Dos estudios separados llevados a
cabo en Estados Unidos y el Reino Unido presentaron nuevas técnicas que
mejoran las posibilidades de éxito de un trasplante de riñón.
Los resultados de ambas investigaciones podrían
beneficiar a miles de pacientes y reducir las largas listas de espera
para obtener un órgano donado.
El primer estudio, llevado a cabo
por investigadores de la Universidad de Louisville y el Hospital
Northwestern Memorial en Chicago, demuestra que una inyección de células
madre al paciente que recibe el trasplante evita la necesidad de tomar
fármacos supresores del sistema inmune para no rechazar el órgano.
Las pruebas preliminares llevadas a cabo con un
número pequeño de pacientes mostraron resultados exitosos, afirma el
estudio publicado en Science Translational Medicine (Science, Medicina Traslacional).
El hallazgo, agregan, podría tener un "enorme impacto" en la ciencia de trasplantes.
Y es que uno de los principales problemas tras
el trasplante de un órgano es el riesgo de que el sistema inmune lo
reconozca como un invasor foráneo y lo ataque.
Para evitar este rechazo los pacientes necesitan tomar durante el resto de su vida los fármacos supresores del sistema inmune.
El problema es que entre los efectos secundarios
de estos medicamentos están el riesgo de desarrollar hipertensión,
diabetes e infecciones graves.
En el estudio con ocho pacientes, el órgano para
trasplante provenía de un donante vivo, el cual fue sometido al mismo
tiempo a una extracción de células madre de la sangre.
El receptor, mientras tanto, fue sometido a radioterapia y quimioterapia para suprimir su sistema inmune.
Y dos días después de que se llevó a cabo el trasplante se le inyectaron las células madre.
La idea es que estas células ayuden a generar un sistema inmune modificado que reconozca al órgano como si fuera propio.
Tal como expresa el doctor Joseph Leventhal,
profesor asociado de cirugía de la Universidad Northwestern "los
resultados preliminares de este estudio son muy emocionantes y podrían
tener un enorme impacto en el trasplante de órganos en el futuro".
La técnica, afirma el científico, podrá eventualmente utilizarse con otros órganos.
Lavado sanguíneo
"Los resultados preliminares de este estudio son muy emocionantes y podrían tener un enorme impacto en el trasplante de órganos en el futuro"
Dr. Joseph Leventhal
La segunda técnica pionera fue llevada a cabo por científicos de la Universidad de Leicester, Inglaterra.
Esta involucra "lavar" el riñón donado con
sangre oxigenada (la sangre "limpia" que transportan las arterias) antes
de que sea trasplantado.
El procedimiento, que fue probado con 17
pacientes, mejoró la calidad de los órganos e incluso logró que riñones
dañados que previamente habrían sido rechazados para trasplante, fueran
utilizados con éxito.
Tal como señalan los investigadores, el avance podría reducir más de 10% las listas de espera de órganos.
La técnica, llamada perfusión normotérmica,
mejora la función de los riñones dañados, por ejemplo de las personas de
edad avanzada o quienes sufren hipertensión y diabetes, los llamados
"donantes marginales".
Los expertos creen que, sólo en el Reino Unido,
el procedimiento ayudará a añadir unos 500 órganos cada año a lista de
espera para trasplante.
"La perfusión normotérmica nos permite
reintroducir gradualmente el flujo sanguíneo al riñón donado fuera del
cuerpo en forma controlada" explica el profesor Mike Nicholson, quien
dirigió el estudio en el Hospital General de Leicester.
"Esto revierte gran parte del daño que causa el
almacenamiento en frío del órgano, y nos ofrece una oportunidad única
para tratar los riñones con agentes antiinflamatorios u otros fármacos
antes de completar el trasplante".
El científico agrega que "a menudo hay una gran
renuencia de los profesionales de salud para utilizar riñones de
donantes marginales porque no se cuenta con una forma de establecer
cuánto daño ha sido causado al órgano y si éste podrá funcionar
adecuadamente".
"Como resultado, estos órganos a menudo son desechados como precaución".
"La perfusión normotérmica nos permitirá ahora
llevar a cabo un análisis crucial de viabilidad en estos órganos,
bombeándoles sangre para confirmar si funcionan adecuadamente para
usarlos en el trasplante", agrega el profesor Nicholson.
La investigación fue financiada por la organización británica Kidney Research Uk.
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