El desempleo en España superó en 2011 por primera
vez la cifra récord de los cinco millones de personas, casi el 23 % de
la población activa, con más de un millón y medio de hogares en los que
ninguno de sus miembros trabaja y con un horizonte económico de recesión
para este año.
El Instituto Nacional de Estadísticas (INE), un
organismo público, divulgó hoy los últimos datos de empleo, que
demuestran que la espiral de destrucción de puestos de trabajo iniciada
hace más de tres años sigue creciendo y agravándose.
Solo en el cuarto trimestre, 295.300 personas
perdieron su empleo, lo que elevó el número total de desocupados en 2011
a 5.273.600.
La cifra tiene un fuerte valor simbólico porque
por primera vez España rebasa la barrera histórica de los cinco millones
de desempleados y sitúa el índice de desempleo en el 22,85 por ciento.
Solo en el primer trimestre de 1995, en la recta
final de la etapa del gobierno socialista de Felipe González, se superó
esa tasa, con el 23,49 por ciento.
La cifra difundida hoy es menor a la adelantada
por el Gobierno, que la situó en 5,4 millones, la misma citada por el
nuevo jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, en su discurso de investidura.
Entonces, Rajoy afirmó que entre sus objetivos esenciales como presidente estaba "detener la sangría" de destrucción de empleo.
Estos datos se conocen cuando crecen las voces
críticas, entre políticos, sindicatos y economistas, con las
consecuencias de las duras medidas de austeridad adoptadas en España,
exigidas por la UE, para reducir el déficit público, al considerar que
los recortes repercuten sobre el crecimiento económico y la generación
de empleo.
Rajoy, que reitera que su Gobierno sigue
comprometido con el objetivo de reducción del déficit hasta el 4,4 del
PIB para este año, reclamó este jueves en Berlín, en su encuentro con la
canciller alemana, Angela Merkel, estímulos a la creación de empleo.
Pidió en concreto que la UE destine los fondos de
ayudas no aprovechados a la generación de puestos de trabajo, fondos que
el secretario de estado español para la Unión Europea, Íñigo Méndez de
Vigo, calculó hoy en 100.000 millones de euros.
España está a la cabeza de la UE en la cifra de
desempleados, seguida por Grecia, país que tuvo que ser rescatado en
medio de una gravísima crisis de deuda.
Las cifras españolas se agudizan aún más en lo que
atañe al paro de los jóvenes, sector en el que supera el 51 por ciento
de media, y que han empujado a muchos de los mejor preparados a emigrar
al extranjero en busca de un puesto de trabajo.
Los datos más dramáticos dan cuenta de que 1.575.000 hogares españoles tienen a todos sus miembros en el paro.
El desempleo afecta también a los extranjeros, con una cifra total de 1.225.800 y una media del 34,82 %.
El Banco de España prevé que la economía caerá un
1,5 por ciento este año, lo que supone entrar en recesión después de que
el crecimiento en 2011 fuera de un 0,7 por ciento.
La caída del PIB impactará sobre el empleo, que el organismo supervisor calcula que disminuirá en torno al 3%.
En las próximas semanas el Ejecutivo prevé aprobar
una nueva reforma laboral, reclamada por la patronal y diversos
organismos internacionales que ven la legislación española demasiado
rígida.
Pero los sindicatos cuestionan la idoneidad de esa
salida, ya que con la anterior reforma laboral, aprobada por el
gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero en junio de 2010,
siguió imparable el desempleo.
Los dos sindicatos mayoritarios, Comisiones
Obreras (CCOO) y la Unión General de Trabajadores (UGT), creen que las
políticas de ajuste agravan el problema del desempleo, por lo que piden
al Ejecutivo que las revise.
El secretario de Estado de Economía, Fernando
Jiménez Latorre, valoró los datos de hoy como la demostración de que el
mercado de trabajo español tiene problemas específicos que hacen
necesaria una reforma laboral "completa, equilibrada y valiente". EFE
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