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jueves, 15 de diciembre de 2011

La Organización Mundial del Comercio lucha contra sus contradicciones

La Organización Mundial del Comercio (OMC) abrió hoy su VIII Conferencia Ministerial con un llamamiento de su director general, Pascal Lamy, a hacer frente a sus contradicciones y a recuperar la credibilidad perdida por no ser capaz de impulsar un nuevo sistema multilateral de comercio.


 Lamy abrió la Conferencia, que se prolongará hasta el sábado, con un discurso en el que puso de manifiesto la falta de voluntad política para hacer avanzar la Ronda de Doha, el estancado mecanismo establecido hace una década para modernizar el sistema multilateral en una veintena de aspectos relacionados con el comercio.

"Ustedes (los Estados miembros) han fracasado en sus esfuerzos para corregir las reglas del juego, para hacer que el comercio sea más justo y más abierto. 

La Ronda de Desarrollo de Doha está en punto muerto", expuso Lamy a modo de resumen. Frente a eso resulta paradójico que mientras Doha no avanza "sigue aumentando el número de acuerdos comerciales bilaterales y plurilaterales, lo que demuestra que los beneficios de un comercio abierto no se cuestionan, argumentó el director general. 

"¿Cómo podemos explicar esta paradoja?", preguntó Lamy ante el plenario de los 153 países miembros de la OMC. Él mismo respondió de manera retórica empleando el argumento de quienes justifican acuerdos comerciales al margen del sistema multilateral para evitar asuntos espinosos, como la agricultura, los subsidios pesqueros o las normativas antidumping, o quienes lo hacen por cuestiones geopolíticas y no solo económicas. 

"Sea como sea, es hora de que los miembros de la OMC hagan frente a la realidad de esta contradicción creciente.

No podemos seguir enterrando nuestra cabeza bajo la tierra. Tenemos que entender las causas de raíz de nuestra incapacidad para progresar en la apertura comercial multilateral y de una agenda regulatoria", expuso.

Lamy habló de "encrucijada" para describir el momento actual de la OMC y consideró que, al igual que pasa en las negociaciones sobre el cambio climático, es necesaria una vigorosa respuesta política.

 "Esperar a tiempos mejores no será suficiente. Un consenso para la inacción, será un consenso de más sufrimiento para todos", dijo. Las contradicciones fueron subrayadas también por la Unión Europea (UE), uno de los actores de mayor peso en la OMC. 

El comisario europeo de Comercio, Karel de Gucht, manifestó que los países miembros deben "dejar de decir una cosa y hacer otra" y no plantearse metas poco realistas sobre su capacidad para reformar el sistema multilateral de comercio. "¿A quién estamos queriendo engañar?

 ¿Cómo vamos a ser capaces de repente de solucionar la mitad de los problemas del mundo cuando (los miembros de la OMC) ni siquiera somos capaces de solucionar algunos de los asuntos más sencillos de la Ronda de Doha?", se preguntó el comisario europeo en una conferencia de prensa.

"Debemos ser realistas y pragmáticos", indicó el comisario, convencido de que Doha no va a poder encontrar un consenso de los 153 países de la OMC ni a corto ni a medio plazo. 

"Sabemos que la Ronda de Doha no va a ser concluida pronto, pero probablemente podemos alcanzar un acuerdo, por ejemplo, en temas como la facilitación del comercio", dijo De Gucht, que aseguró que Bruselas está dispuesto "a discutirlo todo sin tabúes".

Entre ese "todo" figuran los grandes subsidios que los países europeos conceden a la agricultura- "Europa está dispuesta a aislar y negociar el tema agrícola, pero no estoy seguro de que los otros importantes actores implicados estén también dispuestos", dijo.

De Gucht expresó abiertamente su escepticismo sobre los logros de esta Conferencia Ministerial -"no espero que pase mucho al final"-, pero expresó su esperanza en que "al menos tomemos conciencia de que tenemos que hacer algo para abandonar este punto muerto".

Frente a tanto escepticismo, la Conferencia arrancó con una buena noticia, el consenso logrado entre la Unión Europea (UE) y otros 14 países, entre ellos Estados Unidos y Japón, para cerrar la negociación para un nuevo Acuerdo sobre Contratación Pública (ACP). 

El ACP es el único acuerdo jurídicamente vinculante de la OMC que aborda específicamente la contratación pública y su versión aún vigente se negoció durante la ronda de Uruguay en 1994, entrando en vigor entre los países firmantes el 1 de enero de 1996.

Permite a las empresas de los estados ACP acudir en igualdad de condiciones a los concursos de licitación pública en otros países en bienes y servicios, infraestructuras, telecomunicaciones o servicios financieros, con la excepción de "sectores sensibles" como el relativo a la contratación para las fuerzas armadas. 

El comisario europeo de Mercado Interior, Michel Barnier, aseguró que el acuerdo representará para los 27 países de la UE un valor añadido en acceso a mercados de 100.000 millones de euros anuales.

"La contratación pública representa el 19 % del Producto Interior Bruto (PIB) europeo. Son muchos trabajos y muchos empleos", manifestó Barnier, que consideró el nuevo ACP "un buen resultado para las empresas y para los ciudadanos europeos". EFE

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