Escrito por el Pastor Antonio Regalado |
Lo que
debería ser la celebración de la fiesta de la democracia se ha
convertido en un escenario de penumbra política, pleitos, odios, ofensas
y descalificaciones.
Tan grave es
el asunto, que embajadores de 12 naciones en reunión sostenida con el
presidente Leonel Fernández, expresaron preocupación por lo violencia de
la campaña electoral, y de que el proceso electoral se desarrolle en un
ambiente democrático, diáfano y transparente.
Se
siente la percepción en esta campaña electoral que en cualquier momento
va a ocurrir algo negativo de parte de los partidos con mayores
posibilidades de alcanzar el poder.
Yo pienso,
por las pasiones mostradas en las parcelas políticas con mayores
porcentajes de ganar, que aquí podría ocurrir una crisis después del
veinte de Mayo con repercuciones de pronóstico reservado, ojalá estar
equivocado, quiera Dios y eso no ocurra.
El lenguaje usado en la promoción de sus candidatos por parte
de ambos partidos está llevando intraquilidad a la población y van
aumentando los muertos de campaña. La sociedad no merece escuchar voces
insultantes que no contribuyen a la estabilidad y confianza con que
debemos comportarnos en un torneo como el que estamos inmerso.
La compra de periodistas y medios es un elemento
perturbador en la presente campaña que allana el camino para
exacerbar los ánimos en el terreno y gradería donde se esta llevando a
cabo la carrera por conquistar el favor del colectivo.
Ya es muy difícil a tan pocos días, que se puedan
introducir cambios para mejorar la perspectiva y el enfoque de vender
con excelencia y calidad la oferta política de un candidato, pero,
esperamos que Dios haga posible algunas proezas que aporten al sociego,
paz, armonía y tranquilidad de toda la ciudadanía.
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