La Conferencia del Episcopado Dominicano
condenó en esta fecha la "corrupción rampante" y la crisis moral, que se
ha enquistado en el “alma nacional”, al igual que la violencia contra
la mujer y la intrafamiliar.
En su Carta Pastoral anticipada con motivo
de celebrarse el próximo sábado, 21 de enero, el Día de la Altagracia,
los obispos dominicanos afirman que aunque la humanidad se siente muy
preocupada por la gran crisis económica y financiera, son de opinión
que se trata de una crisis humana y moral.
Consideran los máximos representantes de la
Iglesia Católica, que es necesario buscar la causa de la violencia que
afecta a la sociedad, a nivel general, y de la creciente violencia
contra la mujer y la familia.
Afirman en su comunicado, que en el país que
situar la causa de la violencia en general que nos envuelve, a la
creciente violencia contra la mujer y la familia, así como a la
precariedad de los salarios de los empleados y de los servicios básicos
de los dominicanos.
Agrega que tiene también mucho que ver con “la mediocridad de muchos políticos, la corrupción rampante”.
Expresan su preocupación y prometen que al pueblo
dominicano no le faltará su voz sincera ni su crítica, como tampoco su
aliento al comportamiento correcto.
“Nos preocupa en estos momentos que esa crisis
moral haya ido enquistándose en el alma nacional. Aquí hay que situar la
causa de la violencia en general que nos envuelve, de la creciente
violencia contra la mujer y la familia, de la precariedad de los
salarios y de los servicios básicos para todos, la dimisión de su deber
educativo por parte de las familias, de la escuela y de los medios de
comunicación social, la mediocridad de muchos políticos, la corrupción
rampante. Nos preocupa todo esto y prometemos que al pueblo dominicano
no le faltará ni nuestra voz sincera ni nuestra crítica como tampoco
nuestro aliento al comportamiento correcto”, expresan.
A CONTINUACION LA CARTA PASTORAL
Conferencia del Episcopado Dominicano. Carta Pastoral/50º Aniversario
Fundamento Teológico
La Conferencia Episcopal, es una expresión del
espíritu colegial y de la comunión que vincula a todos los Obispos. El
reconocimiento formal de su existencia se debe al Concilio Ecuménico
Vaticano II que al valorar su funcionalidad pidió establecerla en todas
las naciones.
El Concilio Ecuménico Vaticano II en su Decreto
Christus Dominus sobre el Ministerio Pastoral de los Obispos en la
Iglesia puntualiza: “Desde los primeros siglos de la Iglesia, los
Obispos que estaban al frente de las Iglesias Particulares, movidos por
la comunión de fraterna caridad y por el celo de la misión universal
confiada a los Apóstoles aunaron sus fuerzas y voluntades para promover
el bien común y el de la Iglesia.
“La conferencia episcopal es como una asamblea en
que los Obispos de cada nación o territorio ejercen unidos su cargo
pastoral para conseguir el mayor bien que la Iglesia proporciona a los
hombres, sobre todo por las formas y métodos del apostolado, aptamente
acomodado a las circunstancias del tiempo”.
ANTECEDENTE Y FUNDACION
La Conferencia del Episcopado Dominicano tuvo como
antecedente la creación de una Comisión Nacional Episcopal de cara a la
Conferencia del Episcopado Latinoamericano que se celebró en 1955, en
Río de Janeiro. Esa Comisión la conformaban Mons. Ricardo Pittini
Piussi, Arzobispo de Santo Domingo, educador salesiano de amplia
cultura; Mons. Octavio Antonio Beras Rojas, Arzobispo Coadjutor de Santo
Domingo, un hombre de bondades y de elegante sencillez; Mons. Hugo
Eduardo Polanco Brito, Obispo de Santiago de los Caballeros, un
trabajador incansable y organizado; Mons. Francisco Panal Ramírez,
Obispo de La Vega, un hombre de Dios, de vida austerísima; y Mons. Tomás
Francisco Reilly, Obispo de la Prelatura Nullius de San Juan de la
Maguana (erigida Diócesis en el 1969), un Doctor en derecho canónico
convertido en celoso y abnegado misionero de una zona muy amplia y
deprimida. Posteriormente el cometido de esta Comisión era doble: elegir
el delegado a la Primera Conferencia del Episcopado Latinoamericano; y
construir y redactar la contribución de la Iglesia dominicana a esa
Conferencia.
Con excepción de Mons. Ricardo Pittini Piussi
(+1961), los mismos Obispos que hemos señalado, además de Mons. Juan
Félix Pepén Solimán, Obispo de la Altagracia, en Higüey (creada en el
1959), un hombre de fina inteligencia y defensor aguerrido de los
campesinos, fueron los que oficialmente crearon ya el 22 de septiembre
de 1962 la Conferencia del Episcopado Dominicano, y enviaron los
Estatutos a la Santa Sede. Esta contestó con la aprobación “ad
experimentum”. Conforme a esto, y enviados los Estatutos definitivos, la
erección oficial de la Conferencia del Episcopado Dominicano quedó
fijada en 1962.
CRECIMIENTO Y DESARROLLO
La erección de nuevas Diócesis fue una notable
visión y acierto de la Conferencia del Episcopado Dominicano. Esta
iniciativa ha contribuido eficazmente al dinamismo de la Iglesia. A
partir del 1962 fueron creadas las Diócesis de: San Juan de Maguana
(1969), Barahona (1976), San Francisco de Macorís (1978),
Mao-Montecristi (1978), Baní (1986), Puerto Plata (1996) y San Pedro de
Macorís (1997). También cabe señalar aquí, la creación de una segunda
Provincia Eclesiástica en la que quedaron reagrupadas las Diócesis del
Cibao, y la elevación de Santiago de los Caballeros al rango de
Arquidiócesis, el 14 de febrero 1994.
Gracias a Dios, desde el año 2005 la Conferencia del Episcopado Dominicano cuenta también con su Sede propia.
La estructura interna de la Conferencia del
Episcopado Dominicano responde a nuestras necesidades y divide su acción
en seis áreas que integran las diversas Comisiones Nacionales de
Pastoral: Formación y Espiritualidad (Presbíteros, Diáconos, Seminarios,
Vocaciones, Vida Consagrada, Laicos); Palabra y Liturgia (Misión y
Obras Misionales Pontificias, Kerigma y Catequesis, Liturgia, Doctrina
de la Fe, Ecumenismo, Biblia, Comunidad, Congresos Eucarísticos
Internacionales); Familia (Familia, Vida, Niñez y Adolescencia,
Juventud, Tercera Edad); Pastoral Social (Social, CEDAIL-Justicia y Paz,
Cáritas, Salud, Penitenciaria, Ecología); Educación (Escuelas
Católicas, Formación Integral Humana y Religiosa, Universidades,
Cultura, Comunicación); y Movilidad (Migrantes, Haitiana, Turismo -
Aeropuerto - Apostolado del Mar, Santuarios). Cada Comisión está
dirigida por un Obispo.
Además, existen las Comisiones Episcopales,
integradas sólo por Obispos (Mixta CED-CONDOR, Seminario Mayor Santo
Tomás de Aquino) y otras Instituciones, entre las que se destaca por su
tarea y misión el Instituto Nacional de Pastoral,
APORTES A LA IGLESIA Y A LA SOCIEDAD
En primer lugar, están la creación de magníficas
Instituciones: la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra
(PUCMM), el Instituto Nacional de Pastoral; el Instituto de la Familia,
el Centro Dominicano de Asesoría e Investigaciones Legales (CEDAIL); el
Tribunal Eclesiástico Nacional, el Semanario Católico Nacional Camino,
Televida, el Canal de la familia; Cáritas Dominicana.
En segundo lugar lo constituyó la apertura y
realización del Primer Concilio Plenario Dominicano del año 2000.
Decidido en 1984, en la XXII Asamblea Plenaria de la Conferencia del
Episcopado Dominicano, tuvo su primera sesión en 1990 y concluyó 1999.
En tercer lugar, está el confeccionar la
contribución de la Iglesia dominicana a las cuatro Conferencias del
Episcopado Latinoamericano y del Caribe (Medellín, Puebla, Santo Domingo
y Aparecida-Brasil).
En cuarto lugar, está el servir de puente
ordinario en las relaciones con la Santa Sede, el Consejo del Episcopado
Latinoamericano y del Caribe (CELAM), el Gobierno, la sociedad
dominicana y los partidos políticos nacionales.
En quinto lugar, están también los
pronunciamientos públicos que la Conferencia del Episcopado Dominicano
ha ido haciendo al hilo de la marcha de la Nación y eventos
especialmente tensos que se han sucedido en estos años, entre los que
citamos el dedicado a la Educación, a la construcción de la paz y
erradicación de la violencia, a la familia, al bien común, a la dignidad
humana y defensa de la vida a la situación del hombre del campo y leyes
agrarias a la Constitución de la República, y sobre todo, los
documentos dedicados a los distintos procesos de elecciones
presidenciales, congresuales y municipales de la Nación. Más de 25
mensajes, con lo que sentamos todo un magisterio iluminador para el
mundo de la política.
A todas estas iniciativas hay que añadir la
exitosa celebración de la Feria Internacional del libro, en el 2011,
dedicada al Vaticano.
Los Planes Nacionales de Pastoral: uno de los
frutos estimables de estos planes y del dinamismo de la Iglesia ha sido
el de obligarnos a crear nuevas estructuras y a buscar la eficiencia en
todo. Y fruto de ese dinamismo, poco a poco fueron surgiendo entre
nosotros vocaciones para el sacerdocio presbiteral y para la vida
consagrada, nuevos carismas, y nuevas formas de entrega a Dios y
asociaciones espirituales o apostólicas.
Quien haya leído o lea todos los Mensajes anuales
del día de la Independencia dominicana se convencerá de que la
Conferencia del Episcopado Dominicano se ha sentido siempre obligada y
comprometida a contribuir desde su misión con una nación más sana
moralmente, más fraterna, justa y equitativa.
En el momento presente la
humanidad se siente muy preocupada por la gran crisis económica y
financiera, alimentaria y política.
Nosotros en cambio, sin negar lo anterior,
proclamamos que la gran crisis moderna es humana y moral, el verdadero
origen y causa de las crisis que se señalan y que tanto inquietan hoy.
Nos preocupa en estos momentos que esa crisis
moral haya ido enquistándose en el alma nacional. Aquí hay que situar la
causa de la violencia en general que nos envuelve, de la creciente
violencia contra la mujer y la familia, de la precariedad de los
salarios y de los servicios básicos para todos, la dimisión de su deber
educativo por parte de las familias, de la escuela y de los medios de
comunicación social, la mediocridad de muchos políticos, la corrupción
rampante. Nos preocupa todo esto y prometemos que al pueblo dominicano
no le faltará ni nuestra voz sincera ni nuestra crítica como tampoco
nuestro aliento al comportamiento correcto.
MEDIOS DE COMUNICACIÓN
La Conferencia del Episcopado Dominicano se hace
presente con sus dos importantes programas, la Voz de los Obispos TV y
Radio, en los diversos escenarios de la vida familiar y social, privada
y pública, a través 22 canales de televisión y la red de emisoras
católicas UDECA y otras que los transmiten. También está muy presente a
través de la Internet con su página WEB, Del mismo modo, es un
importante informativo e instructivo el Semanario Católico Nacional
“Camino”.
Damos gracias a Dios por el crecimiento y
desarrollo que nos ha permitido experimentar en estos 50 años de
creación oficial de nuestra Conferencia. Por el crecimiento de las
Instituciones de la Iglesia dominicana, sus 11 Diócesis y el Obispado
Castrense con sus más de 584 parroquias, sus 11 seminarios menores y sus
2 Seminarios Mayores, el Pontificio Santo Tomás de Aquino en sus dos
recintos, Santo Domingo y Santiago y el Redemptoris Mater; por el
crecimiento de nuestras vocaciones sacerdotales y religiosas, por
nuestros sacerdotes, diáconos y seminaristas.
Autor: RAMIRO ESTRELLA
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu opinion nos ayuda a crecer