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viernes, 4 de mayo de 2012

Keith Haring dibuja el doodle de Google con una obra de colores

Keith Haring llega hoy a la portada de Google con un doodle maravilloso de colores que refleja buena parte de la esencia de este artista norteamericano. El buscador ha querido así celebrar el 54º aniversario de su nacimiento con una obra que homenajea toda su esencia.


Google culmina con el de Keith Haring una serie continúa de doodles que tuvo en el únicamente español de Ramón y Cajal a principios de esta semana su última entrega de la semana.

Keith Haring es un innovador de los pies a la cabeza y Google se encarga de recordarlo hoy, ya que el pulsar sobre su emblema podemos conocer la biografía y todos los datros de inerés que rodean a este activista social nacido un día como hoy, 4 de mayo, en 1958. 

Su obra se encargó de transmitir a su coetáneos el espíritu de la generación pop que gobernaba Estados Unidos con Andy Warhol a la cabeza.
La década de los 80 fue el ambiente en el que se desenvolvió Keith Haring y New York, la ciudad que nunca duerme, donde ostentó y presentó un legado que hoy le hace eterno. 

Google no lo ha olvidado y seguro que a partir de hoy su nombre comienza a resonar con más fuerza si cabe. Apúntelo con lápiz y papael a mano y deleiétnese con una biografía corta pero intensa, que merce la pena ser leída y estudiada. Aquí les damos algunos datos.

Nacido en Reading, Pensilvania, Keith Haring despuntaba ya de pequeño como perfeccionaista dibujante, tomando de los dibujos animados y de la televisión de le época todos aquellos detalles que le inspiraban y la hacía mejorar año tras año. 

Procurando no descuidar su preparación, estudió arte en la Ivy School of Art de Pittsburg, mientras se encargaba de serigrafiar camisetas como métido de sustento, que no es poco. Pero ahí Keith Haring no quiso dar por zanjada su preparación, ni mucho menos.

Entre 1978 y 1979, Keith Haring entró a formar parte de la Escuela de Artes Visuales de Nueva York. Allí coincidió con Keith Sonnler y Joseph Kossuth, dos figuras claves en su desarrollo como artista y que tuvieron muchísimo que ver en lo que se convertiría al cabo del tiempo. 

 Estos incitaron a Keith Haring a que experimentara con colores, formas y expresiones. El resultado ya se lo pueden imaginar. Google nos lo ofrece hoy en primicia en su portada y medio mundo lo puede ver.

Keith Haring empezó a subir como la espuma y su nombre comenzó a sonar entre todos los rincones del mundo del arte. 

El Club 57 de Manhattan supuso un punto de inflexión para lo que iba a ser su carrera. En este emblemático lugar realizó en el verano del 79 una performance que recibiría el nombre de Poetry-Word-Things. Y entrada la década de los 80 su ascensión fue imparable.

 Nada más estrenado 1980, Keith Haringdecidió empezar a inundar de graffitis todo aquellos que llegara a sus manos. 

El rotulador era su instrumento favorito y no dejaba títer con bola. El Metro de New, York su víctima favorita, como podemos leer en Google. El contendio: dibujos animados que se sobreponían sobre anuncios en el subterráneo.

 Hay que decir que Keith Haring tuvo que ser arrestado por delitos contra la propiedad pública. Y es que también explotaba con tiza blanca todos los espacios que había reservados para la publicidad. Un borrón, asumible, en su ya disparada carrera profesional.

El arte, la música y la moda se conviertieron en la obsesión de Keith Haring, hasta tal punto que se comprometió en combinarlas para crear una obra perfecta, perceptible por casi todos los sentidos del ser humano.

 Platillos volantes, personas y perros, animales y figuras danzando fueron sus objetos preferidos para ilustrar, informa Google, llegando así a perfeccionar la técnica de la iconografía. Figuras corriendo, bebés gateando, halos, pirámides, televisiones, teléfonos y referencias a la energía nuclear se incorporaron más tarde como unos 'habituales' de Keith Haring. Eso sí, fue un artista que tuvo siempre presentes ciertos temas como el poder y el miedo a la tecnología, que le provocaba cierta angustia vital. Un hombre que desde luego tuvo que presidir bastantes inceritumbres a lo largo de su vida.

Keith Haring, así nos lo hace saber Google, celebró en la galería Tony Shafrazi de Nueva York, en 1982 su primera exposición individual.

 Su técnica era peculiar cuanto menos. Utilizaba soportes como papel, fibra de vidrio, lienzo, piezas de acero esmaltado, camisetas, vasos y vaciados en escayola. El arte esquimal, africano, maya y de los aborígenes, así como la caligrafía china, los all-over de Alechinsky, Andy Warhol y Mark Tobey, desde los que evolucionó hacia lo semibastracto fueron sus fuentes de inspiración. 

Un tipo bastante inusual. Keith Haring refleja en su estilo el ethos de la generación pop y de la cultura popular y más callejera del East Village de Manhattan, en New York. Temas complicados donde los haya pero sobre los que supo dar en el clavo, hasta hacerse como indiscutible referencia de los mismos.

Pero Keith Haring quería ir más allá hsta hacerse un nombre propio al estilo y semenajanza de Andy Warhol. Por ello, le echó el brazo a la cultura demótica, esto es, una extraña combinación de moda, arte y música, que sobrepasaba en sí para darles un mayor recorrido que el que tenía por ellas mismas. 

Complicado, sin duda. Murales, escultura, posters y pintura corporal constituyeron los soportes sobre los que se extendió su indudable éxito comercial. 

Incluso en 1986, su fama era tal, que pintó uno de los trozos del muro de Berlín. Y yendo más allá en su negocio, abrió la boutique Pop Shop, en la que vendía todos sus productos. Ya en 1989 creó la Fundación Keith Haring, que se procupaba de paliar y poner remedio a todas las lacras y conflictos sociales que rodeaban el mundo por aquella época. Así nos lo evoca Google.

 Pero no tuvo apenas tiempo de poder disfrutar de su obra y de todo aquello que había conseguido a lo largo de su exitosa carrra profesional. 

El 16 de febrero de 1990, en New York, en la ciudad que tanto le había dado y a la que tanto le había dado, su vida se apagó para siempre.

 El Sida fue más fuerte que Keith Haring, un artista de los pies a la cabeza y que se ha ganado un hueco en nuestro corazón y nuestra memoria.

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