Las boas constrictoras matan a sus víctimas lentamente,
rodeándolas con su cuerpo musculoso y apretándolas hasta causarles la
muerte.
Y se trata de una operación de alta precisión, según un nuevo estudio.
Científicos en Estados Unidos descubrieron que
las boas saben exactamente cuánto tiempo deben estrujar a sus víctimas.
Estas serpientes pueden sentir el latido del corazón de su presa,
dejando de apretar sólo cuando cesa.
Los investigadores creen que durante su
evolución, las boas desarrollaron mecanismos para percibir señales
físicas en los organismos de sus presas.
Esta habilidad es crucial para depredadores como
las boas constrictoras, que deben balancear la necesidad de alimentarse
con la de gastar energía para apretar sus músculos con la suficiente
duración y fuerza para sofocar a su víctima.
Corazones falsos
Los investigadores, dirigidos por Scott Boback
de Dickinson College en la Universidad Estatal de Pensilvania, querían
determinar si las serpientes podían medir hasta cuándo debían seguir
apretando a su presa.
"Muchas personas piensan que estas boas son incapaces de realizar funciones complejas más típicas de los vertebrados, pero nosotros observamos lo contrario"
Scott Boback, Universidad Estatal de Pennsylvania
Los científicos usaron ratas como presas para estudiar el ataque de las boas constrictoras.
Pero Boback y su equipo utilizaron roedores
muertos a los que habían implantado corazones simulados, válvulas
conectadas a un mecanismo que replicaba la acción de bombear sangre en
un corazón saludable.
Cuando la serpiente atacó a su víctima, los
investigadores pudieron controlar el corazón falso en forma remota y
colocaron también sensores en el cuerpo de la rata para medir la presión
ejercida por la serpiente.
Funciones complejas
"No podía creer lo que estaba viendo cuando comenzamos estos experimentos", dijo Boback a la BBC.
- Las boas constrictoras pueden tener hasta 4 metros de largo y viven hasta 30 años
- No tienen veneno, sino que utilizan sus dientes en forma de gancho para atrapar a sus víctimas y luego las rodean con su cuerpo musculoso para apretarlas hasta matarlas
- Atacan una gran variedad de presas, incluyendo roedores, monos y javalíes. Al igual que en el caso de otras serpientes, su maxilar inferior de unión flexible les permite tragar a sus presas enteras
Cuando los científicos prolongaron los latidos
del corazón falso, percibieron que "las boas apretaban a las ratas
durante un tiempo muy superior al observado en otros ataques".
Cuando el corazón no estaba latiendo, la
reacción de las serpientes fue muy diferente. Las constrictoras
"atacaban, apretaban, mataban y luego aflojaban la presión".
"La diferencia fue tan clara en uno y otro caso, que supimos que estábamos descubriendo algo interesante", señaló Boback.
De acuerdo a los científicos, "la serpiente
siente el latido de su presa durante la constricción. Muchas personas
piensan que estas boas son incapaces de realizar funciones complejas más
típicas de los vertebrados, pero nosotros observamos lo contrario",
señaló el investigador.
El sentido del tacto de estas serpientes podría
significar incluso "que estos animales son capaces de cosas que hasta
ahora no hemos percibido", explicó Boback a la BBC.
"Podrían por ejemplo utilizar esta habilidad
táctil para coordinar los movimientos complejos asociados con el
desplazamiento en animales sin extremidades".
El estudio fue publicado en la revista de la academia de ciencias británicas Royal Society Biology Letters.
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