El Ferrari fue alzado a la parte superior de la muralla por una grúa y
allí efectuó varios 'trompos', dejando las marcas de neumáticos sobre
las piedras, según un vídeo que muestra también a agentes de limpieza
intentando en vano limpiar las huellas.
El coche incriminado es una edición especial del Ferrari 458 Italia
de un valor de seis millones de yuanes (733.000 euros).
Ferrari se
disculpó en un comunicado, y subrayó que el constructor respectaba la
cultura china y trataba de resolver los problemas creados por su
distribuidor, Kuaiyi Automobile.
La sección manchada de la muralla está cerca de la Puerta de China
-que servía para las ceremonias en la época imperial- y data de la
dinastía Ming (1368-1644). Se encuentra entre las secciones mejor
preservadas de la ciudad.
"No podemos tolerar que Ferrari utilice la antigua puerta de la
ciudad para un espectáculo y la dañe. Si no respeta la ciudad, no merece
quedarse aquí", escribió un habitante de Nankín en un microblog.
El
incidente puso de relieve el creciente resentimiento en China contra el
lujo a veces ostentoso al que está atado esta marca de coche deportivo.
Las autoridades municipales de Nankín también reprendieron a los
organizadores del acto, alegando que el mismo no había sido autorizado,
informó la agencia de noticias China Nueva (Xinhua).
Según un experto
citado por la agencia, "el daño estructural (causado al histórico
monumento) es quizás invisible de momento, pero es muy real". AFP
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