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jueves, 28 de octubre de 2010

CONSULTORIO ECOLÓGICO


Escrito por: ING. ELEUTERIO MARTÍNEZ
Columnista invitado



Especialista en recursos naturales

P. Profesor me gustaría tener información sobre la historia de un árbol llamado almácigo.



R. El Almácigo es un árbol de mediano porte, que deja caer sus hojas en las estaciones secas (otoño e invierno), como estrategia para conservar el agua fisiológica.


Tiene 30 pies de tamaño promedio, con tronco y fuste bien definidos, con uno y a veces con casi dos metros de circunferencia, de madera blanda y de amplia distribución en el país, las Antillas, Centro y Suramérica. Su historia natural es muy amplia por la versatilidad de su madera, la diversidad de usos y sus propiedades medicinales, las cuales nos llegan por tradición desde tiempos amerindios y desde todos los ámbitos de su distribución geográfica.



En primer lugar debemos dar un vistazo a la relación que tuvieron los aborígenes de nuestro continente con este árbol tan apreciado por las diferentes culturas o grupos indígenas que precedieron la llegada de los europeos a estas tierras.

El Almácigo era una planta sagrada para los indios que poblaron las llanuras dominadas por bosques húmedos, semi húmedos (bosques de transición), zonas secas y muy áridas de América del Sur y Centro América; quienes los utilizaron ampliamente en sus ritos y como planta milagrosa por su propiedades curativas.

 De hecho, al Almácigo se le conoce en toda Suramérica y Centroamérica como “Palo de Indio” o “Palo del Indio” y hasta el mismo vocablo “almácigo”, fue acuñado por ellos, muy especialmente por los aborígenes que poblaron las Antillas.

Su madera viene siendo utilizada desde entonces hasta nuestros días, para hacer canoas (medio de transporte acuático), bateas (utensilio para lavar de uso casi generalizado en aquellos tiempos), objetos variados de uso doméstico (platos, cucharas, tablas, pilones, mazos, secaderas…,).



Sus usos ritualísticos se realizaban en su tronco, usando sus ramas, las resinas, su savia y diversas figuras trabajadas a partir de su madera. Su resina todavía es usada como incienso y aromatizadores.

Sus usos medicinales son muy amplios, principalmente como antiséptico y antidiarréico. La corteza es diurética, antiséptico urinario, combate la nefritis y es particularmente efectiva contra irritaciones intestinales, lo mismo que el té de sus hojas contra dolores de las vías intestinales.

Por su fácil reproducción por estacas es ampliamente utilizado para cercas vivas y como planta melífera. Modernamente se usa para la artesanía y quién sabe si en lo adelante, resulte útil para la industria.



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