Escrito por Luis Alfredo Collado
Desde Nueva York
Las
pasadas convenciones de los partidos Revolucionario Dominicano y de la
Liberación Dominicana, para escoger a sus candidatos a diputados por el
exterior, estuvieron retorcidas y nadie en esas organizaciones políticas está
en condición de negarlo.
En esas
consultas triunfaron los aspirantes de menor reconocimiento en las bases del
PLD y el PRD. Muchos no salen del asombro desde que se conocieron las primeras
posiciones alcanzadas por Alfredo Rodríguez (PLD) y José Morel (PRD). Su elección
ha generado comentarios de todos los calibres y sus respectivas impugnaciones
en las que se denunció una serie de irregularidades propias de la fauna política
dominicana ejercida a plenitud y sin reparos por los partidos mayoritarios.
En ambas
convenciones ganaron los menos populares,
pero los que al parecer cuentan
con amarres poderosos en las altas instancias de sus partidos, lo que a decir
de muchos habría contribuido a facilitarle el triunfo. Por el PLD impugnó Francisco Fernández y por el PRD Arsenio
Devares, los dos aparte de que ejercieron su inexorable derecho al pataleo, también
están conscientes de que sus compañeros no jugaron limpio.
Sobre el
particular ninguno de los dirigentes de esos partidos va a decir nada, porque además
están subordinados a sus superiores en la Republica Dominicana, donde al
parecer se cocinaron las maniobras que en términos de transparencia echaron a
perder las convenciones blanca y morada.
Tan descarados fueron
los fraudes, que la ciudad de New York se quedó fuera de la primera
posición, aunque contaba con los aspirantes de mayor reconocimiento tanto en
esos partidos como en la comunidad. Habrá sido una amarga decepción para
Gregorio Morrobel y Carlos Feliz del PLD, Rafael Núñez y Arsenio Devares del
PRD, quienes después de una amplia trayectoria y una intensa campaña tuvieron
que conformarse con quedarse fuera de la contienda.
Si medimos el
asunto en términos proporcionales, no tenemos que saber tanto de matemática
para entender que probablemente la trampa dejó de ser teoría para convertirse
en práctica, cuando consultamos el padrón electoral y encontramos que en New
Jersey, donde viven Rodríguez y Morel,
los ganadores de los primeros puestos,
solo hay 35 mil 359 electores, repartidos en nueve ciudades, mientras New York,
tiene 103 mil 337 votantes, casi tres veces más. Esto, alguien lo debiera
explicar antes de que los "sin partido" vayan a las urnas el 20 de
mayo.
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