La erupción de un volcán subterráneo podría dar
origen a la octava de las islas Canarias (España) o ampliar una de las
ya existentes. Para algunos es un espectáculo colorido, para otros un
duro trastorno en sus vidas.
"Hoy está enfadado. ¡Mira como está!" dice el
pescador Elio Morales Rodríguez, en La Restinga, un pueblo en la costa
sur de la isla de El Hierro.
"Esa mancha verde en el agua es una
zona muerta", dice mirando al mar. "Lo mata todo. Ya no se puede pescar,
ni bucear, ni vienen turistas. Solo se ven peces muertos en la
superficie".
Hace más de un mes que el volcán submarino entró
en erupción, a cinco kilómetros de la costa sur de El Hierro, la menor
de las siete Islas Canarias, unos 50 kilómetros al suroeste de su vecina
más cercana, La Gomera, y a 100 kilómetros de distancia de la isla más
poblada, Tenerife.
A unos 60 metros de profundidad, el volcán, calificado como "submarino", está liberando gases y magma en el océano.
La erupción ha atraído a la isla a periodistas y
camarógrafos, pero ha espantado a muchos turistas. La periodista local
Bárbara Belt dice que los isleños se enfrentan a la incertidumbre de no
conocer cuándo cesará la actividad del volcán y podrán retomar su vida
habitual.
En el pueblo costero de La Restinga, muchas bares, restaurantes y hoteles han echado el cierre y muchos vecinos se han marchado.
Temblores
Erupciones en las Canarias - Último siglo
- 1971: erupción del Volcán Teneguía en la isla de La Palma.
- 1949: erupción del volcán San Juan, también en la isla de La Palma.
- 1909: erupción del volcán Chinyero, en Tenerife.
La erupción es parte de una evolución volcánica
de largo plazo en las Islas Canarias, que puede resultar en el
nacimiento de una isla más o en la adhesión de más territorio a la parte
sur de la isla de El Hierro, según los expertos.
Al norte de la isla también hay actividad sísmica.
"Ha habido una cantidad enorme de actividad
sísmica alrededor de la isla", dice Nemesio Pérez, coordinador
científico en Involcan, el Instituto Volcanológico de Canarias.
"Al sur de la costa de El Hierro, el magma ha surgido de la corteza. La pregunta ahora es si eso pasará también al norte".
Pérez estudió vulcanología en Japón y Estados
Unidos antes de volver a su tierra en 1997 para ayudar a mejorar la red
de supervisión de la actividad volcánica en el archipiélago.
En los últimos cuatro meses, la red ha detectado
más de 11.000 temblores en la isla de El Hierro, uno de los cuales
midió 4,6 grados en la escala de Richter, y fue sentido en La Gomera y
Tenerife. Uno de los vecinos de El Hierro dice que fue como un "tirón de
energía", y otro describe el ruido como un "rugido profundo".
Los 10.000 residentes de la isla no han sentido
la mayoría de los temblores, pero varios han sido suficientemente
poderosos como para despertar su nerviosismo.
Un manto de magma
Lo que observamos en El Hierro es
una zona de fractura activa, que más o menos se extiende de norte a sur.
Y esa zona de fractura canaliza el magma, que surge de la profundidad a
la superficie, en una estructura que llamamos un "dique", y que es como
un manto vertical de magma.
Joachim Gottsmann, vulcánologo
Ese manto de magma se manifiesta en un centro de erupción que se sitúa en el sur, pero también crea mucha actividad sísmica en el norte. Esta todo conectado.
Es normal que estos mantos de magma, al erupcionar, se canalicen por puntos individuales, en lugar de causar una fisura completa.
Joachim Gottsmann, vulcánologo
Ese manto de magma se manifiesta en un centro de erupción que se sitúa en el sur, pero también crea mucha actividad sísmica en el norte. Esta todo conectado.
Es normal que estos mantos de magma, al erupcionar, se canalicen por puntos individuales, en lugar de causar una fisura completa.
"Los isleños han tenido sus maletas preparadas
en la puerta, con ropas, baterías para la radio, linternas, sábanas y
víveres", dice Bárbara Belt.
En el norte de la isla, en una zona llamada La
Frontera, trabaja Carmen, una profesora de guardería que dice que está
usando juegos para que los niños aprendan los procedimientos de
emergencia.
"Cuando soplo el silbato, se meten debajo de las
mesas lo más rápido que pueden. Entonces cantamos hasta que recibimos
la señal para salir y luego nos marchamos en fila sosteniendo una
cuerda".
"Las autoridades han recomendado a los isleños
que no salgan al exterior durante los temblores", dice la periodista
Belt. "Cuando vuelve la calma, deben concentrarse en los lugares de
reunión designados".
La ministra de Defensa española, Carme Chacón, visitó la isla en septiembre.
En La Caleta, se ha estacionado un grupo de
protección civil venido de la Península que está en alerta por si se
declara una emergencia.
¿Nube de cenizas?
La vida de los isleños se vio interrumpida por
el cierre temporal de un túnel con un enlace por carretera vital.
También se han producido evacuaciones de casas en algunas zonas
potencialmente peligrosas.
Para algunos, lo peor ha sido el impacto en el turismo.
"La televisión y los periódicos lo dramatizan
todo", dice Máximo Rodríguez, en una conversación en un bar casi vacío
de La Restinga. "La gente se asusta. La gente debería venir. ¿Cuántas
veces tienes la oportunidad de ver esto?", pregunta.
En la parte norte de la isla, en La Frontera,
los propietarios del bar Tasca La Cantina, José Antonio Padrón Pérez y
su esposa, María Fonte Armas, dicen que también están hartos.
"En invierno suelen venir grupos de senderismo
del norte de Europa. Todos han cancelado sus planes este año. Pero la
vida real no es tan dramática como aparece en la prensa. Todos somos
conscientes de la actividad volcánica. ¡Estas son islas volcánicas!".
El Hierro tiene 500 conos volcánicos, lo que la
convierte en la isla canaria con más volcanes, y eso puede explicar que
muchos herreños digan sentirse tranquilos. Carmen dice que los volcanes
que pintan los niños de su guardería no son precisamente oscuros y
siniestros, sino coloridos y divertidos.
Joachim Gottsmann, un vulcanólogo de la
Universidad británica de Bristol que dirige un estudio volcánico
financiado por la Unión Europea, dice que no hay señales de que se vaya a
formar una "nube de ceniza" similar a la que surgió en 2010 durante una
erupción en Islandia.
"Ahora mismo, la erupción al su de El Hierro es
en realidad solo una erupción submarina", afirma. Pero añade que esto
podría cambiar de un momento a otro.
Así que es una nube de incertidumbre la que se
cierne sobre la cabeza de los herreños. Les gustaría que el revuelo se
redujera, o al menos que más turistas vinieran a la isla para presenciar
la erupción.
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