Mientras los bancos centrales de todo el mundo se
dedican a imprimir dinero para inyectarlo en el sistema financiero y
evitar que deje de fluir el crédito, aumenta la popularidad de las
teorías que defienden un regreso al patrón oro.
El patrón oro, vigente hasta principios del
siglo XX, estaba basado en el compromiso adoptado por los países para
fijar el valor de sus monedas en base a una determinada cantidad de oro.
El emisor de la divisa garantizaba que podía devolver al poseedor de
sus billetes la cantidad de oro representada en ellos.
En opinión del banquero Kim
Rickards, debe hacerse algo para que los gobiernos dejen de imprimir
moneda y así sean capaces manejar sus deudas, ya que con sus políticas
perjudican a los ahorradores al hacer que el dinero valga menos.
"El peor caso sería el de la hiperinflación, que
perjudicaría a todo el mundo. Seguir el patrón oro haría que eso fuera
imposible y, en consecuencia, haría que los gobiernos y los bancos
centrales dejaran de abusar de su poder", señala Rickards.
Ross Norman, de la firma de corredores de oro
Sharps Pixley, de Londres, no cree que ese metal sea necesariamente el
medio que debiera elegirse, aunque considera podría ser parte de la
solución.
"No creo que podamos volver al patrón oro como
tal, aunque pienso que a los bancos centrales se les podrían imponer
algunos límites financieros o cierta disciplina para evitar que expandan
en exceso sus cuentas", asegura.
"De alguna manera, el oro cumple ese papel", señala Norman.
Pero este no es un argumento con el que todo el mundo esté de acuerdo.
"No funciona"
"En cualquier situación en la que se esté, (el patrón oro) la complica aún más. Si se está en un buen periodo, hace que este se convierta en un periodo de especulación. Si se está en una mala época, hace que esta sea todavía peor"
Gerard Lyons, economista
"Estoy totalmente en desacuerdo con la idea de volver al patrón oro", asegura Gerard Lyons, del Banco Standard Chartered.
"Lo que vimos en el pasado es que el patrón oro no funcionó".
"En cualquier situación en la que se esté, (el
patrón oro) la complica aún más. Si se está en un buen periodo, hace que
este se convierta en un periodo de especulación. Si se está en una mala
época, hace que esta sea todavía peor", argumenta Lyons.
Los bancos centrales de los países emergentes
necesitan instrumentos para protegerse y esos bancos no quieren tener
todas sus reservas en dólares.
"Hay pocas alternativas en cuanto a divisas que
puedan ser utilizadas", asegura Lyons. "Así que el oro está tiene una
mayor proporción en cuanto a las reservas de divisas en el mundo
emergente", señala Lyons.
El economista cree que hay toda una serie de asuntos que deben ser resueltos, como la necesidad de estabilidad.
"Creo que la creciente importancia del oro de
alguna manera muestra un cambio a un mundo multipolar y con múltiples
divisas", asegura.
"Tiene sentido que en el futuro más países
piensen en cómo manejar sus divisas frente a la canasta de divisas con
las que comercian. Se trata menos sobre el oro y más sobre que el mundo
está cambiando. El oro no ofrece esa flexibilidad", señala.
Sin embargo, se espera que la alta demanda de
oro se mantenga mientras economías como las de China e India crecen y se
vuelven más ricas.
Demanda en aumento
Ben Bernanke, jefe de la Reserva Federal de
EE.UU., dijo que la principal razón para tener reservas de oro es que
algo pueda ir mal en el sistema financiero.
Por eso, según Bernanke, se tiene una pequeña
cantidad de oro, porque aunque se cree que tendrá un valor intrínseco
como cualquier otra materia prima, es probable que tenga un mayor valor
en caso de que se produzca una sacudida en el sistema financiero.
Lyons considera que el oro debe ser tratado como
una materia prima básica, como los alimentos o el petróleo, y, como
cualquier otra materia prima, tiene una base firme y un techo flexible.
"El techo flexible del petróleo serían los riesgos geopolíticos, que hacen que el techo (precio) suba todavía más".
"Para el oro, el techo flexible es cuando la gente se preocupa por el dólar o la inflación global", asegura.
Pero la tendencia que vislumbra a largo plazo es
que cada vez habrá más ricos en los países emergentes y es probable que
muchos de ellos demanden oro en el futuro por razones muy diferentes.
La demanda de oro para joyería llegó a su máximo
en 2000, pero la demanda de este metal en forma de monedas o lingotes
continúa aumentando.
"Muchas de las compras que hemos visto en los
dos últimos años han sido en forma de monedas y lingotes, lo que refleja
un sentimiento diferente. La gente está preocupada por la solvencia
bancaria e incluso por que se pueda producir un desastre económico",
concluye Lyons.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu opinion nos ayuda a crecer