El enigmático informático australiano Julian
Assange sigue desafiando a los Gobiernos y poderes fácticos pese a estar
sometido a un duro proceso judicial que él atribuye a una persecución
política.
Desde su arresto domiciliario en Inglaterra
mientras se resuelve su juicio de extradición a Suecia, el antiguo
hacker de 40 años no ha parado de retar a los poderosos con más
revelaciones en su portal WikiLeaks y en su nuevo papel como presentador
de televisión.
En un último golpe de efecto, su entrega al Estado
sueco, que hoy autorizó la Corte Suprema del Reino Unido, se ha
pospuesto al menos dos semanas a petición de la defensa, que estudia
solicitar una reapertura del caso, en el que se enfrenta a acusaciones
de abusos sexuales que él rechaza.
En el año y medio que ha durado el proceso
judicial, tras su detención en Londres por voluntad propia en diciembre
de 2010, Assange ha lanzado varias ofensivas en su incansable cruzada
contra lo que considera la falta de transparencia de los Gobiernos y sus
socios empresariales.
En diciembre del año pasado, WikiLeaks colgó "The
Spyfiles", 287 archivos sobre empresas de espionaje, que, según aseguró,
en muchos casos venden tecnología a regímenes opresores.
Posteriormente difundió también millones de
correos electrónicos de la empresa de espionaje estadounidense Stratfor,
y el 17 de abril debutó como presentador en la televisión rusa en
inglés "Russia Today" con una entrevista con el líder de Hizbulá, Hasan
Nasralá.
No obstante, pese al apoyo a su causa por parte de
personalidades como el conocido periodista John Pilger o el cineasta
Ken Loach, el futuro de Assange pende de un hilo.
Ídolo de masas y abanderado del periodismo de
investigación para algunos, y megalómano sin escrúpulos para otros, el
destino de Julian Assange no deja a nadie indiferente.
Padre de un hijo veinteañero a sus 40 años, el
australiano se ha visto debilitado por ese largo juicio en el que ha
perdido dinero y prestigio, al cuestionarse su estrategia inicial basada
en la idea de que había una conspiración para silenciarle.
La detención de Assange en 2010 a petición de la
Fiscalía sueca se produjo después de que el 28 de noviembre cinco
periódicos del mundo -entre ellos "El País" español y "The Guardian"
británico- empezaran a publicar, junto con WikiLeaks, 250.000 cables
confidenciales de diplomáticos estadounidenses.
La revelación de esos mensajes por parte de
Assange puso en aprietos a Gobiernos de todo el mundo y se le atribuye
haber inspirado las revueltas en los países árabes.
El periodista y exmilitar británico Vaughan Smith
avaló con otros su fianza y le ha acogido hasta ahora en libertad
condicional en su mansión de Norfolk, en la campiña inglesa.
Nacido en Townsville (Australia) el 3 de julio de
1971, la figura de Julian Assange, con su característico pelo blanco, es
un misterio incluso para sus colaboradores, que le describen como
carismático e inteligente pero imprevisible.
El informático, de quien se dice que dedica horas a
su trabajo sin asearse, comer o dormir, tuvo una infancia nómada en
Australia, donde su madre cambiaba constantemente de residencia
escapando del padre de su hermano menor, de quien reclamaba la custodia.
En su juventud, Assange fue procesado en ese país
por delitos informáticos al acceder, con su grupo International
Subversives, a sistemas protegidos de las autoridades, pero salió airoso
con una mera multa al valorar el juez que sus actividades respondían a
la curiosidad y no a fines delictivos.
Tras estudiar matemáticas y física en la
Universidad de Melbourne (aunque no se licenció), en 2006 cofundó
WikiLeaks con la misión de exponer información gubernamental que, en su
opinión, debería estar al alcance de los ciudadanos.
El también periodista -en 2009 recibió el premio a
la profesión de Amnistía Internacional- saltó a la luz pública cuando
en abril de 2010 WikiLeaks difundió un polémico vídeo en el que soldados
de EEUU disparaban a civiles en Irak en 2007.
De ahí aumentaron sus contactos con la prensa
internacional, que culminaron con la divulgación coordinada de los
cables diplomáticos en noviembre de 2010, para muchos la mayor exclusiva
periodística jamás publicada.
Con su prestigio en el aire y la amenaza de cárcel
en Suecia, Assange, que denunció asesinatos extrajudiciales en Kenia o
abusos en la cárcel de Guantánamo, afronta un futuro incierto, aunque
sus hazañas parecen haber pasado a la historia. EFE
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