El
Banco Central Europeo distribuyó este miércoles 529.531 millones de
euros (unos US$712.000 millones) entre 800 bancos de la Unión Europea,
en un nuevo intento por aliviar la crisis de la deuda que afecta a la
eurozona y mejorar los niveles de liquidez de su sistema financiero.
Se trata de la segunda gran inyección de crédito
barato del BCE en menos de tres meses, pues en diciembre del año pasado
también logró colocar 489.000 millones de euros en préstamos a tres
años y a una tasa de apenas el 1%.
Los mercados reaccionaron
favorablemente a la medida, con una subida del valor de las acciones de
los principales bancos europeos.
Y es que como explica el editor de temas
económicos de la BBC, Robert Peston, los créditos baratos del BCE
seguramente facilitarán el refinanciamiento de las deudas privadas que
deben ser canceladas de aquí al año 2015.
El dinero también podría facilitar el flujo de
recursos hacia algunos de los gobiernos más necesitados, como los de
España e Italia.
Pero, para Peston, la medida no es tanto una
medicina como un anestésico, "porque lo único que pasó es que un
prestamista del sector público, el Banco Central Europeo, remplazó a los
prestamistas privados".
Un problema de confianza
"La crisis del euro empezó cuando los
inversionistas y acreedores empezaron a dudar de la capacidad de pago de
algunos países de la eurozona con deudas bastante elevadas", explica
Peston.
"Lo único que en realidad consiguen los préstamos a tres años del BCE es comprar algo de tiempo: para que los bancos se recapitalicen y fortalezcan y para que los gobiernos hagan más o menos lo mismo"
Robert Peston, editor de temas económicos de la BBC
"Ese temor tenía y tiene que ver sobre todo con Grecia, pero luego se extendió a Portugal, España e Italia".
"Y las dudas sobre su solvencia y liquidez luego
se extendieron también a los bancos de la eurozona, pues estos eran los
principales acreedores de los países con dificultades, porque muchos no
parecían contar con suficiente capital como para absorber esas pérdidas
y porque, al fin de cuentas, un banco sólo es tan fuerte como el
gobierno que lo respalda".
Estos temores hicieron que muchos inversionistas
y acreedores decidieran dejar de prestarle dinero a los bancos de la
eurozona, lo que en otoño del año pasado puso al sistema bancario
europeo al borde del colapso.
Pero el BCE acudió al rescate con la colocación de crédito barato de diciembre pasado.
"Desde entonces a los bancos les ha resultado un
poco más fácil conseguir crédito. Y gobiernos con problemas
financieros, como los de España e Italia, también han podido conseguir
créditos más baratos y un poco más fácilmente", explica el editor de
temas económicos de la BBC.
Y la nueva inyección de dinero podría incluso hacer llegar más crédito a los sectores productivos.
Comprando tiempo
Para muchos, sin embargo, el problema de fondo de la eurozona es que su sector público se endeudó más allá de sus posibilidades.
Y, en ese contexto, cabe preguntarse hasta que
punto hacer a los bancos privados más dependientes del crédito del
sector público (vía el Banco Central Europeo) en realidad soluciona
algo.
Según Peston, la "naturaleza surrealista" de la
operación de rescate del BCE queda en evidencia cuando se considera que
los principales beneficiarios de su primera colocación de créditos
fueron los bancos españoles e italianos, que inmediatamente le prestaron
40.000 millones de euros de esa deuda a sus respectivos gobiernos.
"En otras palabras, se podría decir que a través
de los bancos españoles e italianos el BCE le terminó prestando a los
gobiernos de España e Italia, burlando así sus propias disposiciones en
contra de ese tipo de préstamos soberanos", explica.
Y así, para el experto de la BBC "lo único que
en realidad consiguen los préstamos a tres años del BCE es comprar algo
de tiempo: para que los bancos se recapitalicen y fortalezcan y para que
los gobiernos hagan más o menos lo mismo".
"Aunque tal vez, en este momento, no deberíamos preocuparnos si la salud del paciente no ha mejorado", apunta Peston.
"Cual parientes preocupados, tal vez simplemente
deberíamos sentirnos aliviados porque a la eurozona le están aplicando
unos poderosos calmantes que hacen que tenga mejor semblante".
"Y mantengamos los dedos cruzados esperando que
los meses que vienen Grecia y Portugal no dejen de pagar sus deudas, y
que mejore la confianza de los acreedores en las finanzas públicas de
España, Italia e Irlanda".
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