En el balneario de Manzanillo, Colima, en la costa
del Pacífico mexicano, un grupo de visitantes alarmó a turistas,
autoridades y dueños de hoteles.
Se trata de decenas de cocodrilos que
abandonaron su hábitat natural para nadar cerca de las playas de la
bahía más concurrida de este centro vacacional.
La Secretaría de Medio Ambiente
(Semarnat) dice que los saurios están desorientados, pues el huracán
Jova, que tocó tierra en Colima en octubre pasado, afectó sus zonas de
anidación.
Hasta ahora no se ha reportado ningún ataque,
pero las autoridades emprendieron una operación de rescate para
regresarlos a su hábitat, le dice a BBC Mundo David Sánchez Nogales,
director de Protección Civil del ayuntamiento de Manzanillo.
"Tenemos vigilancia permanente en las playas.
Capturarlos en el agua es muy difícil, por eso esperamos a que caminen
en la arena", explica.
La mayoría de los lagartos regresaron a su
hogar, la Laguna del Valle de las Garzas, pero no se fueron por la
redada en su contra sino por una razón más natural: La temporada de
invierno trajo corrientes frías en el océano, y los cocodrilos
prefirieron buscar aguas más cálidas.
Turbulencia
"Tenemos vigilancia permanente en las playas. Capturarlos en el agua es muy difícil, por eso esperamos a que caminen en la arena"
David Sánchez, director de Protección Civil de Manzanillo
En un solo día, el huracán Jova descargó 300
mililitros de lluvia en las costas de Colima, lo que equivale a 300
litros de agua por metro cuadrado.
Más de 27.000 personas resultaron afectadas. El
desbordamiento de ríos destruyó 22 puentes y causó daños a 340
kilómetros de carreteras.
La Laguna del Valle de las Garzas, que está a unos metros del mar, resultó particularmente afectada, explica Sánchez Nogales.
"Se llenó de aguas turbulentas, y las corrientes
desbordaron los canales", dice. "Muchos cocodrilos pudieron ser
arrastrados por la crecida".
La inundación duró varias semanas. En ese tiempo los lagartos no pudieron regresar a la laguna y permanecieron en el mar.
Muchos turistas se alarmaron, e incluso la Asociación de Hoteles y Moteles de Colima exigió su reubicación.
Así, durante varios días brigadas de Protección
Civil, policías y marinos recorrieron las playas y bahías, pero sólo
consiguieron capturar a uno.
Los demás reptiles volvieron solos a su hábitat. En los últimos días ya no se les ha visto en las playas.
Barcos
Además de destino turístico, Manzanillo es el
segundo puerto más grande de México, y en los últimos años ha aumentado
el área para contenedores y atraque de barcos.
Organizaciones ambientalistas dicen que ésta
puede ser otra razón para motivar a los cocodrilos a buscar alimento en
el mar, pues algunas zonas de manglares han resultado afectadas por la
actividad del puerto.
Mientras, las autoridades advierten a turistas y
vecinos de Manzanillo que no se acerquen a los reptiles. La Semarnat ha
colocado carteles con recomendaciones en las playas más concurridas.
Los cocodrilos suelen huir de los seres humanos,
pero si se sienten amenazados pueden resultar peligrosos, insiste el
director de Protección Civil.
"Si los ven no se les acerquen. No es bueno molestarlos", insiste.
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