Organizar el Mundial 2014 se ha vuelto un motivo de
zozobra constante para Brasil, que debe lidiar sin pausa con críticas de
la FIFA, atrasos de obras, casos de corrupción y una selección que
entusiasma poco.
A menos de 830 días de la máxima fiesta global
del balompié, la larga lista de problemas y retos asociados a la Copa
del Mundo parece haber eclipsado el entusiasmo de los brasileños por el
evento que se aproxima.
Para una nación como Brasil, que
busca afianzar su imagen de potencia emergente, el riesgo es que el
Mundial, en vez de reflejar una cara nueva y dinámica del país, exhiba
algunos estigmas del pasado, señalan expertos.
"Lo que estamos viendo hasta ahora es la vieja
imagen de Brasil", dijo a BBC Mundo Robson Sávio Reis Souza,
investigador del núcleo de estudios sociopolíticos en la Pontificia
Universidad Católica de Minas Gerais.
"Sinvergüenza"
"Si creo que van a sacar la Copa (de Brasil), no creo. Pero que van a presionar, van a presionar."
Juca Kfouri, analista deportivo
La gran duda de los últimos días para muchos
brasileños ha dejado de ser "cómo" se desarrollará el Mundial y pasó a
ser en cambio "si" el evento se disputará efectivamente en su país o
será trasladado a otra parte.
Esta incertidumbre cobró fuerza después que el
secretario general de la FIFA, Jérôme Valcke, ofuscara el viernes a
Brasil diciendo que el país necesita "una patada en el trasero" para
acelerar la preparación del Mundial.
El gobierno brasileño reclamó a la FIFA que
excluya como interlocutor a Valcke, quien el lunes presentó una carta de
disculpas aclarando que "Brasil es y siempre será la única opción para
ser sede de la Copa del Mundo" 2014.
Sin embargo, es difícil que las relaciones entre la FIFA y Brasil se recompongan rápido tras semejante incidente.
Marco Aurelio García, asesor en política
exterior de la presidenta brasileña Dilma Rousseff, calificó el lunes a
Valcke de "boquirroto" y "sinvergüenza", en un claro síntoma del
malestar que generaron sus dichos.
Uno de los que esta semana advirtió sobre la
posibilidad de que la FIFA desista de hacer el Mundial en Brasil es el
analista deportivo brasileño Juca Kfouri, quien dijo que hasta junio
puede ocurrir eso sin pago de multas.
Kfouri agregó que el organismo rector del fútbol
mundial utilizará esa posibilidad para intentar que Brasil cumpla con
sus pretensiones.
"Si creo que van a sacar la Copa (de Brasil), no creo", dijo a BBC Mundo. "Pero que van a presionar, van a presionar".
Millones en juego
Las obras de estadios, movilidad, aeropuertos y
hotelería se han atrasado por diferentes motivos, incluidas huelgas o
falta de garantías financieras en el caso del coliseo de Porto Alegre,
que arriesga ser excluida como sede.
"Lo que estamos viendo hasta ahora es la vieja imagen de Brasil"
Robson Sávio Reis Souza, investigador en la Pontificia Universidad Católica de Minas Gerais
El gobierno asegura que los estadios estarán
listos a tiempo, pero existen dudas sobre lo que ocurrirá con otros
trabajos de envergadura para darle comodidad a cientos de miles de
turistas y espectadores.
Un motivo extra de inquietud de la FIFA es la
falta de aprobación definitiva del proyecto de ley del Mundial 2014, que
define las reglas del evento y garantiza a la entidad su negocio
multimillonario.
El texto contiene partes polémicas como una
excepción a la venta de bebidas alcohólicas en los estadios (la FIFA es
patrocinada por una marca de cerveza) o límites a las entradas con
descuentos para estudiantes y jubilados.
La votación del proyecto en el Congreso se
postergó varias veces, a pesar de que la FIFA pretendía que se aprobase
en 2007. Estaba previsto que este martes salga de comisión y comience su
trámite en ambas cámaras.
Reis Souza notó asimismo que hay especuladores
inmobiliarios que buscan utilizar el evento, "con omisión o connivencia
del Estado", para ocupar espacios urbanos perjudicando a habitantes de
menores recursos.
Gol en contra
La corrupción también se ha transformado en un problema para el Mundial en Brasil, cuyo costo exacto se desconoce.
En los últimos meses debieron renunciar por
escándalos de presunta corrupción los ministros brasileños de Deportes y
Ciudades, dos cargos claves del gobierno para supervisar los aprontes
para la Copa.
Otro blanco de sospechas de corrupción indagado
por la policía es Ricardo Teixeira, presidente de la Confederación
Brasileña de Fútbol (CBF) y del comité organizador del Mundial 2014.
Teixeira estuvo en la cuerda floja la semana
pasada tras una nueva ola de revelaciones que lo comprometían, pero
finalmente fue ratificado en el cargo por los directivos de la CBF.
El patrón del fútbol brasileño está lejos de
tener las mejores relaciones con el gobierno de Rousseff o incluso con
el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, pero es "muy unido" con el
francés Valcke, recordó Kfouri.
Y agregó que los polémicos comentarios de Valcke
podrían tener como finalidad reubicar a Teixeira como interlocutor de
la FIFA para el Mundial 2014. "Si Valcke dijo lo que dijo, es porque
alguien lo mandó", sostuvo.
Ante todo esto, un consuelo que podrían tener
los brasileños ahora sería que su selección fuera favorita indiscutida
para ganar el Mundial en casa, a diferencia de lo que ocurrió en 1950,
cuando perdió la final con Uruguay.
Pero tras la ajustada victoria de Brasil ante
Bosnia la semana pasada por 2 a 1 (gracias a un gol en contra en el
último minuto) las críticas al equipo dirigido por Mano Menezes también
han sido duras.
"El Brasil de Mano todavía no convence", advirtió el diario O Estado de Sao Paulo. "Brasil repite antiguos errores", evaluó el matutino O Globo, en una referencia estrictamente futbolística.
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