Robots por todas partes, autos sin piloto, soluciones
ecológicas, pantallas que "leen" sentimientos, así como estadios y
museos inteligentes. Estas son algunas de las tecnologías de la "Ciudad
del futuro" en la feria Cebit de este año en Hanover, Alemania.
Muchas de las novedades presentadas parecen de
ciencia ficción y, aunque muchas no están listas para la venta, sus
desarrolladores al menos son capaces de mostrar al público prototipos
que funcionan.
El Instituto para sistemas
integrados y tecnología Fraunhofer estuvo presente en el evento
realizando varias demostraciones de un sistema que conecta autos con
semáforos.
El dispositivo ha sido diseñado para evitar
accidentes obligando a los autos a reducir la velocidad cuando se
aproximan a un semáforo que va a cambiar a rojo.
Uno de los miembros del insituto, Oliver Sawade,
dijo a los medios que esta tecnología podría ser utilizada en las
calles en unos cinco años.
"Tu auto será capaz de ir en tu búsqueda cuando lo llames, sin un conductor", añadió.
"Y cuando llegues a tu destinación será capaz de entrar al garaje por si sólo".
Autos que se encogen
A pocos metros de ahí, el Centro de Innovación
Robótica Germana mostraba un vehículo que se encoge para caber en plazas
de aparcamiento estrechas.
El EO Smart Connecting Car también ahorra espacio gracias a que sus motores se localizan en cada una de las cuatro ruedas.
El vehículo también puede ser conectado a otros
autos similares para crear un "tren". Timo Brinschein, representante del
centro dijo que la innovación permitiría a los dueños de los vehículos
conectados el compartir y ahorrar energía.
"Con estas nuevas tecnologías, los vehículos
pueden conectarse mecánica y eléctricamente para transferir datos y
energía de un vehículo al siguiente", dijo.
"Es posible dirigir varios vehículos a la vez y
conducirlos por la carretera. De esta manera se pueden reducir atascos y
asimismo ahorrar grandes cantidades de energía".
Robots que hacen baile del tubo
En el recinto ferial del Cebit se pavonearon toda una serie de robots.
Un ejemplo fue "Robothespian", el androide
británico cantarín, que llamó la atención por su interpretación de
‘Bailando bajo la lluvia" y "La guerra de las galaxias".
El androide está siendo comercializado como una
especie de guía educativo. Sus desarrolladores ahora planean conectar
los cerebros de las máquinas a la nube para que puedan compartir
información los unos con los otros.
Por su parte, el robot presentado por el
instituto Karlsruhe ofreció la visión de un futuro donde son robots los
que realizan varias tareas domésticas. Sus "manos" son lo
suficientemente sensibles como para agarrar cartones de leche o jugo de
la nevera. También pueden aprender a limpiar o vaciar el lavavajillas
observando a su dueño.
Sin embargo, ingenieros de la compañía alemana Tobit conbibió una línea de robots muy distinta.
Su stand tenía la pinta de un club nocturno con
uno de sus robots haciendo de DJ, mientras otros dos practicaban la
danza del caño mientras su dueño les observaba.
Los visitantes podían adquirir cualquiera de los robots bailarines por unos US$39.000.
Detector de rostros
El proyecto IT2Green ofrece una alternativa tecnológica más conservadora y útil.
Fue diseñada para transferir datos desde los
servidores de una empresa o gobierno a las computadoras de los empleados
durante la noche. De este modo, se libera capacidad para realizar más
actividades durante el día.
El invento ya se ha asegurado inversiones
públicas. Phil Lutz Stobbe, del Instituto Fraunhofer, dijo que se habían
tomado medidas para asegurar que las transferencias sean seguras para
evitar exposición de datos.
"Esperamos que estos proyectos funcionen en unos dos años", dijo.
Este instituto presentó además una tecnología capaz de "leer" rostros.
Una cámara de computadora filma las expresiones
de los usuarios y luego emplea algoritmos para averiguar edad, sexo e
incluso el humor que tienen.
El programa, conocido como Shore, funciona con
cualquier fondo, cambia según las condiciones de luz y otros objetos que
aparecen a la vista.
Tras ocho años de desarrollo, uno de sus creadores dijo que podría distinguir a una persona de otra.
"Incluso si alguien abandona el campo de visión todavía pueden ser reconocidos", afirma Tobias Ruf.
"El programa Shore tiene una memoria a corto
plazo que le permite recordar a la persona cuando vuelve a aparecer
frente a la cámara".
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