La perspectiva de tener una plataforma petrolera en
las costas cubanas tiene nerviosos a ambientalistas estadounidenses,
preocupados de que se repita frente a las costas de Florida el desastre
de un derrame de crudo en el Golfo de México.
Particularmente porque la coordinación política y
técnica de algunas medidas de mitigación del riesgo ambiental en torno a
la plataforma se han dificultado debido a la disputa política entre
Estados Unidos y Cuba.
La plataforma de exploración
Scarabeo 9 está anclada frente a las costas cubanas, lista para que la
española Repsol la use en la prospección petrolera del fondo marino.
Semanas atrás Repsol permitió que la Oficina de
Seguridad y Legalidad Ambiental del Departamento del Interior y el
Servicio de Guardacostas de EE.UU. revisara y diera su visto bueno a la
plataforma, cuando esta se detuvo en Trinidad.
El secretario estadounidense del Interior, Ken
Salazar, alabó el hecho que la petrolera aceptó "voluntariamente cumplir
con las regulaciones de EE.UU." en el golfo.
Pero son los planes de respuesta para los casos
de emergencia, que suelen coordinarse internacionalmente en estos casos,
los que no han podido hacerse por las dificultades que tienen
Washington y la Habana para comunicarse.
Canales de comunicación
Las leyes del embargo a Cuba prohíben que
empresas estadounidenses hagan negocios petroleros con la isla, que los
equipos que usen terceros (como Repsol) tengan más de un 10% de
componentes de origen estadounidense y además complican el suministro de
repuestos que podrían ser necesarios para garantizar el correcto
funcionamiento de la plataforma.
Una mezcla del recuerdo del accidente de la
plataforma Deepwater Horizon de BP en 2010 y la eventualidad de que se
descubran yacimientos de valor comercial que apuntalen la economía
cubana ha desatado una tormenta política que complica todavía más la
necesaria coordinación binacional que ayudaría a prevenir un eventual
desastre.
"El embargo fuerza a que el pozo sea perforado
sin todas las salvaguardas normalmente disponibles o requeridas por los
reguladores para trabajos que se hacen en el lado estadounidense del
Golfo de México", explicó a BBC Mundo Lee Hunt, presidente de la
Asociación Internacional de Contratistas de Perforación, basada en
Texas.
Hunt reconoce que Repsol es una empresa
respetada internacionalmente, que los principales mecanismos de
seguridad de la Scarabeo 9 son de fabricación estadounidense y que la
plataforma cumple con los estándares internacionales, pero advierte que
en caso de una emergencia al respuesta podría verse afectada por culpa
del embargo.
"El embargo inhibe, o incluso prohíbe, la
utilización de bienes, servicios y comunicaciones estadounidenses que
podrían promover conocimiento y alerta para mejores regulaciones en
Cuba", afirmó Lee.
Con México es diferente
El control del flujo de información y la falta
de planes de contingencia acordados son el aspecto más peligroso, según
afirma Dan Whittle, director del programa Cuba del Fondo para la Defensa
del Ambiente, ya que impediría que las correspondientes oficinas en
ambos gobiernos puedan coordinar a tiempo las acciones necesarias en
caso de un derrame.
"Si esto fuera con México no sería mayor
problema", afirmó Whittle, en referencia a los planes de contingencia
que han ensayado gobiernos y las empresas petroleras de ambos países, al
igual que sucede entre EE.UU. y Canadá o Rusia.
"Cuando se dio el accidente de BP, en 2010, una
de las primeras cosas que hizo EE.UU. fue comunicarse con el gobierno de
México para discutir con sus pares mexicanos sobre cómo reforzar el
acuerdo que ya existe entre ambos países para coordinar la respuesta (a
la emergencia)", explicó Whittle.
Whittle reconoce que en el caso de una
emergencia, esos canales -inexistentes entre Washington y La Habana- se
abrirían por necesidad aunque advierte que "se perderá tiempo porque no
será claro inmediatamente a quién hay que llamar".
A favor y en contra
Hay seis plataformas de fabricación chinas similares a la Scarabeo 9 operando en aguas estadounidenses del Golfo de México.
Los expertos indican que toda perforación petrolera en aguas profundas en la zona es riesgosa, pero que las fuertes corrientes características de la porción este de la cuenca pone un desafío extra en la prospección.
En el caso de la Scarabeo 9 está previsto que realice operaciones a 1.600 metros de profundidad.
La Deepwater Horizon de BP trabajaba a 1.000 metros cuando se produjo el desastre.
Sin embargo los geólogos destacan que las reservas en la zona cubana tienen menos presión y por tanto el riesgo de una explosión es menor.
Los expertos indican que toda perforación petrolera en aguas profundas en la zona es riesgosa, pero que las fuertes corrientes características de la porción este de la cuenca pone un desafío extra en la prospección.
En el caso de la Scarabeo 9 está previsto que realice operaciones a 1.600 metros de profundidad.
La Deepwater Horizon de BP trabajaba a 1.000 metros cuando se produjo el desastre.
Sin embargo los geólogos destacan que las reservas en la zona cubana tienen menos presión y por tanto el riesgo de una explosión es menor.
Así, podrían pasar varias horas mientras la
empresa petrolera se comunica con el ministerio de industrias básicas de
Cuba, éste habla luego con cancillería y ésta llama al Departamento de
Estado.
Licencias generales
Los técnicos que han estado siguiendo el asunto
de la exploración petrolera en aguas cubanas afirman que una manera de
reducir los riesgos de que un accidente adquiera proporciones
catastróficas es mediante una "pre-aprobación" de firmas estadounidenses
para que ayuden en cualquier respuesta de emergencia.
Tanto Dan Whittle, como Lee Hunt, han
participado en audiencias ante el Congreso abogando por maneras para,
sin esperar una alteración de los términos del embargo, lograr que
Washington autorice a empresas estadounidenses o extranjeras a prestar
ayuda en caso de alguna contingencia.
Estudios no oficiales indican que actualmente
sólo estarían disponibles el 5% de los recursos humanos y técnicos que
se usaron durante el desastre de BP.
"No pretendemos que se desmonte el embargo. Por
eso lo que estamos haciendo es, primero que se modifiquen licencias en
el Departamento de Comercio y en el Tesoro que provean una licencia
amplia para cualquier compañía estadounidense calificada. El gobierno
puede emitir estas licencias generales que permitan que Repsol
identifique y contrate servicios a lo largo de la costa estadounidense",
aseguró Whittle.
En Washington, una fuente del Departamento de
Comercio explicó a BBC Mundo que aunque no están considerando ofrecer
ese tipo de "licencias generales" están preparados para dar
autorizaciones a las empresas que las soliciten.
Un sólo Golfo
Estimaciones del Servicio de Geología de EE.UU.
sugieren que en aguas cubanas del Golfo podría haber unos 4.600 millones
de barriles de petróleo, mientras que las autoridades cubanas hablan de
hasta 20.000 millones.
Desde que se anunciara el plan, los principales representantes del llamado lobby
cubano en Estados Unidos reiteraron su oposición al proyecto y su deseo
de usar las leyes del embargo precisamente para bloquear lo que
consideran -más que un riego técnico o ambiental- la posibilidad de que
La Habana eventualmente obtenga una importante línea de ingresos.
"El único sector que trabaja contra la
posibilidad de proveer la máxima seguridad a las perforaciones son los
miembros del Congreso que promueven sanciones contra quienes están en
capacidad de aportar servicios técnicos, equipos y entrenamiento", dijo
Lee Hunt a BBC Mundo.
Ante esas voces, Hunt dice que el gobierno
estadounidense "debe poner la protección ambiental por delante de las
política de la guerra fría", mientras aclara a los críticos que eso no
implicaría ayudar al desarrollo de la industria petrolera cubana".
Hunt recordó que en su Discurso sobre el Estado
de la Unión del pasado martes, el presidente Barack Obama prometió que
un desastre como el de BP no volvería a ocurrir.
"Cualquier cosa menos que el pleno compromiso a
una estrategia de "Un Golfo" para manejar la protección ambiental y la
comercialización de los ingentes recursos del Golfo de México es
insincera. Una verdadera política ambiental y de desarrollo energético
por parte de EE.UU. exige considerar al Golfo de México en su
integridad: EE.UU., México y Cuba. Un Golfo".
Sobreponiéndose a las desconfianzas naturales,
delegaciones estadounidenses y cubanas coincidieron recientemente en
Bahamas en la primera reunión en la que se discutió la posible
implementación de una respuesta de emergencia regional. Pero harían
falta muchas reuniones más para perfeccionar los mecanismos como los que
ya existen con México y otros países con costas en el Golfo.
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