El
Carnaval Caribeño del Distrito de Columbia (DCCC, por sus siglas en
inglés), una de las principales y más coloridas celebraciones culturales
en la capital de Estados Unidos, no se podrá realizar este año en dicha
ciudad.
La alcaldía de Washington D.C. no autorizó el
desfile y festival anual debido a un saldo pendiente por servicios
prestados en años anteriores que no ha sido cancelado por los
organizadores.
A pesar de que los directores del
DCCC resaltan el importante beneficio económico que recibe la ciudad con
la celebración, las autoridades señalan que no había garantías
suficientes para siquiera cubrir los costos en 2012.
La significativa vigésima edición del Carnaval
Caribeño se trasladará ahora a la vecina ciudad de Baltimore, en el
estado de Maryland, que cuenta también con una comunidad caribeña pero
no es lo mismo que desfilar por las calles de la capital de EE.UU.
Despliegue cultural
El Carnaval Caribeño de D.C. empezó en 1993,
cuando 11 líderes de esa comunidad decidieron hacer un despliegue de la
creciente presencia e influencia de su cultura.
No hay cifras exactas de cuántos "caribeños"
viven en Washington y sus alrededores, pues no están incluidos como tal
en el censo nacional. Algunos estiman que hay unos 100.000 entre los
residentes y los de segunda y tercera generación.
En esta comunidad se incluyen las islas de las
Antillas y otros territorios hispano y franco parlantes que se
manifiestan en muchas facetas, desde la comida, la música y la
artesanía.
"No es sólo una gran fiesta sino le da un impulso económico importantísimo a la ciudad"
Loughton Sargent, Director Ejecutivo y Fundador del DCCC
"Es una gama muy amplia de lo que se entiende
como caribeño", dijo a BBC Mundo Loughton Sargent, director ejecutivo y
fundador del DCCC. "El carnaval es lo que une todos estos elementos".
Según Sargent, es un evento singular, único e importante que sucede todos los años.
Tradicionalmente tiene dos componentes: Un gran
desfile por una avenida que atraviesa vecindarios caribeños y que
desemboca en un amplio parque donde se realiza el festival con puestos
de comida, venta de arte y artesanía y tarimas con entretenimiento local
e internacional.
En este participan colectivos de muchos países
y, en años recientes, se han incluido grupos de África. "Lo que empezó
con la asistencia de unas 25.000 personas ahora se ha convertido en uno
de los festivales más grandes de la región", aseguró el director
ejecutivo del DCCC.
"No es sólo una gran fiesta sino le da un impulso económico importantísimo a la ciudad", recalcó.
Déficit
No obstante ese movimiento económico, a partir
de 2010, el Carnaval entró en déficit y le debe una cuantiosa suma a la
ciudad por los servicios de la policía metropolitana en temas de
seguridad y control de muchedumbres, unidades de primeros auxilios,
aseo, etc.
Los organizadores no pudieron encontrar una
solución con las autoridades para el pago del saldo, que supera los
US$200.000, por consiguiente, no obtuvieron el permiso para realizar el
carnaval este año.
La Oficina Ejecutiva de la Alcaldía de Washington D.C. le envió el siguiente comunicado a BBC Mundo:
"Nos desilusiona el no poder haber llegado a un
acuerdo con los organizadores del Carnaval Caribeño que hubiese
permitido a ese popular evento permanecer en el Distrito de Columbia.
Sin embargo, la organización del Carnaval no pudo cumplir con sus
obligaciones financieras para con la ciudad".
Loughton Sargent reconoce la morosidad pero
señala que la situación se debió a un cambio en la relación que el DCCC
tenía con la alcaldía.
"Nos desilusiona el no poder haber llegado a un acuerdo con los organizadores del Carnaval Caribeño que hubiese permitido a ese popular evento permanecer en el Distrito de Columbia. "
Oficina Ejecutiva de la Alcaldía de Washington D.C.
Aunque el carnaval recauda dineros de
patrocinadores, vendedores autorizados y otros, esos "no son suficientes
para cubrir todo el evento, que es gratis para el público", dijo
Sargent.
La ciudad le otorgaba un subsidio anual de
US$150.000 para amortiguar los costos, indicó el fundador del festival
pero, en medio de la temporada de 2010, ese subsidio fue revocado.
Lograron trasladar el déficit al siguiente año
con la esperanza que un aumento de actividades en un sitio más grande de
la ciudad generaría el dinero suficiente para cubrir costos.
No fue así. En parte, afirma Sargent, porque la
ciudad decidió acortar la ruta del desfile en 2011 a menos de la mitad
de su longitud original y terminó por cobrar mucho más por sus servicios
que cuando la ruta era completa.
"Siempre gozamos de una buena asociación con el
gobierno de la ciudad, pero esas medidas profundizaron nuestro déficit",
se lamentó Loughton Sargent, quien esgrimió el argumento del impacto
económico del festival.
Impacto económico
OTROS FESTIVALES CANCELADOS
- Festival del Cinco de Mayo, Santa Barbara, California, 2012
- Carnaval Cultural, Santa Ana, California, 2012
- Festival de Invierno, Boston, Massachusetts, 2011
- Festival Internacional Filipino, Cleveland, Ohio, 2011
Un estudio independiente de la Escuela de
Administración de Empresas de la Universidad Howard, publicado en abril,
encontró que el carnaval tenía un efecto significativo sobre los
negocios locales.
Tomando las cifras del evento en 2011, estimaron
que unas 400.000 personas asistieron al festival y gastaron más de
US$21 millones, de los cuales la ciudad percibió US$1,3 millones en
impuestos.
Sin embargo, en documentos recibidos por la BBC
de la oficina de Comunicaciones de la Alcaldía, las autoridades
manifestaron dudas sobre la capacidad del carnaval de generar ingresos
suficientes para pagar sus deudas.
"Nos llamamos Carnaval de D.C. por una razón. Este es un producto de Washington D.C. y queremos encontrar una resolución para poder regresar"
Loughton Sargent, Director Ejecutivo y Fundador del DCCC
Como alternativa, el DCCC aceptó la invitación
de los organizadores del Festival Caribeño de la vecina ciudad de
Baltimore para unir sus recursos en lo que han denominado Carnaval
Caribeño Unificado de Washington y Baltimore.
Éste se llevará a cabo entre el 14 y 15 de julio próximo.
Sargent reconoce que no será lo mismo y no sabe
cuál será la respuesta de la comunidad, sin embargo, "esto nos dará un
sentido de continuidad y una oportunidad de recaudar algunos fondos para
subsanar las deudas que tenemos".
Insiste en que no le han cerrado la puerta a la
capital de EE.UU. "Nos llamamos Carnaval de D.C. por una razón. Este es
un producto de Washington D.C. y queremos encontrar una resolución para
poder regresar".
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