El Congreso en Argentina aprobó una polémica ley
impulsada por el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, que regula
la fabricación, comercialización y distribución del papel de diario,
declarándolas de interés público.
La ley estipula cómo debe funcionar la empresa
Papel Prensa, la única productora de pasta celulosa y papel para
periódicos del país, que pertenece mayoritariamente a los dos
principales diarios de Argentina: Clarín y La Nación, y minoritariamente
al Estado.
Estos periódicos son críticos del
gobierno y acusan a las autoridades de querer subyugarlos a través de
esta ley, al controlar su principal insumo.
Por su parte, el gobierno asegura que Clarín y
La Nación mantienen un monopolio que discrimina contra varios diarios
más pequeños del país, al cobrarles un precio diferenciado por su papel o
forzarlos a importarlo, ante la insuficiente producción de la empresa
argentina.
Es por eso que elaboraron esta ley, que obliga a
Papel Prensa a tener un único precio de venta, a operar "como mínimo a
pleno de su capacidad" y a "satisfacer la totalidad de la demanda
interna de papel para diarios".
La norma será aplicada por el Ministerio de
Economía, con seguimiento de una Comisión Bicameral del Congreso (que al
menos por los próximos dos años tendrá mayoría oficialista).
Mayor participación del Estado
Actualmente, Papel Prensa provee de su insumo
principal a 170 periódicos impresos, lo que representa el 75% del
mercado doméstico, mientras que el resto del papel proviene de la
importación.
La ley especifica que si los actuales dueños
mayoritarios de Papel Prensa no tuvieran los fondos necesarios para que
la empresa supla toda la demanda interna del país, el dinero podrá ser
aportado por el Estado, que en ese caso "verá acrecentada" su
participación accionaria (actualmente del 27,46%).
Según el Grupo Clarín (que posee el 49% de las
acciones de Papel Prensa), y La Nación, (dueña del 22,5% de la empresa),
es una forma de control estatal de la prensa, algo que está
expresamente prohibido por la Constitución.
"La libertad de expresión está siendo violada todos los días, desde hace décadas, por una empresa monopólica que impone precios y cupos, y asfixia económicamente a otros medios más pequeños"
Marina Raquel Riofrío, secretaria del bloque del Frente para la Victoria (FPV) en el Senado.
El pasado domingo, Clarín (el diario más leído
en Argentina) publicó una portada especial mostrando una hoja en blanco
con una cita: el artículo 32 de la Constitución Nacional, que dice: "El
Congreso federal no dictará leyes que restrinjan la libertad de imprenta
o establezcan sobre ella la jurisdicción federal".
Según Clarín y La Nación, la ley que aprobó el
Congreso viola este artículo, algo en lo que coinciden diversos
constitucionalistas, además de casi todo el arco opositor.
También la Sociedad Interamericana de Prensa
(SIP) advirtió que "se están vulnerando principios fundamentales sobre
libertad de prensa establecidos en la Declaración de Chapultepec, en
tratados internacionales que el país firmó y en el Art.32 de la propia
Constitución Argentina".
En tanto, asociaciones de diarios de Argentina y
varios países, incluyendo Brasil, Chile, Perú y Ecuador, expresaron su
preocupación por la nueva ley.
El Estado como "garante"
Sin embargo, legisladores oficialistas consultados por BBC Mundo negaron que la norma sea anticonstitucional.
"Esta ley no viola el artículo 32, muy por el
contrario, siento que la estamos protegiendo", dijo a este medio Marina
Raquel Riofrío, secretaria del bloque del Frente para la Victoria (FPV)
en el Senado, e integrante de la Comisión de sistemas, medios de
comunicación y libertad de expresión.
"La libertad de expresión está siendo violada
todos los días, desde hace décadas, por una empresa monopólica que
impone precios y cupos, y asfixia económicamente a otros medios más
pequeños", acusó la senadora.
Por su parte, Eric Calcagno, uno de los
diputados del FPV que la semana última logró darle media sanción al
proyecto de ley en la Cámara Baja, también negó enfáticamente que la
norma restrinja la libertad de prensa.
"Por supuesto que no viola la Constitución. De
lo que se trata es que los que publican diarios reciban un buen papel a
un buen precio. Nada dice sobre la línea editorial", aseguró.
Ambos legisladores negaron que esta ley busque crear un monopolio estatal.
No obstante, Calcagno resaltó que aún si el
Estado aumentara su participación a tal punto de tener el control de
Papel Prensa, no hay por qué temer repercusiones.
"El Estado ya tiene una empresa monopólica de aguas (AYSA) y le damos agua incluso a quienes no piensan como nosotros", ejemplificó.
Riofrío también criticó a quienes "demonizan" al
oficialismo: "No somos más que eso que se ha votado hace unos meses",
dijo, en referencia al arrasador triunfo de Cristina Fernández y el FPV
en los comicios generales de octubre pasado.
"No es el objetivo de esta ley transformar al Estado en el regulador sino en el garante de la palabra", aseveró Riofrío.
La pelea Clarín-gobierno
La aprobación de la ley sobre Papel Prensa se da
en un contexto de creciente tensión entre el gobierno y los dos
principales diarios del país.
Esta semana, el gobierno instó a la Justicia a
que indague a los directivos de ambos medios por la presunta adquisición
ilícita de Papel Prensa.
Según la presidenta Fernández, Clarín y La
Nación compraron la empresa en 1976 en connivencia con el último
gobierno militar (1976-1983). Por eso querelló a sus directivos por
delitos de lesa humanidad.
"Se están vulnerando principios fundamentales sobre libertad de prensa establecidos en la Declaración de Chapultepec, en tratados internacionales que el país firmó y en el Art.32 de la propia Constitución Argentina"
Sociedad Interamericana de Prensa.
La mayoría de los analistas enmarca la disputa
por Papel Prensa en la "guerra" que mantienen el gobierno y el Grupo
Clarín -el principal multimedios del país- desde el conflicto agrario de
2007.
De este entonces, el gobierno aprobó una
controvertida ley para "desmonopolizar" el mercado de los medios, que
perjudica particularmente a Clarín.
El gobierno también anuló sorpresivamente la licencia del principal proveedor de Internet del grupo, Fibertel.
Todas estas cuestiones, y otras que atañen a
Clarín y a La Nación, están siendo dirimidas por la Justicia y muchos
creen que la controversia por la ley que regula el papel de diarios
seguirá el mismo camino.
La llamada Ley de Papel Prensa es una de varias
polémicas normas que aprobó el Congreso desde el pasado 10 de diciembre,
cuando asumieron los nuevos legisladores elegidos en octubre, que le
dieron una mayoría en ambas cámaras al oficialismo.
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