La Organización Mundial del Comercio (OMC) abrió hoy su VIII
Conferencia Ministerial con un llamamiento de su director general,
Pascal Lamy, a hacer frente a sus contradicciones y a recuperar la
credibilidad perdida por no ser capaz de impulsar un nuevo sistema
multilateral de comercio.
Lamy abrió la Conferencia, que se prolongará hasta el sábado, con un
discurso en el que puso de manifiesto la falta de voluntad política
para hacer avanzar la Ronda de Doha, el estancado mecanismo establecido
hace una década para modernizar el sistema multilateral en una veintena
de aspectos relacionados con el comercio.
"Ustedes (los Estados
miembros) han fracasado en sus esfuerzos para corregir las reglas del
juego, para hacer que el comercio sea más justo y más abierto.
La Ronda de Desarrollo de Doha está en punto muerto", expuso Lamy a
modo de resumen. Frente a eso resulta paradójico que mientras Doha no
avanza "sigue aumentando el número de acuerdos comerciales bilaterales y
plurilaterales, lo que demuestra que los beneficios de un comercio
abierto no se cuestionan, argumentó el director general.
"¿Cómo podemos explicar esta paradoja?", preguntó Lamy ante el
plenario de los 153 países miembros de la OMC. Él mismo respondió de
manera retórica empleando el argumento de quienes justifican acuerdos
comerciales al margen del sistema multilateral para evitar asuntos
espinosos, como la agricultura, los subsidios pesqueros o las normativas
antidumping, o quienes lo hacen por cuestiones geopolíticas y no solo
económicas.
"Sea como sea, es hora de que los miembros de la OMC hagan frente a
la realidad de esta contradicción creciente.
No podemos seguir
enterrando nuestra cabeza bajo la tierra. Tenemos que entender las
causas de raíz de nuestra incapacidad para progresar en la apertura
comercial multilateral y de una agenda regulatoria", expuso.
Lamy habló
de "encrucijada" para describir el momento actual de la OMC y consideró
que, al igual que pasa en las negociaciones sobre el cambio climático,
es necesaria una vigorosa respuesta política.
"Esperar a tiempos mejores no será suficiente. Un consenso para la
inacción, será un consenso de más sufrimiento para todos", dijo. Las
contradicciones fueron subrayadas también por la Unión Europea (UE), uno
de los actores de mayor peso en la OMC.
El comisario europeo de Comercio, Karel de Gucht, manifestó que los
países miembros deben "dejar de decir una cosa y hacer otra" y no
plantearse metas poco realistas sobre su capacidad para reformar el
sistema multilateral de comercio. "¿A quién estamos queriendo engañar?
¿Cómo vamos a ser capaces de repente de solucionar la mitad de los
problemas del mundo cuando (los miembros de la OMC) ni siquiera somos
capaces de solucionar algunos de los asuntos más sencillos de la Ronda
de Doha?", se preguntó el comisario europeo en una conferencia de
prensa.
"Debemos ser realistas y pragmáticos", indicó el comisario,
convencido de que Doha no va a poder encontrar un consenso de los 153
países de la OMC ni a corto ni a medio plazo.
"Sabemos que la Ronda de Doha no va a ser concluida pronto, pero
probablemente podemos alcanzar un acuerdo, por ejemplo, en temas como la
facilitación del comercio", dijo De Gucht, que aseguró que Bruselas
está dispuesto "a discutirlo todo sin tabúes".
Entre ese "todo" figuran
los grandes subsidios que los países europeos conceden a la agricultura-
"Europa está dispuesta a aislar y negociar el tema agrícola, pero no
estoy seguro de que los otros importantes actores implicados estén
también dispuestos", dijo.
De Gucht expresó abiertamente su escepticismo sobre los logros de
esta Conferencia Ministerial -"no espero que pase mucho al final"-, pero
expresó su esperanza en que "al menos tomemos conciencia de que tenemos
que hacer algo para abandonar este punto muerto".
Frente a tanto
escepticismo, la Conferencia arrancó con una buena noticia, el consenso
logrado entre la Unión Europea (UE) y otros 14 países, entre ellos
Estados Unidos y Japón, para cerrar la negociación para un nuevo Acuerdo
sobre Contratación Pública (ACP).
El ACP es el único acuerdo jurídicamente vinculante de la OMC que
aborda específicamente la contratación pública y su versión aún vigente
se negoció durante la ronda de Uruguay en 1994, entrando en vigor entre
los países firmantes el 1 de enero de 1996.
Permite a las empresas de
los estados ACP acudir en igualdad de condiciones a los concursos de
licitación pública en otros países en bienes y servicios,
infraestructuras, telecomunicaciones o servicios financieros, con la
excepción de "sectores sensibles" como el relativo a la contratación
para las fuerzas armadas.
El comisario europeo de Mercado Interior, Michel Barnier, aseguró que
el acuerdo representará para los 27 países de la UE un valor añadido en
acceso a mercados de 100.000 millones de euros anuales.
"La
contratación pública representa el 19 % del Producto Interior Bruto
(PIB) europeo. Son muchos trabajos y muchos empleos", manifestó Barnier,
que consideró el nuevo ACP "un buen resultado para las empresas y para
los ciudadanos europeos". EFE
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