Fútbol y religión son dos
grandes pasiones en Brasil, pero han comenzado a surgir advertencias de
que la mezcla de ambas ha ido demasiado lejos al nivel más profesional
de ese deporte en el país.
Una señal de inquietud fue lanzada por Emerson
Leão, ex arquero de la selección brasileña y actual entrenador del Sao
Paulo, al sugerir que hay líderes religiosos que pueden llegar a influir
más en ciertos equipos que los propios técnicos.
"Ya dirigí un equipo que, de 20, 16
eran de una comunidad. Usted hablaba aquí y el pastor cambiaba allá.
Dije: 'Presidente, vamos a tomar una acción'. Y él dijo: 'Pero Leão,
entonces nos vamos a quedar sin jugadores'", relató el entrenador el mes
pasado en el diario Folha de Sao Paulo.
La presencia religiosa está lejos de ser algo
nuevo en el fútbol en Brasil, el país que ha ganado la Copa del Mundo
más veces (cinco) y es al mismo tiempo la nación con más católicos en el
planeta.
Sin embargo, algunos como Leão creen que esa presencia adquirió en los últimos años un peso excesivo.
"No es nueva, pero la exageración al punto que
llegó es reciente", dijo Juca Kfouri, uno de los periodistas deportivos
más reconocidos de Brasil. "Es una cosa más de este siglo", agregó en
diálogo con BBC Mundo.
"Proselitismo religioso"
"Yo soy muy creyente, tengo un santuario... y en ningún momento me lo han hecho sentir como algo negativo sino que lo han respetado"
Sebastián Abreu, futbolista uruguayo del Botafogo
Kfouri recuerda la ola de críticas que recibió
por haber denunciado en 2009 lo que a su juicio fue un "proselitismo
religioso" de los jugadores de la selección nacional al ganar la Copa de
Confederaciones en Sudáfrica.
En aquel momento, los futbolistas brasileños
formaron una ronda en la mitad de la cancha y rezaron, lo que motivó una
advertencia de la FIFA, que prohíbe pasar mensajes políticos o
religiosos en los terrenos de juego.
El mediocampista Kaká, que en esa ocasión se
quitó la camiseta brasileña para mostrar otra que vestía debajo con la
leyenda en inglés "Yo pertenezco a Jesús", dijo tiempo después que
Kfouri es ateo y lo perseguía por ser creyente.
El periodista cree que el fenómeno de la
influencia religiosa en el fútbol brasileño corresponde sobre todo a la
fe evangélica y está presente "en la mayoría" de los clubes
profesionales del país.
"Se reúnen para rezar en la concentración y
quien no participa es mal visto: quieren forzar a todo el mundo a tener
la misma religión, a pagar el diezmo", afirmó.
A su juicio, este tema es un "tabú" en Brasil.
"Erré el penal"
Eloísa Martín, una profesora de sociología en la
Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ) que estudió la relación
entre fútbol y religión, cree que en Brasil la polémica está vinculada
al modo en que los evangélicos expresan su fe.
"Los evangélicos tienen una práctica pública (de
la religión)", explicó y apuntó que el fenómeno es evidente con los
"Atletas de Cristo", una organización a la que pertenecen varios
futbolistas brasileños.
Además dijo que en los sectores populares de
donde provienen la mayoría de los futbolistas es común unir la vida
cotidiana a lo sagrado y "es impensable para ellos entender el mundo de
manera secular".
"Entonces es obvio que van a rezar antes de
salir a jugar y es obvio que van a decir: 'Erré el penal porque Dios
está poniendo a prueba mi orgullo'" o porque es un 'castigo' por pecados
cometidos, indicó.
En sus declaraciones a Folha, Leão dijo estar
"cansado" de escuchar a futbolistas que creen que fallan un penal por
mandato divino y que en el futuro Dios les va a reservar cosas mejores,
"pues colabora con él", dijo el técnico.
Un mundo inseguro
"Se reúnen para rezar en la concentración y quien no participa es mal visto: quieren forzar a todo el mundo a tener la misma religión, a pagar el diezmo"
Juca Kfouri, periodista deportivo brasileño
El futbolista uruguayo Sebastián "Loco" Abreu,
que ha jugado en 17 clubes de América Latina, Europa e Israel y
actualmente lo hace en el Botafogo carioca, cree que la religión ocupa
un lugar especial en el balompié brasileño.
"La oración y el respeto a la palabra del Señor
es fundamental y lo tratan de transmitir constantemente, tanto a
compañeros del equipo como a hijos y amigos", dijo Abreu a BBC Mundo.
Sin embargo, el delantero que también jugó en el
Gremio de Porto Alegre negó que en Brasil hayan intentado imponerle
alguna creencia específica.
"Yo soy muy creyente, tengo un santuario", dijo
en alusión a un símbolo religioso personal que lleva siempre a los
partidos que juega, ya sea a nivel de clubes o de la selección uruguaya.
"Y en ningún momento me lo han hecho sentir como algo negativo sino que
lo han respetado".
Antonio Jorge Gonçalves Soares, otro professor
de la UFRJ que investiga los vínculos entre deportes y ciencias
sociales, observó de cerca la religiosidad de futbolistas brasileños
durante un trabajo de campo sobre ellos en Portugal.
"Varios atletas no evangélicos y no creyentes
acababan siendo cooptados por otros atletas evangélicos que hacían
cultos durante la semana en sus propias casas", dijo a BBC Mundo.
Pero comentó que eso también permitía a los
futbolistas pertenecer a una red social donde unos se ayudan a otros,
ser vistos por los clubes como profesionales más disciplinados e incluso
canalizar tensiones.
"La religión", dijo, "funciona como un espacio de seguridad en un mundo que es muy inseguro".
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