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miércoles, 28 de marzo de 2012

¿Cómo sobreviven los gatos al caer de grandes alturas?

Una gata de la ciudad de Boston, Estados Unidos, sobrevivió una caída de la ventana del piso 19 de un edificio y sólo se rasguñó el pecho. ¿Será que realmente los gatos tienen siete vidas?


La dueña de la gata, Brittney Kirk, una enfermera, dejó una rendija abierta de la ventana la mañana del miércoles, para que Sugar tuviera un poco de aire. Sugar salió por la ventana y se cayó o dio un salto desde el borde, aterrizando en un frondoso jardín.
Un servicio de rescate de animales la encontró y pudo localizar a Kirk, gracias a un microchip instalado en su piel.

"Es una gatita resistente", declaró Kirk al periódico Boston Globe.
La notable habilidad de los gatos para sobrevivir caídas desde grandes alturas es un asunto simple y predecible de física, biología evolutiva y fisiología, según dicen veterinarios y biólogos.

Nada sorprendente

La respuesta

  • Los gatos tienen áreas de superficie relativamente grandes en proporción a su peso, así que caen a una velocidad más baja de grandes alturas que mamíferos más grandes
  • Sus cuerpos han evolucionado para permitirles sobrevivir caídas de árboles, sus hogares naturales
  • Si tienen tiempo, se tuercen para aterrizar en sus patas
  • Sus piernas son largas, musculares y extendidas bajo el cuerpo, en lugar de ir directamente para abajo, lo cual les permite amortiguar la caída
  • Pero muchos gatos que caen de alturas grandes de todos modos quedan gravemente lesionados y algunos mueren
"Esta historia reciente no es una gran sorpresa", afirma Jake Socha, biomecánico en la universidad Virginia Tech.
"Sabemos que los animales exhiben este comportamiento, y hay muchos registros de supervivencia de estos gatos".
Ya que los científicos no se entusiasman con lanzar gatos de edificios para observaciones experimentales, la ciencia ha sido sistemáticamente incapaz de estudiar el porcentaje de felinos que viven después de estrellarse en el piso.

En un estudio de 1987 de 132 gatos llevados a una clínica veterinaria de emergencia en la ciudad de Nueva York por caídas de edificios altos, 90% de los gatos tratados sobrevivieron y apenas 37% necesitaron tratamiento de emergencia para mantenerlos vivos. Uno que cayó de 32 pisos al concreto sufrió únicamente la rotura de un diente y un colapso pulmonar, para ser dado de alta 48 horas después.

Desde el momento que están en el aire hasta el instante después de que chocan con el piso, los cuerpos de los gatos están preparados para sobrevivir caídas, según los científicos.

Tienen un área de superficie relativamente grande en proporción a su peso, por lo que se reduce la fuerza con la que caen al pavimento.
Gato doméstico
Las piernas de los gatos son elásticas y musculares, que les permiten amortiguar el impacto.
Los gatos alcanzan la velocidad terminal, en la cual la fuerza de gravedad hacia abajo se empareja con el empuje hacia arriba de la resistencia al viento, a una velocidad lenta, en comparación con animales más grandes, como los caballos y los seres humanos.

Por ejemplo, un gato de tamaño promedio con sus extremidades extendidas alcanza una velocidad terminal de unos 97km/h, mientras que un hombre promedio llega a 193km/h, de acuerdo con el estudio de 1987 de los veterinarios Wayne Whitney y Cheryl Mehlhaff.

Los gatos son esencialmente animales arbóreos: cuando no viven en casas o en callejones urbanos, tienden a vivir en árboles.

Más temprano que tarde, van a caer, dicen los biólogos. Los gatos, monos, reptiles y otras criaturas saltan en busca de presas y fallan, las ramas de los árboles se rompen, o el viento los empuja, de manera que la evolución los ha hecho supremamente capaces de sobrevivir caídas.

"Ser capaces de sobrevivir caídas es crítico para los animales que viven en árboles, y los gatos están entre ellos", afirma el Dr. Socha. "Los gatos domésticos todavía contienen una serie adaptaciones que permiten a los felinos desempeñarse bien en los árboles".

Cuestión de instinto

"Este gato tuvo suerte. Pero muchos, si no la mayoría, sufren graves daños en los pulmones, se rompen una pierna, o dos, o tres o las cuatro, quizás se dañan la cola, y tal vez, más probablemente, se rompen la mandíbula o los dientes"
Steve Dale, especialista en comportamiento de gatos
A través de la selección natural, los gatos han desarrollado un agudo instinto para saber dónde es abajo, análogo al mecanismo que los humanos usan para el mantener equilibrio, según los biólogos.

Entonces -si tienen suficiente tiempo- son capaces de torcer sus cuerpos como un gimnasta, astronauta o paracaidista y girar sus colas para posicionar sus pies bajo sus cuerpos y aterrizar parados.

"Todo lo que vive en árboles tiene lo que llamamos un reflejo de enderezamiento aéreo", señala Robert Dudley, un biólogo del laboratorio de vuelo animal en la Universidad de California - Berkeley.

Los gatos también pueden extender sus piernas para crear una especie de efecto paracaídas, dice Andrew Biewener, un profesor de biología organismal y evolutiva en la Universidad de Harvard, aunque no está claro cuánto de esto disminuye la tasa de descenso.

"Extienden sus piernas, lo cual expande el área de superficie del cuerpo, y eso incrementa la resistencia", añade.

Cuando aterrizan, las piernas musculares de los gatos -hechas para trepar árboles- actúan como amortiguadores.
Gato en un árbol
¿Cómodo? Los gatos se han adaptado evolutivamente a vivir en árboles. La vida de lujo con seres humanos es un desarrollo reciente.

"Los gatos tienen piernas largas, confiables", afirma Jim Usherwood, del laboratorio de estructura y movimiento en el Royal Veterinary College. "Tienen músculos decentes. En lo que son capaces de saltar bastante bien, los mismos músculos invierten energía en la desaceleración en lugar de romper huesos".

Las piernas elásticas aumentan la distancia sobre la cual se disipa la fuerza de la colisión con el piso, señala el Dr. Biewener.

"Las fuerzas de impacto son mucho más altas en colisiones fuertes", dice. "Si pueden incrementar el tiempo de colisión en un periodo largo, ello reduce la fuerza de impacto".

Y las piernas de un gato están anguladas debajo del cuerpo, en vez de estar extendidas hacia abajo, como las de los caballos o seres humanos.

"Realmente no se transmiten las fuerzas directamente", indica el Dr. Socha.
"Si el gato aterrizara con sus piernas directamente debajo de él en una columna y las mantuviera duras, se romperían todos sus huesos. Pero se abren a los costados y las articulaciones se doblan, con lo que toman esa energía y la ponen en las articulaciones, haciendo menos fuerza en el hueso mismo".

Sin embargo, los gatos caseros en áreas urbanas o suburbanas tienden a estar con sobrepeso y en condiciones físicas no tan óptimas, advierte Steve Dale, un consultor en comportamiento de gatos que pertenece a la junta de la Winn Feline Foundation, que apoya el estudio de la salud de los gatos.
Eso disminuye su habilidad para enderezarse en medio del aire, afirma.

"Este gato tuvo suerte", dice. "Pero muchos, si no la mayoría, sufren graves daños en los pulmones, se rompen una pierna, o dos, o tres o las cuatro, quizás se dañan la cola, y tal vez, más probablemente, se rompen la mandíbula o los dientes".
"Si aprendieron la lección: por favor protejan sus ventanas".

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