Bagdad, (EFE).- Los últimos soldados
estadounidenses que quedaban en Irak abandonaron hoy el país en
dirección a Kuwait, con lo que Washington pone fin a casi nueve años de
presencia en Irak.
La televisión oficial iraquí mostró imágenes del
convoy de vehículos blindados con decenas de soldados de EEUU que
cruzaron la frontera entre Irak y Kuwait a primera hora de la mañana.
De
esta forma, EEUU ponía fin a casi nueve años de presencia militar en
Irak en el marco del repliegue total de sus tropas, cuyo plazo expiraba
el próximo día 31.
En los últimos días, el Ejército estadounidense
había ido cerrando capítulos de esta retirada con la entrega a las
autoridades iraquíes de los prisioneros que tenían en sus manos y el
traspaso de la última base militar en su poder.
Con la transferencia del control de la base Imán
Ali, como la conocen los iraquíes, o Camp Ader, como la llaman los
estadounidenses, en Al Nasriya, en el sur, los norteamericanos concluían
la entrega de las 505 bases que han estado bajo su supervisión todos
estos años en Irak.
El jueves pasado, la bandera estadounidense era
arriada en Bagdad en un acto cargado de simbolismo al que asistió el
secretario de Defensa de este país, Leon Panetta.
En medio de la alegría que causa entre los
iraquíes la marcha de los uniformados estadounidenses, el analista
político Fahd Yaber consideró que "la destrucción de las
infraestructuras y el número de víctimas civiles que causó la ocupación
quedarán por largos años fijos en las retinas de los ciudadanos".
Y es que los más de ocho años de guerra en el país
árabe dejan más de 100.000 iraquíes muertos, según la ONG Iraq Body
Count, y más de 4.400 soldados estadounidenses fallecidos, a los que
habría que sumar otras bajas de la coalición internacional.
En opinión de Yaber, la retirada va a tener
repercusiones negativas tanto a corto como a largo plazo, "sobre todo,
en el ámbito de la seguridad porque las fuerzas estadounidenses salieron
del país sin dejar una cobertura aérea que proteja el cielo de Irak y
sin unas instituciones de Inteligencia fuertes".
A ese respecto, Yaber destacó la pobreza de los equipamientos de los cuerpos de seguridad iraquíes.
Además, "las instituciones de seguridad en su
mayoría se someten a lealtades sectarias y partidistas. Están todavía
lejos de la práctica profesional que actúa a favor de todos los
iraquíes".
Precisamente la falta de imparcialidad y la mala
praxis de las fuerzas de seguridad iraquíes fueron algunos de los
argumentos esgrimidos por el segundo bloque político del país, Al
Iraqiya, del exprimer ministro Ayad Alaui, para suspender su
participación ayer en el Parlamento.
Con esta medida, se abre la puerta a una nueva
crisis política en Irak justo cuando los soldados estadounidenses
abandonan el país de acuerdo con el pacto de seguridad firmado entre
Washington y Bagdad en diciembre de 2008.
Pese a que oficialmente los últimos uniformados de
las Fuerzas Armadas de EEUU se marcharon hoy, Yaber subrayó que 157
militares de esta nacionalidad permanecerán en Irak, junto a un pequeño
grupo de marines, para la protección de la Embajada estadounidense.
En paralelo al repliegue de EEUU, la OTAN terminó
ayer de manera oficial su misión en Irak, iniciada en 2004, tras no
llegar a un acuerdo con las autoridades locales para que sus efectivos
dispusieran de inmunidad.
En los últimos años, la OTAN ha participado en la formación y entrenamiento de las fuerzas de seguridad iraquíes.
Según datos de la organización, la misión ha
entrenado a más de 5.000 efectivos militares y a más de 10.000 policías
en Irak y ha ofrecido al país más de 115 millones de euros en
equipamiento castrense.
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