Los autobuses son la forma de transporte de larga
distancia de mayor crecimiento en Estados Unidos, y las compañías
británicas están a la delantera.
¿Será que por fin EE.UU. ha aprendido a
amar el bus?
Según el presidente de la Asociación
Estadounidense del bus (ABA por sus siglas en inglés), Peter Pantuso, la
última vez que la mayoría de estadounidenses tomó el transporte público
fue el autobús amarillo que los llevaba al colegio.
Persuadirlos a que emprendan su primera travesía en un autobús moderno es su tarea más difícil.
No era así hace 70 años.
El apogeo de los viajes
en autobús para distancias largas en EE.UU. fue durante la Segunda
Guerra Mundial, cuando los asientos de los buses Greyhound se llenaban
de soldados y civiles.
La industria trató de capitalizar su repentina
popularidad con campañas de mercadeo de alto perfil, pero el rápido
crecimiento en los vuelos baratos y la propiedad de automóviles durante
la década de 1950 provocó su declinación y quedó relegada al margen.
Es improbable que llegue a recuperar la gloria
de sus años de guerra; EE.UU. es simplemente demasiado grande para hacer
que los autobuses sean prácticos para una mayoría de viajeros.
Pero el aumento del precio de la gasolina y una
nueva casta de operadores a precio de descuento, propiedades de
británicos, basados en el corredor densamente poblado del noreste del
país, han convertido el autobús en una alternativa viable al automóvil,
avión o tren para una creciente cantidad de viajeros.
Optimismo y competitividad
Según los autores de un informe del Instituto
Chaddick para el Desarrollo Metropolitano de la Universidad DePaul,
Megabus y BoltBus podrían incluso lograr que viajar en bus sea "cool".
Las dos compañías británicas, que compitieron
directamente en rutas estadounidenses clave por primera vez en 2008,
incrementaron el número de viajes en 32% el año pasado y están agregando
nuevas rutas todo el tiempo.
La clave de su éxito es ofrecer pasajes entre
ciudades importantes como Nueva York y Filadelfia, o Boston y
Washington, por tan poco como un dólar y tarifas típicas de una vía
entre US$15 y US$27.
Pero el hecho de que ofrezcan Wi-Fi gratis y
recojan a los pasajeros en las aceras -en lugar de los terminales de
autobuses, considerados sucios e intimidatorios- es también un factor,
que los ayuda a popularizarse con pasajeros más ricos y mujeres que
viajan solas, según la investigación de DePaul.
Las compañías subrayan asimismo las credenciales
verdes de los buses, que ofrecen menos emisiones de dióxido de carbono
que los aviones o los autos.
Operadores estadounidenses como DC2NY también se
están sumando al fenómeno, pero mientras pasajeros que viajan entre
Washington DC y Nueva York pagan mucho menos que por tren o los que van
por aire, el viaje toma por lo menos una hora más que el tren más lento.
Las partidas de los buses que paran en la acera y
viajan entre ciudades han aumentado de 589 a 778 al día en el último
año, mientras que las partidas programadas para la industria como un
todo, incluido Greyhound, que comparte una compañía matriz británica con
BoltBus, subieron 7,1% a 2.693.
Viajes de pasajeros por transporte público
- Nueva York - 3.200 millones
- Chicago - 520 millones
- Los Angeles - 480 millones
- Washington DC - 440 millones
- Boston - 370 millones
- Fuente: Libro de Hechos del Transporte Público 2009
También ha habido un auge en los operadores
piratas: cualquiera que pueda juntar US$300 para una licencia puede
comenzar un servicio de autobús de ciudad a ciudad.
La ABA está pidiendo un régimen de inspección
más estricto a raíz de una racha de accidentes mortales el año pasado,
aunque insiste que el historial de seguridad de la industria como un
todo es bueno.
Igualmente se enorgullece del hecho de que ha
sobrevivido sin apoyo de los contribuyentes, a diferencia de la
industria de los trenes o los buses que funcionan dentro de las ciudades
estadounidenses.
Imagen y prejuicio
Los buses urbanos también tienen un problema de
imagen, mejor resumido en la película de 1994 "Speed" ("Máxima potencia"
en España) -con Keanu Reeves, Sandra Bullock y Dennis Hopper- que
mostraba un modelo de bus de la década de 1950 a pesar de estar
ambientada en la actualidad.
Joni Hamill, una asistente en propiedad
intelectual que espera el bus a pocas cuadras al norte de la Casa Blanca
en Washington DC, dice que la mayoría de sus colegas van a trabajar en
auto y consideran su opción de transporte como un poco extraña.
"La gente cree que el bus es sucio", señala.
Su esposo Karl afirma que ella empezó a ir a
trabajar en bus cuando él se mudó desde Alabama pero él no consideraría
usar transporte público en ninguna otra ciudad estadounidense, ya que el
nivel del servicio es "miserable".
Los buses de la ciudad pasaron a propiedad
pública en la década de 1960, pero aunque son subsidiados por el estado,
en años recientes les ha faltado dinero.
Algunas ciudades establecieron vías para los buses, renombrándolos como "trenes con ruedas de goma".
Pero todo el dinero nuevo del gobierno se ha ido
en proyectos de tránsito rápido, vistos por políticos y planificadores
como la única manera de tentar a los automovilistas a dejar sus
vehículos en casa. El gasto federal en trenes ligeros aumentó de US$494
millones en 1992 a US$3.700 millones en 2008.
Buses en EE.UU.
- El ferrocarril dominaba el transporte en EE.UU. antes de 1910, cuando el auto privado comenzó su ascenso
- Los viajes por bus interurbano alcanzaron su apogeo de 27.000 millones de millas durante la Segunda Guerra Mundial, disfrutando su cuota de mercado más alta
- Los viajes por autocar rivalizaron con el tren en las décadas de 1950 y 1960, con campañas de mercadeo para buses de Greyhound con una perrita llamada Lady Greyhound
- Greyhound también fue el transporte official del certamen Miss America
- Tanto los buses como los trenes perdieron su cuota de mercado con las aerolíneas, siendo los trenes eventualmente rescatados por el gobierno
- Los servicios de tránsito urbano fueron asumidos por el sector público en la década de 1960
- Los autocares de ciudad a ciudad se mantuvieron en manos privadas, pero sufrieron problemas financieros en la década de 1970
- El mercado se desrreguló en 1982 pero las huelgas impidieron la recuperación
- Los servicios con descuento que paran en esquinas se lanzaron en 2006
El tránsito de pasajeros y el transporte público
en general está creciendo más rápidamente que el kilometraje de los
autos, que parece haber llegado a su punto más alto en EE.UU., según
cifras de la Asociación Estadounidense de Transporte Público.
Pero los críticos dicen que algunos sistemas
quedan virtualmente desiertos fuera de la hora de mayor tránsito y no
son tan rentables como los buses.
Marc Scribner, analista de transportes en el
centro de investigación Competitive Enterprise Institute de Washington
DC, afirma que cualquier subsidio para el transporte público debería
invertirse en pequeños buses locales mejor capacitados para servir a los
grandes suburbios que a lo que ve como sistemas ferroviarios incómodos e
inflexibles.
Un proyecto de ley que debe votarse el mes
entrante en la Cámara de Representantes podría poner fin a una dedicada
fuente de fondos para el tránsito masivo introducida por el gobierno de
Ronald Reagan a principios de la década de 1980.
Vida de "alta densidad"
Algunos funcionarios temen que esto tendría un
impacto devastador en ciudades con altos niveles de transporte público
como Nueva York, con el consiguiente aumento de tarifas, reducciones de
los servicios y desperfectos más frecuentes.
Muchos derechistas argumentan que la respuesta
es desregular y privatizar los buses citadinos de EE.UU., dejarlos
libres para recoger pasajeros en las aceras o incluso operar servicios
de puerta a puerta.
Pero Jarrett Walker, un consultor de
planeamiento de transporte internacional y autor del Nuevo libro
Tránsito Humano, replica que esto no conduciría a un mejor nivel de
servicio, apuntando a la pelea que siguió a la desregulación de los
buses en Gran Bretaña en la década de 1980.
Sin embargo, cree que el crecimiento del
transporte público en EE.UU. se ha hecho imparable, ya que los jóvenes
dan la espalda a los suburbios y optan por vivir en zonas urbanas de
"alta densidad".
Las ciudades del futuro sólo podrán funcionar
con servicios totalmente integrados de buses y trenes, así como montando
bicicleta y caminando.
Él cree que no tomará mucho -horarios más claros
e instalaciones más "civilizadas"- para que la mayoría de
estadounidenses superen sus objeciones a tomar el bus.
"El estigma sobre los buses cae cuando se hacen útiles", concluye.
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