Una gata de la ciudad de Boston, Estados Unidos,
sobrevivió una caída de la ventana del piso 19 de un edificio y sólo se
rasguñó el pecho. ¿Será que realmente los gatos tienen siete vidas?
La dueña de la gata, Brittney Kirk, una
enfermera, dejó una rendija abierta de la ventana la mañana del
miércoles, para que Sugar tuviera un poco de aire. Sugar salió por la
ventana y se cayó o dio un salto desde el borde, aterrizando en un
frondoso jardín.
Un servicio de rescate de animales la encontró y pudo localizar a Kirk, gracias a un microchip instalado en su piel.
"Es una gatita resistente", declaró Kirk al periódico Boston Globe.
La notable habilidad de los gatos para
sobrevivir caídas desde grandes alturas es un asunto simple y predecible
de física, biología evolutiva y fisiología, según dicen veterinarios y
biólogos.
Nada sorprendente
La respuesta
- Los gatos tienen áreas de superficie relativamente grandes en proporción a su peso, así que caen a una velocidad más baja de grandes alturas que mamíferos más grandes
- Sus cuerpos han evolucionado para permitirles sobrevivir caídas de árboles, sus hogares naturales
- Si tienen tiempo, se tuercen para aterrizar en sus patas
- Sus piernas son largas, musculares y extendidas bajo el cuerpo, en lugar de ir directamente para abajo, lo cual les permite amortiguar la caída
- Pero muchos gatos que caen de alturas grandes de todos modos quedan gravemente lesionados y algunos mueren
"Esta historia reciente no es una gran sorpresa", afirma Jake Socha, biomecánico en la universidad Virginia Tech.
"Sabemos que los animales exhiben este comportamiento, y hay muchos registros de supervivencia de estos gatos".
Ya que los científicos no se entusiasman con
lanzar gatos de edificios para observaciones experimentales, la ciencia
ha sido sistemáticamente incapaz de estudiar el porcentaje de felinos
que viven después de estrellarse en el piso.
En un estudio de 1987 de 132 gatos llevados a
una clínica veterinaria de emergencia en la ciudad de Nueva York por
caídas de edificios altos, 90% de los gatos tratados sobrevivieron y
apenas 37% necesitaron tratamiento de emergencia para mantenerlos vivos.
Uno que cayó de 32 pisos al concreto sufrió únicamente la rotura de un
diente y un colapso pulmonar, para ser dado de alta 48 horas después.
Desde el momento que están en el aire hasta el
instante después de que chocan con el piso, los cuerpos de los gatos
están preparados para sobrevivir caídas, según los científicos.
Tienen un área de superficie relativamente
grande en proporción a su peso, por lo que se reduce la fuerza con la
que caen al pavimento.
Los gatos alcanzan la velocidad terminal, en la
cual la fuerza de gravedad hacia abajo se empareja con el empuje hacia
arriba de la resistencia al viento, a una velocidad lenta, en
comparación con animales más grandes, como los caballos y los seres
humanos.
Por ejemplo, un gato de tamaño promedio con sus
extremidades extendidas alcanza una velocidad terminal de unos 97km/h,
mientras que un hombre promedio llega a 193km/h, de acuerdo con el
estudio de 1987 de los veterinarios Wayne Whitney y Cheryl Mehlhaff.
Los gatos son esencialmente animales arbóreos: cuando no viven en casas o en callejones urbanos, tienden a vivir en árboles.
Más temprano que tarde, van a caer, dicen los
biólogos. Los gatos, monos, reptiles y otras criaturas saltan en busca
de presas y fallan, las ramas de los árboles se rompen, o el viento los
empuja, de manera que la evolución los ha hecho supremamente capaces de
sobrevivir caídas.
"Ser capaces de sobrevivir caídas es crítico
para los animales que viven en árboles, y los gatos están entre ellos",
afirma el Dr. Socha. "Los gatos domésticos todavía contienen una serie
adaptaciones que permiten a los felinos desempeñarse bien en los
árboles".
Cuestión de instinto
"Este gato tuvo suerte. Pero muchos, si no la mayoría, sufren graves daños en los pulmones, se rompen una pierna, o dos, o tres o las cuatro, quizás se dañan la cola, y tal vez, más probablemente, se rompen la mandíbula o los dientes"
Steve Dale, especialista en comportamiento de gatos
A través de la selección natural, los gatos han
desarrollado un agudo instinto para saber dónde es abajo, análogo al
mecanismo que los humanos usan para el mantener equilibrio, según los
biólogos.
Entonces -si tienen suficiente tiempo- son
capaces de torcer sus cuerpos como un gimnasta, astronauta o
paracaidista y girar sus colas para posicionar sus pies bajo sus cuerpos
y aterrizar parados.
"Todo lo que vive en árboles tiene lo que
llamamos un reflejo de enderezamiento aéreo", señala Robert Dudley, un
biólogo del laboratorio de vuelo animal en la Universidad de California -
Berkeley.
Los gatos también pueden extender sus piernas
para crear una especie de efecto paracaídas, dice Andrew Biewener, un
profesor de biología organismal y evolutiva en la Universidad de
Harvard, aunque no está claro cuánto de esto disminuye la tasa de
descenso.
"Extienden sus piernas, lo cual expande el área de superficie del cuerpo, y eso incrementa la resistencia", añade.
Cuando aterrizan, las piernas musculares de los gatos -hechas para trepar árboles- actúan como amortiguadores.
"Los gatos tienen piernas largas, confiables",
afirma Jim Usherwood, del laboratorio de estructura y movimiento en el
Royal Veterinary College. "Tienen músculos decentes. En lo que son
capaces de saltar bastante bien, los mismos músculos invierten energía
en la desaceleración en lugar de romper huesos".
Las piernas elásticas aumentan la distancia
sobre la cual se disipa la fuerza de la colisión con el piso, señala el
Dr. Biewener.
"Las fuerzas de impacto son mucho más altas en
colisiones fuertes", dice. "Si pueden incrementar el tiempo de colisión
en un periodo largo, ello reduce la fuerza de impacto".
Y las piernas de un gato están anguladas debajo
del cuerpo, en vez de estar extendidas hacia abajo, como las de los
caballos o seres humanos.
"Realmente no se transmiten las fuerzas directamente", indica el Dr. Socha.
"Si el gato aterrizara con sus piernas
directamente debajo de él en una columna y las mantuviera duras, se
romperían todos sus huesos. Pero se abren a los costados y las
articulaciones se doblan, con lo que toman esa energía y la ponen en las
articulaciones, haciendo menos fuerza en el hueso mismo".
Sin embargo, los gatos caseros en áreas urbanas o
suburbanas tienden a estar con sobrepeso y en condiciones físicas no
tan óptimas, advierte Steve Dale, un consultor en comportamiento de
gatos que pertenece a la junta de la Winn Feline Foundation, que apoya
el estudio de la salud de los gatos.
Eso disminuye su habilidad para enderezarse en medio del aire, afirma.
"Este gato tuvo suerte", dice. "Pero muchos, si
no la mayoría, sufren graves daños en los pulmones, se rompen una
pierna, o dos, o tres o las cuatro, quizás se dañan la cola, y tal vez,
más probablemente, se rompen la mandíbula o los dientes".
"Si aprendieron la lección: por favor protejan sus ventanas".
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