La modelo venezolana Ivian Sarcos, coronada Miss
Mundo en 2011, barajó la posibilidad de ser monja durante el tiempo que
pasó en un convento, según confiesa en una entrevista que publica hoy el
diario keniano "The Standard".
"Pensé en convertirme en monja después de que la
madre superiora del convento me hablase de eso", dijo la belleza
venezolana, de 22 años, que ha estado una semana en Kenia, donde visitó
proyectos benéficos y participó el pasado sábado en la gala de Miss
Kenia.
"Por momentos, cambiaba de opinión y decidí que no
podía meterme en eso si tenía dudas", cuenta la modelo, que fue
internada de niña -es la menor de trece hermanos- en un convento de la
ciudad venezolana de San Carlos, tras la muerte accidental de sus
padres.
Los cinco años que vivió en ese centro religioso
-subraya- "fueron uno de los mejores momentos de mi vida. Las hermanas
me ayudaron mucho. Recibí todo el amor y la educación que
desafortunadamente no pudieron darme mis padres".
Ivian, que se planteó también trabajar como
maestra "con una tiza, una pizarra, grandes gafas y un bastón frente a
los alumnos", revela que, hasta que no se presentó al concurso Miss
Venezuela el año pasado, nunca se había maquillado ni puesto tacones.
"Nunca -explica- llevé tacones ni maquillaje, ni
posé en ninguna sesión de fotos. Esto cambió literalmente el año pasado
cuando me presenté a Miss Venezuela, así que tuve que empezar de cero".
"Incluso ahora -dice, con modestia-, todavía no me creo que me hayan coronado la chica más bella del mundo".
Preguntada si algún hombre ha conquistado su
corazón tras ser reconocida como la mujer más guapa del planeta, Ivian
responde: "No, no tengo novio. No estoy segura de que ningún chico
quiera aguantar la (ajetreada) vida de una Miss Mundo".
Sobre su viaje a Kenia, donde ha apoyado un
programa solidario de suministro de agua, se muestra entusiasmada: "Es
-señala- mi primera vez en África. Disfruté de un safari el pasado
viernes. El clima es perfecto. La gente que he conocido es muy
afectuosa".
Desde que fue elegida Miss Mundo en noviembre de
2011, la modelo ha vivido en Londres, pero no olvida ni la comida de su
país -su "plato favorito" es el muy venezolano "pabellón criollo"- ni
las monjas que la cuidaron en su infancia.
"Ellas (las religiosas) me apoyan mucho. Las echo de menos -concluye- y las visito siempre que puedo". EFE
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