Las autoridades anunciaron hoy la captura de
Antonio Bonfim Lopes, alias Nem, considerado por la policía como "el
narcotraficante más buscado de Río de Janeiro".
Es una victoria para todos, declaró a periodistas
el coronel Erir Ribeiro Costa Filho, comandante de la Policía Militar,
sobre el arresto del jefe de una banda de la favela de la Rocinha, que
la policía se preparar para ocupar con apoyo de las Fuerzas Armadas.
Bonfim Lopes, de 35 años, fue capturado en un
retén montado por la Policía Militar en el acomodado barrio de Lagoa,
próximo a la Rocinha, cuando intentaba escapar de la zona ayudado por un
grupo de agentes de la propia policía, que también fueron detenidos.
El narcotraficante estaba escondido en el maletero
de un automóvil y, según el coronel Ribeiro Costa Filho, ni él ni los
dos policías que intentaban ayudarle en la fuga ofrecieron resistencia.
El oficial explicó que sí intentaron sobornar a
los agentes que les detuvieron, con ofertas de dinero que fueron
subiendo hasta llegar a unos 30.000 reales (16.600 dólares).
Desde hace casi una semana, las autoridades han
tendido un cerco en torno a la Rocinha, una populosa favela con unos
70.000 habitantes, que está enclavada en cerros que se sitúan entre los
acomodados barrios de Leblón, Gavea y Sao Conrado.
Para ello han sido movilizados cientos de agentes
de diversos cuerpos policiales, a los que se espera que en los próximos
días se unirán tropas de las Fuerzas Armadas, que aportarán además
vehículos blindados para ocupar esa intrincada barriada.
Antes de la captura de "Nem", que ocurrió durante
la madrugada, habían sido arrestados cinco supuestos narcotraficantes
que huían de la favela, así como tres policías y dos expolicías que
aparentemente trabajaban de escolta para los delincuentes.
En esa operación además fueron confiscados tres fusiles, once pistolas, varias granadas, dinero y munición.
Las autoridades de Río no han confirmado cuándo
pretenden ordenar la invasión de la Rocinha, pero la prensa baraja que
la incursión podría ocurrir este fin de semana, debido a las acciones
policiales de los últimos días, que siguen el patrón de otras
ocupaciones de favelas ocurridas en los últimos tres años.
Desde finales de 2008 las fuerzas de seguridad han
expulsado a los narcotraficantes de una veintena de favelas, en las que
luego han implantado cuarteles para patrullar estas zonas
permanentemente.
Antes de cada ocupación la policía hace
operaciones para confiscar drogas y arrestar a traficantes y después
suele avisar de que ocupará el territorio para evitar que se produzcan
tiroteos que pongan en peligro a la población.
El Gobierno regional anunció hace meses su deseo
de ocupar la Rocinha, uno de los últimos bastiones de los
narcotraficantes en las zonas turísticas de la ciudad, que será una de
las sedes del Mundial de fútbol de 2014 y acogerá los Juegos Olímpicos
en 2016.
Las primeras operaciones en esta favela se
realizaron el pasado abril, con el decomiso de grandes cantidades de
drogas, y la semana pasada se intensificaron los controles en las rutas
de salida de Río de Janeiro, a fin de cercar la huida de los
narcotraficantes.EFE
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