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viernes, 9 de marzo de 2012

¿Para Qué Sirve un Cardiólogo?‏

Escrito por el Comunicador Tiberio Castellanos
Desde hace un tiempo vengo preguntándome ¿Para qué sirven los médicos y la tan desarrollada ciencia médica de estos días?. Me pregunto esto, a la vista de tanta gente que no disfruta de una buena salud.

     Alguien me ha dicho, que esto de la medicina y la salud de la gente se parece mucho a la educación, los buenos maestros y los estudiantes. Pues ocurre que por muy buenas que sean las escuelas y los maestros, si los estudiantes no prestan atención al maestro, no aprenden. 
 
Y sobre esto de la atención hay estudios y mas estudios. Y hay desórdenes de la atención de diferentes orígenes. 
 
Yo pienso que un niño, un escolar, necesita unos padres interesados en su progreso en la escuela. Y no sólo eso, un niño necesita un hogar desde donde llegue a la escuela con el único pensamiento de aprender. No un hogar desde el cual  el niño traiga sus temores, sus ausencias, sus carencias. Claro, que hay muchos niños sin hogar y hay muchos hogares que no son tales. Y también hay  muchos niños sin padres y muchos padres que no son tales.
 
     En lo de la salud hay otro tanto. Pero aquí, lo que antes hemos  llamado hogar y padres, presentes o ausentes, se convierte ahora en los llamados estilos de vida. Muy lamentablemente, hay algunos de estos estilos de vida que no fueron escogidos por las personas que los viven. Pero, en la mayoría de los casos no es así, uno escoge y vive su propio estilo de vida. 
 
Todos sabemos que hay estilos de vida que no contribuyen a una buena salud, ni del cuerpo ni del alma. Y que en cambio hay otros a los que los médicos llaman sanos estilos de vida.
 
      En el caso de los cardiólogos y en vista del creciente número de los accidentes cardiovasculares, tengo que decir que el papel de este especialista ha venido a ser el de los Profetas del Antiguo Testamento.
 
 En esta descarga no mencionaré mas que a uno de ellos, Jonás. La Historia Sagrada nos dice que Jonás, enviado por Diós, recorrió Nínive, de arriba a abajo, pregonando: "dentro de cuarenta días Nínive será destruida". Los ninivitas hicieron caso al pregón del profeta y a saco y a ceniza, hicieron penitencia. Dios reconsideró su ira y Ninive no fue destruida.
 
      Se de algunos, que muy sabiamente han hecho caso al pregón de su cardiólogo y han cambiado su estilo de vida, a  tiempo. Sí, a tiempo, porque despues del infarto, o peor aún, después del derrame, el cardiólogo no sirve para gran cosa.

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