Tiberio Castellanos |
Comunicador dominicano residente en Miami
Comprendo
muy bien que el título de esta descarga es demasiado largo. Pero no
encuentro otro modo de sintetizar el alcance de lo que quiero
decir. Queda claro que esta descarga tiene una orientacion cristiana.
No obstante, me parece que sirve tambien, para los que no son cristianos
ni creen en el Cielo, pero si están seguros de que tienen un alma. Y
por supuesto, de que también tienen un cuerpo.
Y mira que en esto último está la cosa,
o gran parte de ella: en que yo tenga o posea un cuerpo, o que ese
cuerpo mío me tenga o me posea a mi. Entiendo, que eso puede no estar
muy claro, así que sigamos.
Hace un montón de años, Pablo, en su
epístola a los Romanos, nos explica como funcionan los vicios. Es decir,
aquello que hacemos una y otra vez, aunque nuestra mente considere, una
y otra vez, que está incorrecto hacerlo.
Dice Pablo:"En lo íntimo,
cierto, me gusta la ley de Dios, pero en mi cuerpo percibo unos
criterios diferentes que guerrean contra los criterios de mi razón y me
hacen prisionero de esa ley del pecado que está en mi cuerpo".
Subrayemos esto último: ESA LEY DEL PECADO QUE ESTA EN MI CUERPO.
Luego habla Pablo, de la lucha de la
razón, por una parte, y de los bajos instintos, por la otra.
Yo diría, o
lo entiendo mejor diciendo así, la lucha de los deseos del cuerpo,
contra lo que en mi cabeza tengo por justo, correcto, decente (aunque
este último concepto está en estos tiempos en crisis). Me cuenta mi
amigo Juan que Virgilito, un amigo de ambos, le dijo: -el cigarrillo
está acabando conmigo-.
Juan le dice:- pues deja de fumar-. Claro
que mi amigo Juan no es psicólogo, ni ha leído las Epístolas. De otro
modo, entendería cómo los deseos del cuerpo de Virgilito se imponen
sobre su voluntad, sobre su raciocinio. A eso es a lo que llamamos
vicio.
Y yo no se si llamarle tambien vicio, o
viciosa, a la conducta de aquellos que no hacen, lo que ellos saben que
está recomendado hacer, o por la ciencia o por las buenas costumbres.
En esta conducta, eso entiendo yo, hay un poco de Soberbia y también de
Pereza. Y uso aquí las mayúculas porque se trata de dos Pecados
Capitales.
En otra de sus cartas, Pablo, que ha
visitado Atenas en tiempo de las originales olimpíadas, observa y así lo
dice en su carta a los Corintios: "cada contendiente se impone en todo
una disciplina; ellos (los atletas) para ganar una corona que se
marchita; nosotros una que no se marchita.
Pues yo corro de esa manera
(se refiere a su disciplina), no sin rumbo fijo; boxeo de esa manera, no
dando golpes al aire; nada de eso, mis directos van a mi cuerpo y lo
obligo a que me sirva, no sea que después de predicar a otros me
descalifiquen a mí".
Asi que Pablo dice que OBLIGA A SU
CUERPO A QUE QUE LE SIRVA. Pues, ahora lo digo yo, esa es la esencia
de la autodisciplina. Y me parece apropiado aclarar aquí, que esta
disciplina está al alcance de todos. No solamente de personas
excepcionales como Napoleón:"-Esta noche no, Josefina-".
Algunos quieren
decir ésto cuando la llaman "Fuerza de Voluntad". No, la disciplina
puede adqirirla cualquiera. Pero sí es la disciplina lo que puede hacer
excepcional a cualquier persona.
Y otra cosa es que a muchos le ayuda,
no a todos por cierto, la disciplina de grupo. Entiendo así la
disciplina de academias militares, seminarios y conventos, etc. Pero
dije no a todos. Pues es común ver a personas que cuando ya no están
sometidas a esta disciplina de grupo actuan de un modo muy diferente.
En fin, que ahora pienso, que en vez
de el farragoso título de esta descarga, podemos poner otro más
sencillo, por ejemplo éste: En Elogio de la Disciplina. O quizas otro
tan sencillo pero mas personal. Yo Soy: Mi Disciplina.
Un abrazo.
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