CULTURA VIVA
Autor Lincoln López
Intelectual dominicano
A todo le llega su tiempo.
Para bien o para mal pero le llega.
La situación que
presentamos viene de lejos, de siglos. Envuelve por lo menos a dos personas. Es
considerada ilegal en muchas legislaciones. Hasta pensadores y textos sagrados
se han ocupado de este asunto porque lo consideran perjudicial.
Por ejemplo, en el mundo clásico
Aristóteles la consideraba la más depravada y la más odiosa de todas las formas
de comercio. Platón la condenó y afirmaba que es destructiva para el Estado.
Pensadores escolásticos y
Padres de la Iglesia se expresaron en términos similares. San Agustín decía que
cualquier beneficio obtenido de ella “ni siquiera podía darse como limosna”.
Santo Tomás reflexionaba en la misma dirección.
El Antiguo Testamento dejó
bien establecida su posición al respecto. Lea el libro de Levítico 25:36, el Deuteronomio 23:20 o Ezequiel 18 8-9.
Las sociedades con este
tipo de accionar, involucran a dos clases sociales, dos protagonistas con
necesidades distintas. Un protagonista, el que tiene dinero, y un
deuteragonista, que es el humilde).
“En un período de la
historia de Inglaterra, durante el siglo XIII, casi la mitad de los impuestos
del país eran recolectados de la comunidad judía, que en sí representaba menos
del 5% de la población. Sin embargo, no les fue posible convertir su riqueza en
poder…Fueron expulsados de ese país en el siglo XIV, y al que no regresarían
sino pasados 350 años”.
Pero curiosamente un
personaje llamado Juan Calvino (1509), teólogo y reformador protestante,
seguidor de Lutero, empezó a hablar de las circunstancias entre los seres
humanos, obviamente antes de Ortega y Gasset, y desechó los pasajes citados más
arriba del Antiguo Testamento por considerarlos “inaplicables a las
circunstancias de su época” y en
consecuencia, dio su aprobación e impuso
el cobro “legal” del interés sobre el capital, y ahí empezaron a subir las
aguas de los intereses que fueron ahogando a ricas tierras llenas de gentes
humildes que no habían oído hablar de Adam Smith, pero llevadas sin compasión
al abismo, aunque previamente fueron saqueadas por los imperios de turno.
Saltando
un poco en el tiempo, luego aparecen las llamadas “bancas” para las
transacciones financieras. Ahí se va acomodando nuestra figura la que no hemos
llamado por su nombre. De la banca nacional a la internacional. De la
internacional a la banca de naciones, algo así como Fondo Monopolio o Monetario.
Dentro de esta institución creció como lo que es, un monstruo que terminó o que
empezó tragándose a los clientes del banco, luego a los Estados y finalmente al
mismo banco y al país más poderoso del mundo: Estados Unidos de Norteamérica,
que ostenta el record de quiebra de bancos en el mundo. Solamente en los últimos catorce meses han
quebrado más de cien bancos.
Cada día se habla menos de
la USURA. Está exonerada de culpa, cambió su vestuario por financiamientos,
atrasos, gastos de cierre, gatos por libre…Muchos de mis estudiantes
universitarios no saben que significa.
No es la figura
desprestigiada de otrora… ¡Al fin!
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