¿Debería tomarme una aspirina al día? Esa es una
pregunta que escucho con frecuencia y supongo que la escucharé aún más
después de la última investigación de un grupo de científicos de la
Universidad de Oxford.
En una serie de ensayos publicados en la revista científica The Lancet,
el equipo liderado por Peter Rothwell encontró que una diaria dosis
baja de este medicamento barato reduce el riesgo de varios tipos de
cáncer, e incluso podría servir para tratar la enfermedad.
Los descubrimientos más
sorprendentes sugieren que la aspirina puede prevenir la propagación del
cáncer. Las probabilidades de que el cáncer ya haya hecho metástasis
cuando es diagnosticado se redujeron en casi un tercio. El riesgo de
metástasis en quienes ya estaban diagnosticados se redujo en al menos la
mitad.
Según Rothwell, "la aspirina tiene un gran
efecto en la propagación del cáncer. Eso es importante, ya que es la
razón por la que la mayoría de la gente muere de cáncer. Encontramos que
después de cinco años de tomar aspirina, se produjo una reducción del
30% al 40% en las muertes causadas por cáncer".
"Convincente"
Investigaciones anteriores de Rothwell y sus
colegas encontraron que una aspirina diaria reducía las muertes de
cáncer en una quinta parte en un periodo de 20 años.
Ya sabemos que a las personas con un alto riesgo
de cardiopatías y derrames cerebrales se les recomienda con frecuencia
que tomen aspirina por sus efectos protectores.
Una mirada inicial a los tres ensayos publicados
serviría para inclinar la balanza a favor de que las personas
saludables de mediana edad tomen una dosis pequeña (75 miligramos) de
aspirina.
Un comentario de Andrew Chan y Nancy Cook, de la
facultad de medicina de la Universidad de Harvard, decribió la
investigación como "convincente", aunque ésta no incluyó los dos
importantes estudios que no mostraron un riesgo reducido de incidencias
de cáncer o de muertes tras una década de seguimiento.
Estos ensayos fueron excluídos porque involucraban a voluntarios que tomaron aspirina en días alternos.
"Ningún beneficio"
Poco tiempo atrás, me contactó Janusz Jankowski,
profesor del Queen Mary, de la Universidad de Londres. Él está llevando
a cabo un ensayo clínico específicamente sobre la aspirina y la
prevención del cáncer, en el que participan 2.500 pacientes.
El ensayo no ha sido publicado todavía, pero
Jankowski dijo que después de cuatro años de seguimiento, él y su equipo
no habían encontrado ningún beneficio.
Estos son, claramente, resultados
decepcionantes. Pero es poco probable que estos hallazgos negativos
atraigan la misma atención que los descubrimientos positivos de
Rothwell.
El problema clave con la aspirina es que puede
provocar hemorragias internas. Son bien conocidos los peligros de un
sangrado, en particular en el estómago, en los intestinos y el cerebro.
Estos efectos adversos, que pueden ser serios e
incluso fatales, son los que han evitado que los doctores recomienden
una aspirina diaria a personas saludables de mediana edad.
Rothwell piensa que es hora de que se revisen las directrices tras la evidencia sobre la prevención de cáncer.
Sospecho que muchas personas optarán por tomar
una aspirina al día sin consultar al médico. Su valor no es tema de
discusión, pues la aspirina es uno de los medicamentos más baratos del
mercado.
Pero los adultos saludables que están
considerando una aspirina diaria deben saber los riesgos potenciales y
que, en efecto, estarán automedicándose por muchos años, pues los
beneficios llegan con el uso a largo plazo.
No hay respuesta simple
En 2010 escribí sobre mi decisión personal de tomar aspirina, cuando salió la primera parte de la investigación de Rothwell.
En enero de 2012 me preguntaron si todavía la
estaba tomando, después de que ensayos clínicos mostraron que era más
probable que la aspirina trajera más problemas que beneficios en
personas sin un historial clínico de infarto o derrame cerebral.
Dije que sí, en parte porque sabía que esta
nueva investigación estaba pendiente. Pero, si quieren saber,
recientemente dejé de hacerlo por un problema intestinal que todavía no
ha sido diagnosticado.
Hablaré con mi médico y probablemente volveré a
mirar las crecientes investigaciones sobre este tema antes de decidir si
continúo tomando aspirina.
Aquellos que no tienen el tiempo o la
inclinación de leer todos estos ensayos deberían recibir pronto ayuda de
otras investigaciones sobre los riesgos y los beneficios de la
aspirina. Pero no esperen una respuesta simple, rápida o concreta a la
pregunta de si debería o no tomar una aspirina diaria.
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