfrentamientos con armas de fuego cargadas.
"Esto puede ser muy bueno para los fabricantes
de armas y la NRA (Asociación Nacional del Rifle)", escribió en una
reciente columna, "pero muy trágico para la justicia estadounidense".
Muchos analistas, abogados y expertos coinciden
en que la gran cantidad de armas de fuego en circulación en el país -y
la facilidad para conseguirlas y portarlas- combinado con períodos en
los que cunde un ambiente de inseguridad y temor arraigados en
estereotipos raciales crean el contexto para la promulgación de este
tipo de leyes.
Retirada o enfrentamiento
Muchos otros países tienen leyes que contemplan
la defensa propia pero en 21 estados de EE.UU., particularmente en
Florida, el ciudadano tiene gran amplitud para utilizar la fuerza letal
sin primero iniciar una retirada.
"Si hay una amenaza retírese, llame a la policía y espere. No tome la ley en sus manos"
Branda Smith, experta en justicia criminal
La ley en Estados Unidos tiene su origen en la
llamada doctrina del castillo, que fue heredada de Inglaterra y sigue
vigente, y básicamente estipula que la casa u hogar de un individuo es
su castillo y que él tiene derecho a defenderse y utilizar fuerza letal
contra alguien que entre ilegalmente y mientras exista un temor
razonable de muerte o grave daño corporal.
"Si uno tiene el derecho a estar allí, no
debería sentirse obligado a retirarse antes de usar la fuerza letal",
dijo hace unos días a la BBC el profesor Janet Malcolm de la Universidad
de Derecho George Mason, en Virginia.
"La idea es que si alguien está a punto de
atacarlo, no tiene que dar la vuelta y huir. Se puede responder con
fuerza a la fuerza".
Sus partidarios afirman que además de
salvaguardar los derechos legales de las personas inocentes obligadas a
defenderse en situaciones donde se pone en riesgo su vida, la ley
también disuade a la delincuencia.
Pero no todos los expertos legales comparten esa visión.
Aunque la defensa personal es un derecho
aceptado, según Brenda Smith, experta en asuntos de justicia criminal de
la Universidad Americana de Washington, el primer deber del individuo
que se siente amenazado es iniciar la retirada si puede.
"No le añada un problema a otro problema. Si hay
una amenaza retírese, llame a la policía y espere. No tome la ley en
sus manos", comentó a BBC Mundo. "Eso es lo que hace un ciudadano de
bien; depende de las fuerzas del orden y sólo si razonablemente teme por
su vida toma acción".
Demasiadas armas
Definir qué es una amenaza razonable resulta
algo muy ambiguo, considera Smith. Añade que el exceso de fuerza que se
utiliza para enfrentar esa amenaza es algo que se ha incrementado con la
proliferación de armas en manos ciudadanas, fomentada particularmente
por los fabricantes y la Asociación Nacional del Rifle (NRA), acérrimos
defensores de la Segunda Enmienda de la constitución estadounidense, que
garantiza el libre porte de armas.
"Hay que entender que estos son algunos de los grupos de presión más fuertes del país y son los que ha hecho lobby para ampliar las leyes de defensa propia", aseguró.
La NRA abiertamente ha apoyado las impugnaciones
a las regulaciones sobre la tenencia de armas. En uno de los casos más
sonados la Corte Suprema revocó la ley que limitaba la compra de armas
de fuego, el porte de armas no registradas, el porte de armas
escondidas, así como la orden que dichas armas tenían que estar
descargadas y desarmadas.
La profesora Brenda Smith asocia el relajamiento
de las leyes con el lejano oeste y la figura del personaje tosco que
hace alarde de sus pistolas y actúa sin importarle qué consecuencias
puede haber para la comunidad.
"No se le puede pedir a un individuo que de paso atrás cuando no puede estar seguro de que la otra persona no le va a pegar un tiro cuando esté escapando"
Stephen Saltzbur, profesor de derecho, Universidad George Washington
"Si uno tiene un martillo, todo lo ve como una puntilla. Si uno tiene un arma todo lo ve como un objetivo", declaró.
La cantidad de armas en manos ciudadanas también
influye en que algunos estados consideren que sea mejor enfrentar con
fuerza letal la amenaza percibida que emprender la retirada, dice el
abogado Stephen Saltzburg, profesor de derecho de la Universidad George
Washington en la capital estadounidense.
"Como ellos lo ven, no se le puede pedir a un
individuo que de paso atrás cuando no puede estar seguro de que la otra
persona no esté armada y no le pegue un tiro cuando esté escapando",
señaló a la BBC.
Teniendo eso en cuenta, varios estados han
ampliado la doctrina del castillo para incluir cualquier espacio que un
individuo esté ocupando. "Puede ser la oficina, el automóvil o la
calzada, no tiene que ser su casa", declaró Saltzburg.
Contexto histórico
El abogado menciona que durante décadas los
diferentes estados consideraron revisar y ampliar la latitud de la ley
de "enfrentar la amenaza" y que hay casos en diferentes períodos que se
vuelven emblemáticos e infunden un pánico generalizado que acelera y
facilita la aplicación de estas leyes.
Brenda Smith de la Universidad Americana sugiere
que se le puede dar un contexto histórico a estos períodos que
coinciden con incertidumbre, vulnerabilidad, inclusive en momentos en
que la población se siente más osada.
"Cuando los esclavos fueron liberados, había todo tipo de milicias y la gente se estaba armando por temor de lo que podría suceder"
Branda Smith, experta en justicia criminal
"Durante el período de la reconstrucción del sur
(a finales del siglo XIX), cuando los esclavos fueron liberados, había
todo tipo de milicias y la gente se estaba armando por temor de lo que
podría suceder", manifestó.
En los años 80 del siglo pasado, un neoyorquino
blanco, Bernard Goetz, fue acusado de hacer justicia por su cuenta en
los metros de la ciudad cuando hirió a tiros a cuatro jóvenes negros que
lo intentaban robar.
Fue procesado pero al final solo pagó una dos
tereceras partes de una condena de un año por no tener licencia para el
arma. El caso es considerado como el inicio de un movimiento cívico en
contra de la violencia urbana y de las campañas exitosas de la NRA en
favor del porte de armas escondidas.
Smith recuerda que en 2005, el presidente George
W. Bush entraba en su segundo mandato. "Un republicano con tendencia a
apoyar el lobby de armas".
Estadísticas raciales
Ese mismo año Florida ratificó la ley que
permite al individuo enfrentar la amenaza percibida con fuerza letal. Le
siguieron veinte estados más, todos dejándose llevar por un "ambiente
de temor que se alimenta de las peores tendencias racistas en nuestro
país", según la experta en justicia criminal.
"Entre cada cinco a diez años se generan estas
tormentas perfectas, con una economía débil, una sensación de
vulnerabilidad, un sentido de 'ellos contra nosotros', de una ciudadanía
temerosa que proyecta sus angustias hacia el hombre negro".
"Que jóvenes negros son seleccionados para ser detenidos y cateados por policías u otros vinculados a la fuerza es algo real"
Stephen Saltzburg, profesor de derecho, Universidad George Washington
Aunque hay muchas interrogantes con respecto a
qué fue lo que sucedió en el incidente entre Trayvon Martin y George
Zimmerman, no se puede ignorar el factor racial. "Es enorme", afirmó el
abogado Stephen Saltzburg.
Y en eso también participan las fuerzas del
orden, asegura el profesor de leyes. "Que jóvenes negros son
seleccionados para ser detenidos y cateados por policías u otros
vinculados a la fuerza es algo real", indicó.
Aclara, no obstante, que no lo hacen porque sean
conscientemente racistas, lo hacen justificándose en las estadísticas
que indican que la juventud negra tiene una tasa más alta que la blanca
en la comisión de ciertos delitos.
"Eso es moralmente ofensivo", añadió, "nadie quiere ser tratado como una estadística que puede fomentar decisiones equivocadas".
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