En el calor de un debate entre
candidatos a un cargo, en un discurso de campaña, en una entrevista con
la prensa o durante algún discurso los políticos -u otros funcionarios-
suelen querer emitir declaraciones que tengan el mayor impacto posible y
muchas veces las inician con: "Estos son los hechos..." o "las cifras
son estas..."
El ciudadano raso absorbe las declaraciones,
tomándolas por sentadas y -a no ser que sea un experto en el tema- sin
poner mucho en duda lo que escucha.
¿No le gustaría saber si lo que dice un político es verdad o no?
Afortunadamente, en Estados Unidos por lo menos,
han surgido un gran número de organizaciones y periodistas que se
catalogan como "inspectores factuales" y se dedican a atajar las
inexactitudes, verdades a medias, tergiversaciones o llanas mentiras que
se les escapan a los políticos.
"Verdadómetro"
"Lo que hemos notado es que ningún político es
inmune a las imprecisiones", dijo a BBC Mundo Aaron Sharockman,
periodista que trabaja para PolitiFact, la unidad de verificación del
diario St. Petersburg Times, en Florida.
El periodista entiende que están presionados,
frente a las cámaras, dando un discurso tras otro. Así que un traspié es
de esperarse.
"Especialmente durante las campañas, los
candidatos tuercen los hechos, algunas veces a propósito, algunas veces
están simplemente improvisando", afirmó el periodista.
"Especialmente durante las campañas, los candidatos tuercen los hechos, algunas veces a propósito, algunas veces están simplemente improvisando"
Aaron Sharockman, Politifact
Los debates entre los aspirantes a la
candidatura presidencial del Partido Republicano son una gran fuente de
errores factuales, continuó Sharockman.
"Michele Backman, la congresista de Minnesota,
tiene quizás las peores dificultades para decir la verdad, le hemos dado
una clasificación a unas 35 declaraciones falsas que ha hecho".
La clasificación, como la efectúa PolitiFact,
viene en la forma de un "verdadómetro" cuya aguja indica el nivel de
veracidad de una declaración.
En caso de que se trate de una mentira
descarada, se cataloga con unos pantalones en llamas ("pants on fire",
en inglés) que es la imagen tradicional con la que se miden los
embusteros en EE.UU.
Filtros
Entre más organizada esté una campaña, o más
fondos tenga, es menos probable que el candidato o político pase por el
control de los "inspectores".
Mitt Romney, favorito en las encuestas
republicanas, y el presidente Obama tienen equipos enteros que se
dedican a filtrar sus declaraciones en busca de errores. Aún así caen.
"Les gusta empujar los límites de la verdad, se
vuelven creativos con los hechos y eso también lo resaltamos, pero es
difícil agarrarlos en una gran mentira", expresó Glenn Kessler,
encargado de la columna The Fact Checker, del diario The Washington Post.
"Por lo general es el candidato que está
rezagado quien es más impreciso, porque busca decir algo alarmante o
llamativo. Por eso es que Bachman cae, ella dispara sin apuntar", dijo a
la BBC.
"Por lo general es el candidato que está rezagado quien es más impreciso, porque busca decir algo alarmante o llamativo. Por eso es que Bachman cae, ella dispara sin apuntar"
Glenn Kessler, The Fact Checker
Kessler usa un sistema de Pinochos para
clasificar las inexactitudes. Un Pinocho siendo una mentirilla y cuatro
Pinochos si se trata de un vil embuste.
El sistema ha tenido efecto sobre el discurso de
los políticos. Muchas veces dejan de repetir las declaraciones
cuestionadas o las ajustan un poco, asegura Glenn Kessler.
"Algunos odian los Pinochos. Varios congresistas
me han llamado a preguntarme qué hacer para no tener el muñequito de la
nariz larga al lado de sus declaraciones", concluyó.
Una de las maneras que los políticas tratan de
salirse con la suya es basándose en la verdad y luego distorcionándola a
su acomodo.
Eso no solo le da una aire de veracidad a toda
su declaración pero hace el trabajo de detección de los "inspectores
factuales" más difícil.
Electorado informado
En la organización Factcheck.com, que opera
desde la Universidad de Pennsylvania, cada vez que el presidente o un
candidato habla tienen un equipo que le presta cuidadosa atención a lo
que dicen.
"Muchas veces cuando empiezan a citar hechos o
cifras es una indicación de que pueden ser cuestionables", explicó
Eugene Kiely, subdirector de Factcheck.com.
"Hay mucha información para procesar y no creo que el público sabe exactamente dónde ir para saber si algo es verdad o no"
Eugene Kiely, Factcheck.com
A pesar de que cada vez hay más organizaciones e
individuos dedicados a corregir las declaraciones de los políticos y de
que la internet ofrece también una opción de verificación, Kiely
sostiene que todavía muchas falsedades pasan por debajo del radar.
"Hay mucha información para procesar y no creo
que el público sabe exactamente dónde ir para saber si algo es verdad o
no", señala.
"Esperemos que con cada ciclo electoral más y
más personas vengan a nuestro sitio y haya cada vez más organizaciones
haciendo lo que hacemos para producir un electorado más informado".
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