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viernes, 1 de enero de 2010

El nuevo año acogerá una medicina más personal

Por Glenys Álvarez

El cáncer continúa confundiéndonos. A pesar de los miles de millones invertidos en la investigación para encontrar una forma de erradicarlo, las células cancerígenas siguen matando pacientes por todo el mundo.





Sin embargo, hoy la medicina entiende más la compleja actividad en un tumor y, además, la medicina molecular y la tecnología que la acompaña, permiten que el año que viene encuentre a los investigadores profundizando en la medicina individualizada.



El cáncer nos acompaña constantemente. Estas células se encuentran de forma regular en nuestros cuerpos, especialmente después de cierta edad, pero el organismo se encarga de que no causen problemas serios. No obstante, cuando el asunto se complica, las variables que entran en juego pueden ser tanto genéticas como medioambientales lo que enreda más la investigación.



Los estudios más recientes en el área han revolucionado algunas prácticas, como la edad en que las mujeres deben hacerse la mamografía; también el foco en la experimentación, que ha ido deslizándose hacia trabajos que ayuden a distinguir los tipos de cáncer. De hecho, no todos los pacientes reaccionan igual a medicamentos que han ayudado a una mayoría a sobrellevar tumores varios, por lo tanto, el futuro se perfila hacia ese tipo de investigación que ayuden a diferenciar los tipos de tumores y tratarlos de acuerdo a estos resultados.



La investigación genética también mete sus narices en este camino, ayudada, obviamente, por el desarrollo tecnológico. Los científicos ahora cuentan con microprocesadores genéticos (que por cierto caben en la palma de su mano) capaces de buscar e identificar cientos de mutaciones en unidades genéticas, esto ha facilitado enormemente el trabajo. En esta ocasión, científicos del Centro Comprensivo de Cáncer Georgetown Lombardi reportan un avance relevante en el uso de estos procesadores.



“La meta de la medicina individualizada es determinar el mejor tratamiento y la dosis óptima que produzca los menos efectos secundarios posibles, especialmente ahora que se han descubierto tantas nuevas drogas y las opciones de tratamientos cada vez son más variadas. Las variaciones en nuestros genes codifican proteínas, lo cual afecta cómo una droga es metabolizada o absorbida por las células, lo que a su vez impacta directamente la efectividad del medicamento y los efectos secundarios que pueda tener su toxicidad”, explica John F. Deeken, investigador fármaco-genético en Lombardi.



La nueva tecnología utilizada en este experimento se conoce como DMET que significa metabolizador de drogas, enzimas y transportadores, una herramienta particularmente esencial en el estudio sobre el cáncer, tanto en términos de descubrimientos de drogas como de tratamientos. Por el momento, el factor genético en el tratamiento contra el cáncer no es tomado en cuenta en los hospitales, un hecho que los científicos aseguran va a cambiar gracias a estos nuevos progresos en la investigación fármaco-genómica.



“La nueva tecnología puede probar más genes al mismo tiempo, de hecho, tanto como 170 genes pueden ser estudiados y más de mil variaciones en ellos. Este tipo de tecnología revolucionará el diagnóstico en los hospitales ya que abaratarán los costos de los genotipos, haciéndolos más factibles en menos tiempo”, señaló Deeken.



Una red tecnológica que captura genes



La nueva tecnología, afirman los investigadores en Lombardi, “lanza una red más amplia” en el genoma, capturando unas 1,256 variaciones en 170 genes involucrados en la absorción, la distribución, el metabolismo y la excreción de las medicinas.



En otras palabras, su médico chequeará su genoma y sabrá qué tipo de genes lo caracteriza, unidades que tienen que ver directamente con la forma en que asimilará las drogas, así, el médico conocerá de antemano cuál es el tratamiento que su organismo mejor asumirá, cuál le hará menos daño y qué drogas podrían funcionar con el tipo de tumor que tiene o con cualquier otra situación médica.



Esta tecnología es sólo una entre tantas otras siendo desarrolladas por distintas empresas médicas. DMET, en particular, aún no ha sido aprobada por la FDA en Estados Unidos pero los investigadores aseguran que es cuestión de tiempo, además, es sólo el más reciente ejemplo del papel que están jugando estos microprocesadores genéticos en el mundo de la medicina de diagnóstico.

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