Google culmina con el de Keith Haring una serie continúa de doodles
que tuvo en el únicamente español de Ramón y Cajal a principios de esta
semana su última entrega de la semana.
Keith Haring es un innovador de los pies a la cabeza y Google se
encarga de recordarlo hoy, ya que el pulsar sobre su emblema podemos
conocer la biografía y todos los datros de inerés que rodean a este
activista social nacido un día como hoy, 4 de mayo, en 1958.
Su obra se
encargó de transmitir a su coetáneos el espíritu de la generación pop
que gobernaba Estados Unidos con Andy Warhol a la cabeza.
La década de los 80 fue el ambiente en el que se desenvolvió Keith
Haring y New York, la ciudad que nunca duerme, donde ostentó y presentó
un legado que hoy le hace eterno.
Google no lo ha olvidado y seguro que a partir de hoy su nombre
comienza a resonar con más fuerza si cabe. Apúntelo con lápiz y papael a
mano y deleiétnese con una biografía corta pero intensa, que merce la
pena ser leída y estudiada. Aquí les damos algunos datos.
Nacido en Reading, Pensilvania, Keith Haring despuntaba ya de pequeño
como perfeccionaista dibujante, tomando de los dibujos animados y de la
televisión de le época todos aquellos detalles que le inspiraban y la
hacía mejorar año tras año.
Procurando no descuidar su preparación,
estudió arte en la Ivy School of Art de Pittsburg, mientras se encargaba
de serigrafiar camisetas como métido de sustento, que no es poco. Pero
ahí Keith Haring no quiso dar por zanjada su preparación, ni mucho
menos.
Entre 1978 y 1979, Keith Haring entró a formar parte de la Escuela de
Artes Visuales de Nueva York. Allí coincidió con Keith Sonnler y Joseph
Kossuth, dos figuras claves en su desarrollo como artista y que
tuvieron muchísimo que ver en lo que se convertiría al cabo del tiempo.
Estos incitaron a Keith Haring a que experimentara con colores, formas y
expresiones. El resultado ya se lo pueden imaginar. Google nos lo
ofrece hoy en primicia en su portada y medio mundo lo puede ver.
Keith Haring empezó a subir como la espuma y su nombre comenzó a
sonar entre todos los rincones del mundo del arte.
El Club 57 de
Manhattan supuso un punto de inflexión para lo que iba a ser su carrera.
En este emblemático lugar realizó en el verano del 79 una performance
que recibiría el nombre de Poetry-Word-Things. Y entrada la década de
los 80 su ascensión fue imparable.
Nada más estrenado 1980, Keith
Haringdecidió empezar a inundar de graffitis todo aquellos que llegara a
sus manos.
El rotulador era su instrumento favorito y no dejaba títer con bola.
El Metro de New, York su víctima favorita, como podemos leer en Google.
El contendio: dibujos animados que se sobreponían sobre anuncios en el
subterráneo.
Hay que decir que Keith Haring tuvo que ser arrestado por
delitos contra la propiedad pública. Y es que también explotaba con tiza
blanca todos los espacios que había reservados para la publicidad. Un
borrón, asumible, en su ya disparada carrera profesional.
El arte, la música y la moda se conviertieron en la obsesión de Keith
Haring, hasta tal punto que se comprometió en combinarlas para crear
una obra perfecta, perceptible por casi todos los sentidos del ser
humano.
Platillos volantes, personas y perros, animales y figuras
danzando fueron sus objetos preferidos para ilustrar, informa Google,
llegando así a perfeccionar la técnica de la iconografía. Figuras
corriendo, bebés gateando, halos, pirámides, televisiones, teléfonos y
referencias a la energía nuclear se incorporaron más tarde como unos
'habituales' de Keith Haring. Eso sí, fue un artista que tuvo siempre
presentes ciertos temas como el poder y el miedo a la tecnología, que le
provocaba cierta angustia vital. Un hombre que desde luego tuvo que
presidir bastantes inceritumbres a lo largo de su vida.
Keith Haring, así nos lo hace saber Google, celebró en la galería
Tony Shafrazi de Nueva York, en 1982 su primera exposición individual.
Su técnica era peculiar cuanto menos. Utilizaba soportes como papel,
fibra de vidrio, lienzo, piezas de acero esmaltado, camisetas, vasos y
vaciados en escayola. El arte esquimal, africano, maya y de los
aborígenes, así como la caligrafía china, los all-over de Alechinsky,
Andy Warhol y Mark Tobey, desde los que evolucionó hacia lo
semibastracto fueron sus fuentes de inspiración.
Un tipo bastante inusual. Keith Haring refleja en su estilo el ethos
de la generación pop y de la cultura popular y más callejera del East
Village de Manhattan, en New York. Temas complicados donde los haya pero
sobre los que supo dar en el clavo, hasta hacerse como indiscutible
referencia de los mismos.
Pero Keith Haring quería ir más allá hsta hacerse un nombre propio al
estilo y semenajanza de Andy Warhol. Por ello, le echó el brazo a la
cultura demótica, esto es, una extraña combinación de moda, arte y
música, que sobrepasaba en sí para darles un mayor recorrido que el que
tenía por ellas mismas.
Complicado, sin duda. Murales, escultura,
posters y pintura corporal constituyeron los soportes sobre los que se
extendió su indudable éxito comercial.
Incluso en 1986, su fama era tal, que pintó uno de los trozos del
muro de Berlín. Y yendo más allá en su negocio, abrió la boutique Pop
Shop, en la que vendía todos sus productos. Ya en 1989 creó la Fundación
Keith Haring, que se procupaba de paliar y poner remedio a todas las
lacras y conflictos sociales que rodeaban el mundo por aquella época.
Así nos lo evoca Google.
Pero no tuvo apenas tiempo de poder disfrutar
de su obra y de todo aquello que había conseguido a lo largo de su
exitosa carrra profesional.
El 16 de febrero de 1990, en New York, en la ciudad que tanto le
había dado y a la que tanto le había dado, su vida se apagó para
siempre.
El Sida fue más fuerte que Keith Haring, un artista de los pies
a la cabeza y que se ha ganado un hueco en nuestro corazón y nuestra
memoria.
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