Las autoridades de salud en
Francia están considerando si se deben extraer los implantes mamarios
potencialmente defectuosos que recibieron unas 30.000 mujeres en ese
país.
Se teme que las prótesis, fabricadas por la compañía Poly Implant Prothese (PIP), puedan tener riesgos para la salud.
Una investigación el año pasado en
ese país encontró que los implantes fueron producidos con silicona de
mala calidad con un alto potencial de ruptura.
Y aunque algunos informes han vinculado su ruptura con un mayor riesgo de cáncer, en el Reino Unido se descartó esa posibilidad.
Decenas de miles de mujeres británicas recibieron implantes de esta compañía.
Pero las autoridades sanitarias en este país afirman que las prótesis no deben extraerse.
Las autoridades en Francia suspendieron en marzo
de 2010 el uso, comercialización, distribución y exportación de los
implantes PIP después de que se descubrió que las prótesis estaban
siendo producidas con silicona industrial y no de uso médico.
La compañía fue declarada insolvente el año
pasado pero se cree que en sus 12 años de operación, vendió y exportó
unas 300.000 prótesis, principalmente en Europa.
El gobierno francés estableció una comisión
especial para investigar el asunto y afirma que esta semana decidirá si
los implantes deben ser extraídos.
Silicona industrial
Una investigación llevada a cabo por la Sociedad
de Cirujanos Plásticos de Francia en 2010 encontró que los implantes
PIP mostraban un grado mucho más alto de ruptura que otros implantes y
que su silicona no era apropiada para uso médico.
"La recomendación actual de la MHRA para las mujeres con cualquier tipo de implante mamario continúa siendo que si están preocupadas sobre sus mamas o piensan que sus implantes pudieron haberse roto, consulten al cirujano que se los implantó"
Agencia Reguladora de Medicinas y Productos de Salud
Algunos informes señalan que desde entonces se han extraído 523 implantes.
Según el periódico Liberation, se ha
informado de ocho casos de cáncer en pacientes que recibieron los
implantes PIP, y una novena paciente murió de cáncer el año pasado.
Pero el presidente del Instituto Nacional de
Cáncer de Francia, Dominique Maraninchi, afirmó que estos casos no
necesariamente estaban vinculados a implantes defectuosos.
En el Reino Unido, mientras tanto, donde unas
40.000 mujeres recibieron implantes PIP, las autoridades de salud
afirman que estos no deben extraerse.
La Agencia Reguladora de Medicinas y Productos
de Salud (MHRA) de este país expresó que después de revisar la
información disponible no encontró "evidencia suficiente que indique
alguna asociación con cáncer" y que apoye la extracción de estas
prótesis.
"La recomendación actual de la MHRA para las
mujeres con cualquier tipo de implante mamario continúa siendo que si
están preocupadas sobre sus mamas o piensan que sus implantes pudieron
haberse roto, consulten al cirujano que se los implantó" afirma la
agencia.
Por su parte, la Asociación Británica de
Cirujanos Plásticos, Reconstructivos y Estéticos (BAPRAS) expresa que
"hasta ahora no ha visto la evidencia que demuestre que los implantes
mamarios PIP pueden causar problemas de salud y analizará detalladamente
cuando esta evidencia esté disponible".
Pero una investigación en 2010 de la Asociación
Británica de Cirujanos de Estética Plástica (BAAPS) encontró que los
implantes PIP estaban hechos de silicona de bajo grado al parecer
destinada a la producción de colchones.
Esto provocaría que esos implantes de bajo costo
-los más baratos disponibles en el mercado- muestren mayor probabilidad
de ruptura durante el primer año que otras prótesis que en promedio
deben durar 10 años.
Los implantes PIP fueron exportados
principalmente a países europeos y Australia, donde se cree unas 4.500
mujeres tienen las prótesis.
En el año 2000 la Food and Drug Administration (FDA), (Administración
de Alimentos y Fármacos) de Estados Unidos, rechazó la autorización de
licencia para el uso de estos implantes en ese país.
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