Cuando uno atraviesa un paso fronterizo en cualquier
país no es raro cruzarse con perros rastreadores entrenados para
detectar artefactos explosivos, drogas o mercadería contrabandeada.
Pero en Argentina, los canes no sólo se utilizan
para combatir el terrorismo y el narcotráfico. Aquí las autoridades los
usan para luchar contra otro delito que les preocupa: la salida de
dólares no declarados.
La Administración Federal de
Ingresos Públicos (AFIP) -el fisco argentino- desplegó en puestos
aduaneros a perros especialmente adiestrados para detectar la moneda
estadounidense.
Es parte de una serie de medidas que adoptó el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner para frenar la creciente
fuga de capitales que, según expertos consultados por BBC Mundo, se ha convertido en uno de los principales flagelos de la economía argentina.
Según cálculos del Banco Central de la República
Argentina (BCRA), en los primeros nueve meses de 2011 la salida de
capitales alcanzó los US$16.200 millones. La fuga más alta se registró
en el tercer trimestre, cuando US$7.900 millones quedaron fuera del
sistema bancario.
Esa tendencia se habría mantenido en los últimos
tres meses del año, por lo que se estima que la cifra anual será de
US$24.000 millones.
Se trata de la fuga más grande de los últimos 20 años, según Nicolás Bridger, director de la asesora financiera Prefinex.
Recuerdos del corralito
Estadísticas oficiales revelan que dos tercios
del dinero sacado del sistema entre enero y septiembre de este año
corresponden a unos 3 millones de personas que se llevaron montos
inferiores a los US$250.000.
Eso sugeriría que muchos de los responsables de la fuga de capitales son ahorristas minoristas.
Para Bridger, la desconfianza en el sistema
bancario argentino es un legado de la crisis económica de finales de
2001, cuando el gobierno decretó un "corralito financiero", restringió
el retiro de los depósitos bancarios y luego "pesificó" los ahorros en
dólares, convirtiéndolos a la moneda local.
Este mes se cumple una década desde esos sucesos, pero según el economista "aún se siente su huella" en la sociedad argentina.
Más allá de la desconfianza que generó la crisis
de 2001, hay factores más recientes que habrían ahondado la salida de
capitales.
Según Mariano Lamothe, jefe de la consultora
económica Abeceb.com, la incertidumbre respecto a la política económica
del gobierno habría hecho que la mayoría de los ahorristas prefiera la
alternativa del dólar.
También la inquietud por los comicios presidenciales de octubre habría profundizado la tendencia.
Medidas anti-fuga
Para Bridger, medidas como la de los "perros
busca dólares" –como los apodó la prensa argentina- tendrán muy poco
impacto para frenar la salida de dólares.
Según las autoridades, en los últimos seis meses
los canes lograron detectar US$2,7 millones que no habían sido
declarados en las fronteras con Uruguay, Paraguay y Bolivia (la cifra
máxima que se puede sacar del país es US$10.000)
Sin embargo, el experto observó que iniciativas
como esta o la normativa para regular la compra de divisas -que entró en
vigencia a fines de octubre y que ha reducido sensiblemente la compra
de dólares en el país-, podrían tener el efecto contrario del que
buscan, al generar aún más desconfianza entre los ahorristas.
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