Lucha de Clases Sociales vs. Lucha por Justicia

Desde Miami Estados Unidos 

Al enterarme del horroroso crimen sucedido en mi querido (y a la vez temido) pueblo de Mao, empecé a indagar en el Internet sobre noticias sobre los detalles.

Viendo un video en www.youtube.com lo primero que observe fue la falta de protección a las evidencias o posibles evidencias en una escena de crimen. Nadie uso guantes, policías y civiles curiosos entrando y saliendo de la escena del crimen, acceso ilimitado a la casa, etc.  De manera que una investigación profesional, sin contaminación de pruebas, no podrá existir.

En uno de los portales de Mao, en el Internet, opino vagamente al respecto en base a lo que había leído y visto en la Internet, aun sin identificar a los implicados.

 Desde entonces mi opinión ha sido la misma; y por expresarme públicamente he sido blanco de algunas críticas enviadas a mi correo electrónico y/o comentarios en los mismos websites. La acusación es la misma…. “defiendo mi clase social”.

Estos comentarios han llegado tan lejos como “eres tan soberbia como tu abuela Julita”, “no heredaste la humildad de tu abuelo Aquiles”, etc.

Para esas personas que se han expresado así, quiero decirles que me siento inmensamente orgullosa de mi familia, de mis apellidos y de lo que hoy en día soy, y quiero aclararle DOS puntos:

1- ) Mi abuelo, MANUEL AQUILES COMAS TEJEDA, fue un hombre que llegó a Mao e hizo ese pueblo el suyo, fue humilde, si, pero más que humilde fue JUSTO, amaba la justicia y temía a cometer alguna injusticia, por lo cual nunca juzgaba sin tener 100% conocimiento del tema y/o situación.

Mi abuelo prefería dar trabajo a dar un peso, pues creía que era la manera más eficaz de matar el hambre.

Era un hombre que daba su palabra como garantía y  ser amigo era tan sagrado como ser familia.

2-) Mi abuela, JULIA MILENA TIó CABRERA, fue una dama que siempre dio lo mejor de ella para las causas nobles del pueblo, me enseñó que todos somos iguales ante los ojos de Dios, que debo de tratar al que no tiene igual o mejor que el que tiene, era una mujer que creía en la educación y el trabajo como las únicas forma de superarse. 

Quizás para aquellos que no la conocían era soberbia, pero era una mujer que nunca le hizo daño a nadie, al menos no intencionalmente.

Estos dos puntos los hago para que aquellos que han opinado sobre mí, comparándome con ellos sin conocerlos,  sepan que todo lo que soy es en gran parte, gracias a ellos.

USTEDES, que expresan solo frustración social y económica, son los que han llevado un horroroso crimen a una lucha de clase social, en vez de unirse a una lucha por la JUSTICIA.

Por ciudadanos como ustedes es que nuestro país está cada día más escaso de valores morales, pues la búsqueda de las riquezas, el poder, el ser reconocido, el ser famoso, es su aparente único motor.

He dicho muchas veces, para ustedes Manuel Rodríguez Bonilla es culpable, así baje del cielo el mismo Dios y les diga que están errados; si eso ocurriera, dejarían de creer en Dios (si en realidad creen en EL) y dirán que Dios es sólo para los “ricos”.

Dejen las clases sociales a un lado, dejen de perder el tiempo queriendo brillar enlodando al prójimo, únanse a quienes queremos justicia, a quienes queremos que las autoridades le pongan atención a la población y no SOLAMENTE a los casos que le dan publicidad y “prestigio”, únanse a nuestra lucha por un cambio en nuestras autoridades policiales, quienes están ahí para servirnos, no para ignorarnos o sacarnos provecho.

El asesinato de Yasmín debe de ser una lucha por la verdadera justicia, no una lucha de clases sociales. Es que ustedes aun no se han dado cuenta que el 25 de mayo del 2010, fue Yasmín, pero mañana puede ser tu hija, tu hermana, tu esposa o tu mismo?

Luchemos por un servicio policial más efectivo, luchemos por un proceso judicial más limpio, luchemos por lo que teníamos y hemos perdido, Luchemos por la educación del país. DEJEN los obstáculos sociales creados por ustedes a un lado, y avancemos juntos por causas comunes; LUCHEMOS, Sí, pero NO en contra de los unos a los otros, sino juntos para un mejor futuro.

Saludos,

Mirtha  Midence Comas