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miércoles, 5 de enero de 2011

CHERCHA, MENTIRA Y TRAGEDIA 3



Por José Checo Estévez.
 El autor es comentarista de televisión.  
3 de 3. 



 Este clima de incertidumbre que vive la nación,  ha sido propiciado por los mismos sectores oscuros que se benefician del caos institucional,  para, en medio del desorden, pescar en el río revuelto y sacar ganancias de pescadores.

A estos señores de la sombra, no les interesa un ente pensante, digno, crítico, asertivo y que se rija por un código moral. Un hombre o mujer de estirpe, con valores y una personalidad definida, no sirve a sus despropósitos, por cuanto no es manejable, ni entra en componendas de aposentos.


 No hay forma de proponerle apandillarse en contra de terceros, ni negocios asquerosos en contra de la nación. Y no estoy hablando de lavado de activos, hay mil formas de hacerse rico cuando se habla de corrupción. Pero, lamentablemente, quedan pocas personas con estas condiciones de reciedumbre moral.

Es más, voy a decirlo: Hay quienes pretenden ser apologistas, se cubren con el manto sagrado de la religión y desde un púlpito, hablan de Dios, de su hijo Jesús y su ejemplo de vida, pero su corazón está lleno de engaño, esos falsos profetas no resisten el  menor escrutinio de su conducta privada. Por eso asistimos impávidos ante casos de pedofilia y estafas millonarias, que comprometen y ponen  en entredicho la imagen de  la Iglesia Católica y la de Apóstoles Evangélicos en todo el mundo.

 Pero lo mismo sucede en los negocios, la comunicación, la política, el arte, los deportes. Es un mundo enfermo, nadie sabe en que creer, ni en que apoyarse en el plano moral y espiritual. Nuestro cuerpo social, está gravemente enfermo. Nuestra democracia también. Por eso creo firmemente que los que hacemos comunicación, tenemos una sagrada misión: Explicar con claridad y sinceridad estos fenómenos sociales, sin dejarnos malear por intereses espurios, cueste lo que cueste. Si queremos tomar como ejemplo un paradigma, entonces tomemos como modelo a Julián Assange, el presidente de Wikileaks.

Alguien dijo en una ocasión que la calidad de un sistema democrático depende mucho del nivel de desarrollo de sus fuerzas productivas. El licenciado Lisandro Macarrulla, saliente presidente del Consejo Nacional de la Empresa Privada, CONEP,  acaba de plantear en un documento público,  los retos que tiene de frente el país para salir adelante en su proceso de desarrollo.  Uno de los aspectos dañinos –según lo planteado- lo constituye el clientelismo político. Otro factor importante, la educación y, por supuesto, el problema energético. Y yo agregaría también la inmigración haitiana y su secuela negativa en muchos órdenes, incluyendo la salud.

 Para algunos analistas y críticos  del país, en estos puntos están presentes los temas y discursos de los políticos del patio. Nada nuevo bajo el sol. Incluso, esos críticos, fueron más lejos, puesto que afirmaron que en los diálogos, conclaves y actividades con el presidente Leonel Fernández, la dirigencia del empresariado sólo se ha preocupado por exigir privilegios para el sector, pero que no les interesa el avance institucional, la transparencia, o el aspecto de la reelección, sólo las ventajas económicas del momento. Alguien comentó que esa actitud estaba dada por sus perezas en liquidar las mercancías en aduanas e impuestos internos.

 Así no actúa una clase gobernante, cuando es fuerte y consciente de su  deber como ente de progreso y empuje de  la rueda de la historia. Es por ello que vuelvo a insistir, que la nación está hasta la coronilla de discursos vacuos e improductivos y que nadie parece darse cuenta de que necesitamos atajar el crecimiento de   este monstruo de siete cabezas que es el narcotráfico y la delincuencia barrial y rural que se deriva de él.

No es verdad que con el encierro de José David Figueroa Agosto (Junior Capsula) y la camarilla de socios dominicanos que lo acompañaban, nuestros problemas terminaron. Tampoco por el   esclarecimiento del caso Paya, se van a acabar los actos  de violencia  armada. Si no podemos aumentarles los salarios a nuestros guardias y policías, no estaremos nunca seguros en ninguna parte. En esa situación se cuece un caldo de cultivo que no presagia nada bueno.

No hay que ser sociólogo, economista o politólogo para entender el drama que vive el sector de las fuerzas armadas y la policía nacional. La calidad de una democracia está en correlación directa con el nivel de  vida de los cuidadnos cobijados bajo este ordenamiento social.  Mijail Gobarchev, en su Perestroika, describe muy bien como el sistema socialista se vino abajo cuando no fue capaz de sustentar abrigo y alimento para los rusos.      


En esta parte del mundo occidental, la gran mayoría de las naciones americanas han abrazado esta modalidad institucional para regirse  y conseguir objetivos comunes para sus habitantes.

Con una historia accidentada, este continente ha visto como la democracia ha perdido muchas veces su libre albedrío y ha sucumbido ante la fuerza de naciones más poderosas que han mancillado su soberanía o ante el yugo de dictadores ocasionales, como Trujillo, Somoza, Jorge Videla, Pinilla, Gómez,  Pinochet, y muchos otros, quienes a  sangre y fuego,  han anulado el Estado de Derecho de estas  naciones, conculcando las libertades y garantías ciudadanas.

Pero a nosotros nos interesa destacar y analizar el estado y desarrollo de nuestra Democracia, la cual si bien es imperfecta y está establecida para mantener el status quo, y donde precisamente por eso, hay grandes tensiones sociales, debido a  cómo se reparten las riquezas producto del trabajo y la explotación de nuestros recurso naturales, se advierte sin embrago, una corriente, un movimiento lento de los que son los  sectores fácticos, para mejorar el nivel de vida de los dominicanos y dominicanas. Más le vale, porque la paciencia de los pueblos tiene un límite…

 Esto no es fortuito, obedece a un factor fundamental: el desarrollo y acumulación de grandes recursos económicos en poder de pocos, los cuales de mantenerse el actual estado de inequidad, estatal y privado, constituye un alto riesgo para la estabilidad económica, social y política de la republica dominicana. De ahí la aprobación de una carta sustantiva garantista de más libertades públicas. De  programas estatales que protegen grandes segmentos sociales que viven por debajo de la línea de la pobreza.

De una mayor intervención del gran capital privado  en eventos altruistas como son: a) donaciones de equipos a la policía nacional, b) construcciones de acueductos a municipios sin ese servicio, c) colaboraciones con entidades deportivas a los fines de que  nuestros jóvenes, el sector más propenso a la protesta y a la rebeldía, se mantengan ocupados  en actividades sanas. d) De donaciones de miles de computadoras y construcción de centros informáticos con el objetivo de cerrar la brecha digital entre nosotros y los países desarrollados.  Es una forma de distender el panorama del país, de bajar la presión social,  mediante estas inversiones  estatales y filantrópicas de los sectores de poder.

Aunque en nuestra constitución se establece claramente que nuestro Estado descansa sobre un equilibrio de tres poderes, a saber: Legislativo, Judicial y Ejecutivo, hay que destacar que el Ejecutivo, ha sido determinante a la hora de la verdad. Por algo la Constitución establece que  el presidente es el comandante en jefe de las fuerzas armadas y la policía nacional. Sin estos poderes, no hay estado soberano. Es innegable que  este es un país presidencialista y quien ostenta esa función, no sólo en república dominicana, sino en cualquier parte del mundo,  ejerce una autoridad cercana a la de un monarca absoluto, a la de un Dios terrenal.

 Por eso creo, que aunque nuestro actual  presidente es un hombre civilista, y que ha tratado de mantenerse apegado a su canon presidencial, dejando que sus ministros ejecuten los programas del gobierno, esta  manera  de gobernar tan democrática y civilizada, no va a tono con la  conducta de grandes núcleos poblacionales, entregados a la indisciplina y al desorden, pero también con la  forma de actuar de gente de poder, que cegados por la ambición,  asumen actitudes negativas a la sombra de funcionarios irresponsables, que, al no tener una supervisón efectiva, empañan la imagen del gobierno.

 Y destaco este comentario, no  porque lo digan y repitan hasta el cansancio algunas voces atrincheradas en espacios de opinión, quienes más que comunicadores, parecen metralletas antiaéreas con visor infrarrojo,  que les disparan a todo lo que se mueve.  Este grupo se cree el Alter Ego del pueblo y vive a diario pontificándole a todo el mundo sobre el bien y el mal. Pero lo malo es que lo hacen disfrazados de piratas, cojeando con una pata de palo,  con un parche en el ojo y  usando  patente de corso de grupos politiqueros. Estos simuladores, venden  sus opiniones interesadas al mejor postor.



Pero no todo que dicen es falso, y por eso digo, que ciertamente, el presidente Fernández pretende ser muy institucionalita  y no desea inmiscuirse en detalles nimios que deben ser resueltos en las instancias inferiores. Pero resulta que  hay una realidad y una percepción. Para una parte de la población, el presidente peca por omisión, al no sancionar con el peso de su liderazgo, a esos desaprensivos que,   a sus espaldas, a pesar de la crisis del gobierno, de la mala situación de las finanzas del país, tratan de lucrarse por medios ilícitos.

Deseo que este nuevo año, nuestro presidente, con renovados bríos, tal como lo hacía al principio de su primer mandato, se desmonte de su pipeta para ver de cerca las condiciones de atraso de algunas obras. Especialmente carreteras. Que se preocupe y pregunte directamente por la cancelación injusta de algún miembro del partido. Su partido. Que llame a la instancia de lugar cuando se presente tardanza de pagos a los envejecientes pensionados.

Que  aunque parezca un tanto populista, visite los hospitales de niños, los asilos y las canchas deportivas. Que cancele sin misericordia al funcionario abusador que meta las manos en Erario de la nación. Y que, si mediante un Referéndum debe aceptar la reelección, que no le tiemble el pulso y acepte el reto. Porque si lo decide el pueblo, entonces esa delegación de poder, sí es democrática y está por encima de cualquier otra instancia. Ese el Leonel que aspiro  en el 2011…



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