Lagarde habla con Katty Kay de la BBC |
Durante
el mes pasado, la BBC tuvo un poco usual acceso a la jefa del Fondo
Monetario Internacional, Christine Lagarde. Ahora, mientras los líderes
europeos se reúnen en Bruselas, Lagarde estará en el centro de la lucha
para evitar otra crisis financiera.
El ministro de Finanzas japonés mira su reloj y alisa su ya canoso pelo. Jun Azumi está un poco nervioso.
En una estrecha oficina de Ciudad de
México, está esperando para hacerse una foto con Christine Lagarde, la
directora del Fondo Monetario Internacional, que con más de 1,80 metro
de altura e impecablemente vestida, está considerada como una gran
estrella en el mundo de las finanzas.
Durante el último mes, Lagarde ha permitido a la
BBC un acceso inusual detrás de las escenas mientras dirige su
organización -con 187 países miembros- para gestionar la mayor crisis
financiera de nuestras vidas, la pesadilla fiscal que es la zona del
euro .
Me encontré con ella por primera vez en una fría
mañana de enero en Washington DC, mientras se dirigía a trabajar. Sí,
Lagarde ha sido siempre poco convencional, y cambiar la limusina por un
paseo ligero es algo que se ajusta a su personalidad. Además, necesita
toda la actividad física que pueda conseguir.
"Normalmente, camino mucho más rápido", dice. "Trabajo tan duro y tantas horas que no tengo tiempo para hacer ejercicio".
Tiene la habilidad de conseguir que la gente haga lo que ella quiera. Me comprometo a seguir su ritmo.
Pasando la gorra
Christine Lagarde llegó por primera vez a
Washington para trabajar como becaria en el Capitolio durante el
escándalo Watergate. Ahora está de vuelta en un papel muy diferente, con
la misión de proteger al mundo de las consecuencias de la crisis del
euro.
"Es probable que todas las economías del mundo
se vean afectadas por lo que está sucediendo en una región clave del
mundo. Mucho más que en la época de la crisis de América Latina o la
crisis asiática, por ejemplo", insiste.
Su convicción de que la crisis del euro no deja a
ningún país inmune es lo que está impulsando a Lagarde a pedir ayuda al
mundo para ayudar a pagar US$500 mil millones para un cortafuegos
mundial. Es un trabajo que le mantiene muy ocupada y activa.
El viernes pasado, mientras caminábamos juntas
en el aeropuerto de Dulles, cerca de Washington, le pregunté cuántos
vuelos había tomado este año. De todos nuestros encuentros, esta fue una
de las pocas veces que no pudo pensar en una respuesta.
Por suerte, un par de seguidores franceses le
saludaron alegremente y Lagarde fue salvada de hacer el examen
matemático sobre sus vuelos.
En esa ocasión estaba de camino a Ciudad de
México para una reunión de los ministros de Finanzas del G20 y nos
invitó a unirnos a ella.
Esta cumbre es una oportunidad de pasar el
sombrero del FMI para conseguir esos cientos de miles de millones de
dólares. Ella utiliza todo su encanto natural y la formación de abogada
para engatusar a los países de la Eurozona a renunciar a sus intereses
nacionales para el bien común global.
"Me siento directora gerente del Fondo Monetario Internacional. Ya no soy francesa y ya no soy europea"
Christine Lagarde, directora del FMI
El problema es que países como EE.UU., China y
las economías emergentes no ven por qué deberían pagar más hasta que
Europa haga más para ayudarse a sí misma.
"Hasta que no veamos el color del dinero de la
Eurozona no estamos dispuestos a poner nuestro dinero", me dice el
ministro de Economía de Gran Bretaña, George Osborne.
"Ya no es francés"
Este es un argumento que también se escucha de
países que han recibido rescates del FMI en el pasado. En 1994 la crisis
del peso mexicano causó pánico en la región y el Fondo Monetario
Internacional intervino con un préstamo de US$17 mil millones.
El Fondo Monetario Internacional, objeto de críticas
En tiempos de crisis, no faltan
las críticas al Fondo Monetario Internacional, institución financiera
que desde algunos sectores se ve como un organismo demasiado severo con
los más desfavorecidos.
El FMI fue creado en 1945 para prevenir la ocurrencia de crisis cambiarias. En los años 80 del pasado siglo, la institución fue firme defensora del principio de austeridad de los gobiernos que recibían préstamos de la entidad para solventar sus finanzas, como ocurrió con varios países latinoamericanos. Para sus críticos, esa obsesión con la austeridad hace más compleja la recuperación de las naciones endeudadas e ignora el alto costo humano de los recortes en programas sociales que generalmente traen consigo esos esfuerzos.
A partir del estallido de la crisis financiera en 2007, el FMI se involucró en las negociaciones para el rescate de Grecia y se convirtió en supervisor de los avances de los griegos por cumplir los requisitos de austeridad establecidos. Nuevamente, muchos critican el papel del FMI en la aplicación de drásticos planes de recortes en Grecia.
La francesa Christine Lagarde es la primera mujer al frente del FMI. Su exitosa carrera, no ha estado exenta de controversia. Durante su anterior cargo como ministra de Finanzas del presidente francés Nicolás Sarkozy se vio envuelta en un litigio que enfrentó al empresario Bernard Tapie y al banco Crédit Lyonnais, que había sido nacionalizado por el gobierno de Sarkozy. La fiscalía francesa abrió el año pasado una investigación acerca del papel de Lagarde en el caso.
El FMI fue creado en 1945 para prevenir la ocurrencia de crisis cambiarias. En los años 80 del pasado siglo, la institución fue firme defensora del principio de austeridad de los gobiernos que recibían préstamos de la entidad para solventar sus finanzas, como ocurrió con varios países latinoamericanos. Para sus críticos, esa obsesión con la austeridad hace más compleja la recuperación de las naciones endeudadas e ignora el alto costo humano de los recortes en programas sociales que generalmente traen consigo esos esfuerzos.
A partir del estallido de la crisis financiera en 2007, el FMI se involucró en las negociaciones para el rescate de Grecia y se convirtió en supervisor de los avances de los griegos por cumplir los requisitos de austeridad establecidos. Nuevamente, muchos critican el papel del FMI en la aplicación de drásticos planes de recortes en Grecia.
La francesa Christine Lagarde es la primera mujer al frente del FMI. Su exitosa carrera, no ha estado exenta de controversia. Durante su anterior cargo como ministra de Finanzas del presidente francés Nicolás Sarkozy se vio envuelta en un litigio que enfrentó al empresario Bernard Tapie y al banco Crédit Lyonnais, que había sido nacionalizado por el gobierno de Sarkozy. La fiscalía francesa abrió el año pasado una investigación acerca del papel de Lagarde en el caso.
Los economistas mexicanos se quejan de que las
condiciones de su préstamo fueron mucho más estrictas que las de Europa y
se preguntan si el FMI es demasiado blando con la zona del euro.
"Deberíamos tener el mismo trato", dice el
economista Luis De La Calle. "Existe la percepción de que el FMI es una
institución europea y el hecho de que Lagarde, sea una exministra de
Relaciones Exteriores de Francia es más razón para que sea dura en
Europa".
Si alguna vez, Christine Lagarde cede es en
rechazo precisamente de esa crítica. Ella dice que le gustaría reunirse
con el De La Calle y corregirle. "Me siento directora gerente del Fondo
Monetario Internacional. Ya no soy francesa y ya no soy europea".
En algunos aspectos, sus lazos europeos son una
ventaja. La crisis del euro es tanto política como económica y la buena
relación de Lagarde con la canciller alemana, Angela Merkel, es
fundamental para tratar de lograr que Alemania se mueva más rápido para
crear un cortafuegos europeo.
¿Está frustrada porque Merkel no está haciendo más?
"Es una cuestión de paciencia, es una cuestión
de resistencia y yo no voy a renunciar", dice ella. "(Merkel) no quiere
precipitarse en un proceso a menos que haya cubierto todos los ángulos y
todos los temas. Creo que es uno de sus muchos talentos."
Es exactamente como opera la propia Lagarde.
Factor femenino
Si miramos las fotos de grupo de las
interminables cumbres europeas a nadie se le escapa que dos de las
figuras más importantes son mujeres que operan en un mundo dominado por
hombres.
Angela Merkel y Christine Lagarde se reunieron a principios de este año en Alemania
A Lagarde le gustaría que fueran más mujeres.
Está segura de que si hubiera sido Lehman Sisters en lugar de Lehman
Brothers, la crisis financiera no habría sucedido. Pero entonces, tal
vez, ella no hubiera conseguido su actual puesto de trabajo y no
tendríamos a la primera mujer a cargo del FMI.
La última vez que nos reunimos, Christine
Lagarde, dijo que, por lo menos, Europa se mueve en la dirección
correcta. Sin embargo, existen muchos riesgos.
La mujer que dice que se despierta cada mañana pensando "cuando va a ocurrir el crack", es prudente. Muchas cosas pueden salir mal todavía.
"No creo que estemos fuera de peligro todavía. Vamos a ponerlo de esa manera."
Lagarde no ha logrado todavía compromisos firmes
para su fondo global. Esta semana está de vuelta en Bruselas para
tratar de persuadir a los líderes europeos que tienen que ayudarse a sí
mismos antes de pedir más ayuda de otros.
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