Dos franceses contrajeron hoy matrimonio en una
localidad de los arrabales de Perpiñán, en el sureste de Francia, para
impulsar la legalización de las bodas homosexuales a pocos meses del
inicio de la campaña para las elecciones presidenciales de la próxima
primavera.
La boda simbólica, que no tuvo lugar en el Ayuntamiento, sino
en un salón de actos, fue celebrada por el alcalde comunista de
Cabestany, ciudad dormitorio de Perpiñán, Jean Vila, que no ocultó que
pretende con este acto hacer avanzar la causa de los matrimonios
homosexuales en un país donde están prohibidos.
Para evitar problemas legales, el edil incluyó en
el acta matrimonial una mención a su invalidez legal y aseguró que no
inscribirá la unión en el registro civil.
Vila pretende que la legalización de matrimonios
entre personas del mismo sexo sea uno de los temas de la próxima campaña
presidencial.
No es la primera vez que un acto similar se
produce en Francia: el alcalde de Bègles, el ecologista Noel Mamere,
celebró una unión entre dos personas en 2004 desafiando la ley, pero la
Justicia la anularon posteriormente.
En enero pasado, el Consejo Constitucional francés
rechazó la demanda presentada por un abogado por considerar que la
unión entre personas del mismo sexo es contraria a la Carta Magna.
En junio pasado, la derecha cerró la puerta a una
moción presentada por los socialistas para que se legalizara el
matrimonio entre personas del mismo sexo.
EFE
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