El método de fertilización in vitro
(una popular técnica de asistencia reproductiva) genera una cantidad de
embriones de los cuales solo unos cuantos son escogidos para intentar
implantar en el útero de la mujer que busca quedar embarazada.
Al final del proceso, los embriones sobrantes
son congelados y la pareja para la cual fueron producidos tiene la
potestad sobre qué hacer con ellos: entregarlos para implantarlos en
otra mujer que los lleve a término, ponerlos al servicio de la
investigación científica o desecharlos.
A pesar de que la primera opción
aparenta ser la menos conflictiva para las parejas, esta ha creado
polémica entre organizaciones de carácter religioso que quieren dar el
embrión en adopción y grupos de fertilidad asistida que insisten que la
entrega debe tener carácter de donación.
Cualquiera que sea la terminología, solamente en
Estados Unidos hay unos 500.000 embriones en lo que llaman
"almacenamiento criogénico" o sea, congelados. Apenas 2% de estos ha
sido utilizado en otros tratamientos de fertilidad. El excedente está en
un limbo.
Difícil decisión
"Qué hacer con los embriones sobrantes de un proceso in vitro
es una de las decisiones más difíciles para una pareja", le comentó a
BBC Mundo Corey Whelan, directora de programas de la American Fertility
Association.
"Emocionalmente es muy estresante y, con mucha frecuencia, las personas prefieren no tomar ninguna decisión al respecto".
"Las parejas que originan el embrión quieren saber 'quién va a criar a mi hijo' y los que reciben el embrión quieren saber 'de dónde viene'"
Bonnie Bernard, fundadora de Embryos Alive
En muchas instancias eso quiere decir
abandonarlos. Quedan en un virtual estado de congelamiento perpetuo pues
las clínicas donde están depositados no se atreven a hacer nada con
ellos en caso de que el individuo o pareja para los cuales fueron
creados, los "dueños", regresen a reclamarlos.
En el caso de que quieran ofrecer los embriones
para darle la oportunidad de tener hijos a otras personas, esos "dueños"
son los que se ponen en contacto directo con las agencias
especializadas del trámite.
En este sentido hay unas organizaciones que han
surgido para promover lo que ellos denominan la adopción de embriones en
un proceso legal muy parecido al de la adopción de niños ya nacidos,
pero este método permite a la familia adoptiva pasar por todo el proceso
de gestación y parto.
Nighlight fue la primera organización que inició este proceso con bebés que denominó Snow Flake Babies
(bebés copo de nieve). Embryos Alive, fundada en 2003, se considera la
segunda que se cataloga como una agencia de adopción de embriones.
Adopción abierta
Aunque Nighlight es exclusivamente una
organización cristiana -que ofrece sus servicios principalmente a
parejas heterosexuales, religiosas y casadas- ambas agencias tienden a
ofrecer un servicio de adopción abierta.
"En este tipo de adopción hay un intercambio
profundo de información entre la pareja que da en adopción y la que
recibe el embrión", dijo a la BBC Bonnie Bernard, fundadora y directora
ejecutiva de Embryos Alive.
Bernard dice que empezó su agencia tras pasar
por el "dolor y la desilusión" de la esterilidad pero también para poder
encontrar las parejas ideales en términos no solo de color de pelo y
ojos, sino de raza, etnicidad, edad, religión, educación, antecedentes
médicos y expedientes legales.
"Las parejas que originan el embrión quieren
saber 'quién va a criar a mi hijo' y los que reciben el embrión quieren
saber 'de dónde viene'", explicó Bonnie Bernard.
Adopción o donación
En la mayoría de los casos, continuó, las
parejas son seleccionadas en base a una extensa información personal.
Inclusive, hay casos en que las parejas intercambian nombres y correos
electrónicos, se conocen personalmente antes del "intercambio" y
continúan una relación abierta después del nacimiento del bebé.
"Al definir que se está adoptando el embrión se le está tratando de dar cualidades y derechos de persona a algo que no lo es"
Dr.Craig Sweet, endocrinólogo de la reproducción
Mientras que la labor que estas agencias es bien
vista en términos generales, hay grupos y asociaciones de fertilidad
que se oponen al término "adopción de embriones".
"Algunos pueden hacer esa referencia
inocentemente pero en la mayoría de los casos hay una agenda escondida",
le comentó a BBC Mundo Craig Sweet, endocrinólogo de la reproducción de
Embryo Donation International (EDI).
El doctor Sweet señala que hay una distinción
muy clara entre "adopción" y "donación". La primera solo puede ocurrir
con un ser vivo.
"Al definir que se está adoptando el embrión se
le está tratando de dar cualidades y derechos de persona a algo que no
lo es", afirmó.
Esa filosofía la promueven grupos conservadores
que buscan criminalizar el aborto aunque se trate de un óvulo
fertilizado y podría comprometer la misma asistencia a parejas
estériles, los anticonceptivos y la propia salud de la mujer.
Problemas éticos
El endocrinólogo destaca que aunque no considera
a los embriones seres humanos, sí son "algo especial que merece un
nivel muy alto de respeto".
Según el médico, ese respeto implica que el sobrante de embriones de una fertilización in vitro
debe tener un buen y útil destino, como darle el don de paternidad a
alguien infértil, donarlos a la investigación de células madre para que
puedan contribuir a la vida de otros o, en algunos casos, utilizarlos en
laboratorios para enseñanza.
Pero así las parejas estériles deseen recibir
embriones, ya sean donados o dados en adopción, la realidad es que la
mayoría de estos continuarán congelados.
"Las parejas que se someten al tratamiento in vitro deben darse cuenta de que, después detener su bebé, deben decidir qué hacer con el exceso de embriones"
Dr. Craig Sweet, endocrinólog de la reproducción
"Hace falta un proceso de educación para que las parejas que se someten al tratamiento in vitro
se den cuenta de que, después de tener su bebé, deben decidir qué hacer
con el exceso de embriones", expresó el dr. Sweet. "Ahí está el
problema".
El experto en fertilidad dice que en su centro
lo primordial es que la pareja se sienta cómoda con la decisión que
toma. Aún así hay abandono y éste genera una maraña logística y legal
pero, por encima de todo, ética.
"Todos esos problemas los debemos enfrentar
quienes creamos los embriones: los médicos y los pacientes", advierte.
"Tenemos esta magnífica tecnología que nos permite dar un ser a quien no
podía tenerlo y luego se atraviesan temas de caracter emocional o
financiero o personal que no permiten cerrar el ciclo del proceso".
"El mayor problema ético de todo esto es no utilizar inmediatamente y de alguna manera el excedente de embriones".
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