El reciente terremoto de 7,4 grados en la escala de
Richter asustó a miles de mexicanos, especialmente en la capital del
país, pero ahora se sabe que el movimiento sísmico causó algo más que
pánico.
Científicos de la Universidad Nacional Autónoma
de México (UNAM) miden el desplazamiento de la placas continentales en
la costa del Pacífico, especialmente en la región de Oaxaca y Guerrero,
donde ocurrió el epicentro del sismo.
De forma preliminar se reconoce una
separación de las placas de Cocos y la Norteamericana, aunque todavía no
se sabe el impacto real del temblor, le dice a BBC Mundo Carlos Valdéz
González, jefe del Servicio Sismológico Nacional (SSN).
"El piso oceánico se acerca. Es difícil de medir
porque está en el océano, no se ve el movimiento. No se puede medir lo
que se desplazó el fondo marino", explica.
El último temblor de 7,4 grados Richter causó la
muerte de dos personas, heridas a una docena y afectó a unas 30.000
familias. Hasta ahora se han registrado más de 200 réplicas.
De acuerdo con las estimaciones de la UNAM, el
movimiento telúrico fue equivalente a la explosión de 10.000 bombas
atómicas similares a las descargadas en Hiroshima, Japón, en 1945.
Placas
"El piso oceánico se acerca. Es difícil de medir porque está en en el océano, no se ve el movimiento. No se puede medir lo que se desplazó el fondo marino"
Carlos Valdéz, jefe del Servicio Sismológico Nacional
El desplazamiento de placas terrestres es normal después de un sismo como el del pasado 20 de marzo.
En 1985 hubo un terremoto de 8,1 grados Richter
de intensidad que causó separaciones de tierra de hasta 15 metros en
algunos lugares.
En 2010, un movimiento de 7,2 grados en el Valle
de Mexicali, al noroeste de México, cambió la zona de cultivos por
hundimientos del terreno y el proceso de solifluxión, el desplazamiento
masivo y lento de ciertos tipos de suelo. Este asentamiento de la
tierrra modificó los mantos freáticos locales.
Ahora los científicos de la UNAM intentan averiguar el impacto del sismo más allá de los daños en la superficie.
En la región del epicentro, una de las más
pobres del país, se han colocado aparatos para medir la fractura de la
Placa de Cocos, ubicada casi por completo en el Océano Pacífico, y la
Placa Norteamericana, donde se encuentra casi todo el territorio
mexicano, excepto la península de Baja California que se ubica sobre la
Placa del Pacífico.
"¿Dónde te agarró el temblor?"
México es un país donde los movimientos de
tierra son comunes. El año pasado, el SSN detectó más de 4.000 sismos de
diferentes intensidades, más de diez por día.
La mayor parte pasaron desaparcibidos para la
población, aunque hubo algunos que causaron alarma, especialmente en
Ciudad de México.
A pesar de la frecuencia de los sismos, los
daños fueron menores. Las autoridades dicen que es consecuencia de la
cultura de protección civil desarrollada a partir del terremoto de 1985,
pero algunos especialistas afirman que en realidad los mexicanos se han
acostumbrado a que la tierra bajo sus pies se mueve con frecuencia.
De hecho, cada vez que ocurre un evento de esta
naturaleza los científicos recuerdan que, en algún momento del futuro,
México vivirá un terremoto de gran intensidad.
Algo parecido a lo que se pronostica con la
Falla de San Andrés, en América del Norte, que podría separarse del
continente en algún momento.
Los mexicanos asumen con tranquilidad y humor el
evento. Por ejemplo, tras el terremoto de 1985 que causó oficialmente
las muerte de 10.000 personas, el cantante Chico Che compuso el tema
"¿Dónde te agarró el temblor?", que fue uno de los más populares de la
época.
La canción todavía se repite en estaciones de radio locales cada vez que, como ahora, ocurren sismos importantes.
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