EL PRESIDENTE Y LA CASCARA (I).

Por: José Jordi Veras Rodríguez.

Para inicio del año que transcurrió el gobierno de Leonel Fernández estaba por sobrevenirle una situación social difícil ya que para ese momento estaban iniciándose focos en los distintos puntos del país de las provincias más importantes: Santiago, San Francisco de Macorís, Puerto Plata, Navarrete, algunas partes del Este y de la ciudad Capital.

Todos los movimientos tenían el elemento común que exigían los cumplimientos de las promesas hechas en la campaña electoral del 2008 por los que hoy estaban en el poder y que no habían cumplido; lo que todos conocemos es el problema de la mayoría de nuestros políticos, sin importar el color.

Ante el panorama indicado más arriba, el PRD sabía que era el momento que había estado esperando para iniciar su oposición y aprovechar este encono y justificación real de las demandas de los movimientos que así lo exigían y además que el gobierno había estado cayendo en descrédito por las acusaciones de corrupción, el malestar que había estado causando el manejo del Presidente Fernández ante dicho fenómeno; la impotencia que permanecía en la población, por los indultos otorgados a favor de la Lubrano del Baninter y los del Renove; el derroche de dinero utilizado en campaña electoral por el gobierno en la campaña del 2008, estaba haciéndose sentir en la resaca y con la agravante de lo que ya conocía el mandatario porque conocía de la situación mundial a nivel económico. Además, el país no había logrado nada de recursos frescos que pudieran inflar un presupuesto como el del año pasado, 2009, que se indicaba que el gobierno tendría un grave déficit fiscal.

Con esta situación económica y social al Presidente Fernández se le sumaba el hecho de que se iniciaría el conocimiento de la creación de la Carta Magna y él estaba consciente que, luego de varios intentos del grupo de Danilo, se le haría muy difícil cumplir con las apetencias que él deseaba así como con las de los grupos conservadores a los que él representa y las de la cúpula de su partido morado.

 Para ello necesitaba crear una jugada política que le ofreciera varias opciones y no una sola salida. Es cuando idea la formación del pacto con Miguel Vargas Maldonado, a cuenta y riesgo de que es máximo líder del PLD y de que el empresario tenía ya comprado su liderazgo en el PRD; aunque no hubiera nada aprobado, eso no sería problema en ambas cúpulas si existían asuntos que ofrecer.

Le ofrece el “caramelo” que deseaba Miguel Vargas y muchos ambiciosos en ese partido blanco que con el hambre de poder que tienen y con el temor de que con el fantasma que legó el ex Presidente Mejía y su gobierno en el recuerdo del pueblo, no le era difícil que se diera el acuerdo.

El acuerdo fue aceptado y pactado y con ello se terminaron las oportunidades que tenía el PRD de, por primera vez en mucho tiempo, hacer una real oposición política a un gobierno que estaba resquebrajándose por asuntos sociales, económicos y políticos y donde la credibilidad estaba por el suelo.

Sin exceptuar tantas acusaciones de ligazón con el narco y la corrupción que lo hacían igual o peor a lo que había vivido el pueblo dominicano cuando Hipólito Mejía. Y Leonel todo esto lo sabía al dedillo, por eso tenía que evitar que el PRD asumiera dicha oportunidad y le creara males mayores, unido a que estaba amenazada su aprobación Constitucional.

 Pues, el Ingeniero y su equipo, prefirieron sacrificar todo eso y pactar asumiendo que el actual mandatario no irá para los comicios del 2012 y que tendría mayores controles en ciertas instituciones del Estado y que ganaría adeptos entre el sector conservador que ha estado de la mano ofreciéndole el poder al PLD y al Presidente Fernández.

El Presidente Fernández con este pacto necesitaba además ganar tiempo. Esa palabra ha sido tan bien utilizada por muchos políticos en todos lo ámbitos nacional e internacional y ha dado sus frutos. Necesitaba ofrecer de todo para conseguir mejores condiciones y circunstancias que las ofrecidas, en ese momento tenía la situación del país para él.

Asimismo, integraba un elemento discordante al PRD con la posibilidad de Hipólito Mejía a reelegirse y crear una situación interna a dicho partido que todavía, a inicios del 2010, es una interrogante. El PRD se pasó parte del 2009 en discusiones intestinas y creemos que esto no cambiará en el corto plazo previo a las elecciones próximas de mayo. Y de oposición al gobierno, bien gracias. Hoy el PLD, lamentablemente navega solo. Y las grandes mayorías a merced del maquiavelismo y la cúpula del PLD.

Sobre la cáscara de plátano y Miguel Vargas, en la próxima entrega, no se lo pierda amigo lector.