El escenario en el que están llamados a votar más de
35 millones de españoles es poco halagador. Durante buena parte del
jueves y viernes la prima de riesgo asomó por encima de los 500 puntos,
lo que significa que España llegó a pagar un 7% de interés a diez años
por colocar su deuda, una tasa que para otros países europeos tuvo un
doloroso significado: rescate.
Desde hace tiempo que estos comicios se viven, y
se sufren, en clave económica como nunca antes en la historia reciente
del país. La cruz más pesada es un 21,52% de desempleo, según datos
oficiales. O lo que es lo mismo, 4.978.300 de personas sin trabajo. Un
total de 1.425.200 hogares con todos los miembros adultos sin ocupación.
"El desempleo y la crisis son la
preocupación número uno de los españoles a la hora de decidir el voto",
le explica a BBC Mundo José Miguel de Elías, director de Sigma Dos, la
empresa que hace los sondeos para el diario El Mundo.
Con él coincide José Pablo Ferrándiz, director
de Metroscopia, que publica sus encuestas en El País. Todos los sondeos
dan una clara ventaja al Partido Popular, liderado por Mariano Rajoy
frente al socialista Alfredo Pérez Rubalcaba. "La mayoría del electorado
lo considera más capacitado para sacar a España de la crisis, para
luchar contra los mercados", afirma a BBC Mundo.
Otros problemas
Al drama social del desempleo se agregan los
estragos de la burbuja inmobiliaria e hipotecaria, la revisión a la baja
de las perspectivas de crecimiento de la economía y la obligación de
ahorrar unos 17.300 millones, por lo menos, para alcanzar la reducción
del déficit prometida a Bruselas para 2012 (4,4% del PIB).
Y como si con todo esto no fuese suficiente
llegó la prima. La prima de la deuda pública, claro. La diferencia de
500 puntos básicos con respecto al bund alemán llevó el interés a más del 7%, situación en la que Grecia, Irlanda y Portugal debieron ser rescatados.
La providencial intervención del Banco Central
Europeo comprando deuda en los mercados secundarios logró que el rojo de
los números no fuera tono sangre. Así España salió de zona de rescate y
las elecciones pueden desarrollarse con cierta tranquilidad.
"El que gane tiene un problema inmenso, el mayor
problema que haya podido tener un presidente de Gobierno en la historia
de la democracia española", afirma el analista político Justino Sinova a
BBC Mundo.
"Lo que va a tener que hacer es actuar
rapidísimamente", asegura. En la misma línea se manifiesta el economista
Carlos Rodríguez Braun, quien considera que con los ejemplos de Grecia e
Italia quedó demostrado que las promesas de austeridad no alcanzan: "De
ahí toda la urgencia de Rajoy por mostrar que el día 1 va a empezar a
hacer cosas".
Quien hoy sea elegido presidente del Gobierno
deberá tener en cuenta dos aspectos de la deuda, según Rodríguez Braun.
Uno es el "perfil de subida muy acusado de los últimos dos años". El
otro es "el horizonte de crecimiento económico que en estas últimas
semanas o meses se ha puesto en cuestión".
"Cada día la deuda que el estado vende es una
deuda más cara lo cual es una hipoteca para el futuro", considera
Sinova. "Si pensamos en que le pasaría a una familia en estas
circunstancias, la respuesta es la ruina más absoluta, pidiendo créditos
cada vez más caros y no teniendo ni para devolverlos", reflexiona.
Las propuestas
¿Qué han prometido para resolver una crisis
económica de tantas aristas los dos principales candidatos a la
presidencia del Gobierno? Rajoy atacará el déficit metiendo "la tijera a
todo salvo a las pensiones públicas, la sanidad y la educación", según
anunció durante la campaña. Su clave es no gastar más de lo que se
tiene.
Rodríguez Braun considera acertado que "el
ajuste lo haga vía gasto y no vía impuestos; eso es bueno para la
actividad económica, en principio". "Es muy interesante que Rajoy diga
que no quiere subir impuestos; incluso, cuando habla de los
emprendedores, dice que se los va abajar", argumenta.
Por su parte el candidato del PSOE, Alfredo
Pérez Rubalcaba, quien carga con el lastre de haber formado parte del
gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, considera necesario "ir a
Bruselas a pelear y a convencer" para que les "den más tiempo". Es
decir, que no ve con buenos ojos un ajuste drástico.
"Una cosa es ajustar y otra es sólo ajustar",
manifestó el exministro de Interior durante uno de los actos de campaña
en los ha estado intentando recortar su propio diferencial con Rajoy.
Una tarea difícil, entre otras cosas, debido a su participación en el
congelamiento de las pensiones en mayo del año pasado, según explica
Marcos Roitman, profesor de Estructura Social de España en la
Universidad Complutense de Madrid.
Para los militantes socialistas fue una
"traición y eso el PP ha sabido venderlo", afirma el catedrático. "Si
bien en los siete años de gobierno del PSOE las pensiones subieron casi
un 300% más que en la época del PP, a nivel propagandístico y de
publicidad tiene un tirón muy grande".
En estos últimos días previos al 20-N está
prohibido difundir sondeos de intención de voto en España. Pero nadie ha
dejado de consultar el último, realizado por Sigma Dos y publicado el
jueves por The Times, fuera del alcance de la legislación ibérica. Allí
Sigma Dos, daba un 48% al PP y un 29% al PSOE, otorgando la mayor
diferencia de todas las mediciones hasta el momento.
Se perciben lejanos en el tiempo los debates
entre socialistas y populares acerca de temas más que sensibles. La ley
de aborto, la asignatura de Educación para la Ciudadanía, la Ley
Antitabaco, la violencia de género, el matrimonio homosexual, o la
política antiterrorista. La economía se lo ha llevado todo por delante.
Así, en clave económica, España llega al 20-N.
Como tantas veces la realidad queda reflejada en el sentido del humor de
la calle. Un chiste que se escucha mucho por estos días dice que sólo
hay una cosa peor que perder las elecciones: ganarlas.
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